Convección del Manto Terrestre y Terremotos: Causas y Profundidad
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Corrientes de Convección
Al calentarse, el material se dilata, su densidad disminuye y asciende.
Los materiales del manto son sólidos. Las altas temperaturas y presiones que soportan hacen que, al considerar tiempos muy largos, su comportamiento sea similar al de un fluido viscoso sometido a corrientes de convección.
Convección del Manto Terrestre
- Perspectiva actual: En la base del manto hay una capa regular. La alta temperatura del núcleo calienta esta capa y origina columnas de material muy calientes que suben lentamente (entre 1 y 10 cm/año); son los penachos térmicos.
- También hay corrientes descendentes generadas por grandes zonas de subducción.
Las corrientes ascendentes (penachos térmicos) y las descendentes no forman celdillas cerradas.
¿Por qué se originan los terremotos?
Los movimientos de las placas litosféricas someten a las rocas a esfuerzos. La tensión se concentra hasta que, al superarse su resistencia, la roca se fractura, moviéndose un bloque con respecto al otro. La liberación de la energía acumulada genera un terremoto, cuyas ondas se transmitirán en todas las direcciones. La fractura originada es una falla. El proceso es similar al que se produce al doblar una vara. A medida que la tensión se acumula, la vara se dobla hasta que llega un momento en el que se supera su resistencia y la vara se rompe. La liberación de la energía concentrada hace que vibren nuestras manos. Si hay sismos es porque las placas litosféricas se mueven. Cada día se producen miles de terremotos en el mundo, aunque la mayoría pasan desapercibidos. Los terremotos importantes están asociados a grandes fallas; cuanto mayor es el sismo, mayor es el salto que se produce en la falla.
¿Dónde se producen los terremotos?
El 95% de los sismos se originan en los límites de placas, y la mayoría de los de gran magnitud tienen lugar en las zonas de subducción. En estas zonas se generan enormes fricciones entre las dos placas litosféricas que convergen. Sus superficies en contacto tienen irregularidades que hacen que los desplazamientos se atasquen, hasta que se acumula suficiente tensión para vencer esa resistencia. Se produce así un salto: el terremoto.
¿A qué profundidad se originan?
Los terremotos se producen a una profundidad que varía desde pocos kilómetros hasta 660 km, en el límite con el manto interno.
- Terremotos superficiales: Si el foco sísmico se sitúa entre la superficie y los 70 km de profundidad.
- Terremotos intermedios: Si el foco sísmico se localiza entre 70 y 300 km de profundidad.
- Terremotos profundos: Si el foco sísmico se sitúa entre los 300 y los 660 km de profundidad.
Por debajo de los 660 km, las rocas son suficientemente dúctiles como para que no se produzcan sismos. Los terremotos de las dorsales son siempre superficiales, y también lo son los que tienen lugar en los límites transformantes.