Convergencia y Disputa: Poesía y Filosofía en la Antigua Grecia

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Poesía y filosofía en la Grecia clásica: campos propios de actuación y ámbito en los que convergen.

La poesía en la antigua Grecia tenía un carácter didáctico, puesto que se creía que el poder educativo residía en este arte de la lengua y, además, también servía para deleite del ser humano y, por supuesto, para la enseñanza. Es por lo anterior por lo que el poeta es caracterizado como una figura de maestro para sus jóvenes alumnos. Esta imagen de poeta tenía el objetivo de transmitir "cosas útiles" y de no mostrar vicios, ya que el conocimiento aplicado a sus alumnos sería más tarde reflejado en el futuro de la ciudad porque de ellos dependería esta. El método de enseñanza de los poetas era que sus alumnos memorizaran los textos poéticos para poder así asimilar enseñanzas morales importantes y que, a su vez, se sintieran estimulados para imitar a "los hombres más grandes de la antigüedad".

Desde otro punto de vista, tenemos a los sofistas. Estos también fueron otro tipo de maestros que se dedicaron a educar y a transmitir enseñanzas, pero lo hacían a la futura clase política, a los futuros gobernantes. Para sus métodos de enseñanza también se basaron en la poesía, mediante la que intentaban enseñarles a pronunciar discursos convincentes, a proporcionarles un saber enciclopédico y una buena formación espiritual.

Con todo lo anterior vemos como la poesía era, por excelencia, el instrumento más eficaz para la educación de los jóvenes en la Grecia antigua. La obra poética era concebida como un arte placentero, educativo y político, es decir, tenía una función.

La Crítica de Platón a la Poesía

Pero, como en toda disciplina, siempre hay una figura que se opone a todas esas ideas. En este caso tenemos a Platón, quien opinaba que los poetas no estaban preparados para cargar con la responsabilidad tan grande que suponía educar a los jóvenes. Por esto, se posiciona junto a los filósofos, ya que pensaba que estos estaban más capacitados para enfrentar esa misión. Aunque no es aquí donde comienzan los enfrentamientos entre poetas y filósofos, sí que fue Platón quien cargó más fuertemente contra la poesía.

Platón se basa en su metafísica para desacreditar a la poesía, puesto que en su base deja claro que solo se puede adquirir un conocimiento pleno tras la muerte y lo más parecido al conocimiento pleno durante la vida solo se alcanzará en el éxtasis. También se basa para desacreditar a la poesía en su concepto de inspiración, donde el poeta es un ser inspirado, que accede al conocimiento por la intervención de las musas divinas y, como durante este acceso no tiene control absoluto, no puede comprender totalmente el significado; y en su concepto de imitación, donde la poesía era vista como una imitación de la realidad y, al ser esta cantada convertida en lenguaje poético, imita lo que ya es imitación, situándola así en el último nivel en la escala del conocimiento.

La Defensa de la Filosofía

Pero no todo fueron críticas lo que Platón hizo, sino que también realizó una defensa a la filosofía. En esta defensa defiende que la filosofía se dirige hacia lo que se oculta tras las apariencias, mientras que la poesía queda sumida dentro de ellas. El filósofo va más allá de lo que el entorno le ofrece, intentando ir más allá para llegar a su esencia y así hasta el ser. La poesía es más imitativa que la filosofía, y es por esto que la filosofía está más cerca de la verdad.

Conclusión: Dos Caminos al Conocimiento

Así pues, poetas y filósofos están alejados por un grado de verdad. Para Platón, los discursos filosóficos serían hijos de la razón, mientras que los poéticos vendrían de la inspiración divina. En definitiva, la poesía aspira, igual que la filosofía, a conocer solo que con otros recursos y estrategias.

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