Contexto de El sí de las niñas: Ilustración, Neoclasicismo y Moratín en la España del XVIII
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Contexto Histórico: La España de la Ilustración
En el siglo XVIII, la dinastía de los Borbones, proveniente de Francia, llegó al trono de España. Este periodo estuvo marcado por la Ilustración, una corriente filosófica que impulsó el progreso y la modernización. Este movimiento, que promovió la 'luz de la razón', tuvo una gran importancia en Europa, motivo por el cual este siglo también es conocido como el 'Siglo de las Luces'.
La educación se consideraba fundamental para alcanzar el progreso y erradicar la superstición, la intolerancia y la ignorancia. Uno de los conceptos clave de la época fue el despotismo ilustrado, que aspiraba a lograr el bienestar social y la felicidad del pueblo desde el poder de la monarquía absoluta, pero sin su participación directa, bajo el lema: 'Todo para el pueblo, pero sin el pueblo'.
Durante este siglo, se produjo un notable avance en las ciencias y comenzaron a reivindicarse los derechos humanos. No obstante, en España coexistían estructuras del pasado con nuevas ideas de futuro, lo que generaba una considerable inestabilidad social y política. Ante esta situación, el rey Carlos III emprendió un ambicioso programa de reformas que, lamentablemente, quedó interrumpido tras su fallecimiento.
La Ilustración también propició un cambio significativo en la mentalidad, fomentando el abandono de tradiciones rígidas en favor de ideales de progreso y educación universal. Esto influyó directamente en las reformas sociales y culturales que buscaban transformar costumbres arraigadas, como los matrimonios concertados, un tema central en la obra El sí de las niñas. En este periodo, el teatro se consolidó como una herramienta pedagógica, alineándose con los ideales ilustrados de moralizar y transmitir valores al público.
El Movimiento Literario: Neoclasicismo
El movimiento literario predominante de esta época, al que pertenece El sí de las niñas, es el Neoclasicismo. Durante este periodo, convivieron principalmente tres corrientes estéticas:
- El posbarroquismo: heredero de la estética del siglo anterior.
- El Neoclasicismo: la corriente dominante, caracterizada por su afán reformista y su base en la razón y el buen gusto.
- El Prerromanticismo: que anticipaba la sensibilidad y los temas del Romanticismo posterior.
Además, se crearon instituciones culturales de gran relevancia, como la Real Academia Española (RAE), fundada en 1713. La literatura neoclásica se orientó hacia la didáctica y la difusión del pensamiento filosófico, político y económico, destacando géneros como el ensayo. Se otorgó gran importancia a la recuperación y revalorización de la cultura y los modelos de la Antigüedad clásica grecolatina.
El Autor: Leandro Fernández de Moratín
El autor de El sí de las niñas es Leandro Fernández de Moratín (1760-1828), uno de los dramaturgos españoles más destacados de la Ilustración. Moratín es especialmente célebre por El sí de las niñas (1806), obra en la que critica abiertamente los matrimonios concertados por interés o conveniencia y defiende la libertad de elección de los jóvenes, así como la importancia de una educación adecuada para las mujeres.
Fue un firme promotor del teatro neoclásico, concebido con un claro enfoque didáctico y moralizador, buscando instruir al público y mejorar las costumbres. Además de su labor como dramaturgo, fue traductor y un activo defensor de las ideas reformistas ilustradas. Moratín también cultivó la sátira, al igual que otros autores contemporáneos como José Cadalso o Tomás de Iriarte. Otras obras suyas relevantes son La comedia nueva (1792) o El café (1792), donde también aborda, desde una perspectiva crítica, la decadencia y los vicios del teatro español de su tiempo.
La Obra: El sí de las niñas y el Teatro Neoclásico
El sí de las niñas es un ejemplo paradigmático del teatro neoclásico español y cumple rigurosamente con sus preceptos fundamentales, especialmente el respeto a las tres unidades clásicas:
- Unidad de tiempo: La acción dramática transcurre en un periodo inferior a 24 horas.
- Unidad de lugar: Toda la trama se desarrolla en un único espacio físico (una sala en una posada de Alcalá de Henares).
- Unidad de acción: La obra se centra en una única trama principal: el conflicto generado por el matrimonio concertado de Doña Francisca.
El lenguaje utilizado por Moratín es sencillo, natural y directo, adecuado para ser comprendido por un público amplio, lo que refleja la intención didáctica y moralizadora del autor. Además, el tema central de la obra —la crítica a la autoridad paterna mal entendida y a los matrimonios impuestos— está en perfecta consonancia con el espíritu reformista de la Ilustración y del Neoclasicismo, que buscaba educar al espectador y fomentar valores como la libertad individual, la razón y la importancia de los sentimientos en las relaciones humanas.