Constructivismo y Aprendizaje Significativo: Claves para una Educación Efectiva

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El Aprendizaje Significativo y la Estructuración del Conocimiento

El conocimiento que se trasmite en cualquier situación de aprendizaje debe estar estructurado no sólo en sí mismo, sino con respecto al conocimiento que ya posee el alumno.

Anteriormente hemos insistido en cómo la capacidad cognitiva de los alumnos cambia con la edad y cómo estos cambios implican la utilización de esquemas y estructuras de conocimientos diferentes de las que se utilizaban hasta ese momento. Sin embargo, también es cierto que existen aspectos relativos al funcionamiento cognitivo de las personas que apenas cambian. El que recogemos en este apartado es precisamente uno de ellos. Es decir, en cualquier nivel educativo es preciso tener en cuenta lo que el alumno ya sabe sobre lo que vamos a enseñarle, puesto que el nuevo conocimiento se estructurará sobre el viejo. Muchas veces se estructuran los contenidos de la enseñanza teniendo en cuenta exclusivamente el punto de vista de la disciplina, por lo que unos temas o cuestiones preceden a otros como si todos ellos tuvieran la misma dificultad para los alumnos. Sin embargo, hemos visto que la utilización de esquemas hace que no nos representemos la realidad de manera objetiva, sino según los esquemas que poseemos.

Por tanto, la organización y secuencia de contenidos docentes debe tener en cuenta los conocimientos previos del alumno.

La aportación fundamental de Ausubel en este aspecto consiste en la concepción de que el aprendizaje debe ser una actividad significativa para la persona que aprende, lo que está relacionado con la existencia de relaciones entre el conocimiento nuevo y el que ya posee el alumno.

Ausubel critica la enseñanza tradicional que utiliza la repetición mecánica de elementos que el alumno no puede estructurar formando un todo relacionado. Esto sólo será posible si el alumno utiliza los conocimientos que ya posee, aunque estos no sean totalmente correctos. Esto no sólo supone una concepción diferente sobre la formación del conocimiento, sino la formulación distinta de los objetivos de la enseñanza.

Sus ideas constituyen una discrepancia con la visión conductista de que el aprendizaje y la enseñanza escolar deben basarse sobre todo en la práctica secuenciada y en la repetición de elementos divididos en pequeñas partes.

Para Ausubel, aprender es sinónimo de comprender, por ello lo que se comprende se aprenderá y recordará mejor porque quedará integrado en nuestra estructura de conocimientos. Por ende, resulta fundamental:

  • Conocer las representaciones que poseen los alumnos sobre lo que se les va a enseñar.
  • Analizar el proceso de interacción entre el conocimiento nuevo y el que ya poseen.

Por ejemplo: en situaciones de examen y evaluación, a menudo prestamos atención a las respuestas correctas de los alumnos y son estas las que utilizamos para otorgar una calificación cuantitativa.

Sin embargo, no sabemos considerar los errores, que son precisamente los que nos informan sobre cómo se está reelaborando el conocimiento que ya se posee a partir de la nueva información que recibe.

Tanto Ausubel como otros constructivistas contribuyen a esta concepción, ya que ofrecen una sesión del aprendizaje basada en los procesos internos del alumno y no sólo en las respuestas externas.

Organizadores Previos

Son presentaciones del profesor que permiten al alumno establecer relaciones adecuadas entre el conocimiento nuevo y el que ya posee.

Realizan la función de puentes cognitivos que facilitan la enseñanza perceptiva - significativa.

Bruner coincide con Piaget en que es imprescindible tener en cuenta los esquemas del alumno, pero se separa de él en lo que se refiere a la importancia de la propia actividad y autonomía en la asimilación del contenido.

En los años sesenta y setenta, la Pedagogía se vio permeada de la concepción de Piaget a partir del siguiente postulado:

"Todo lo que se le enseña al niño se le impide descubrirlo"

Por tanto, el profesor debía estimular los procesos de descubrimiento y actividad por parte del alumno y no la transmisión del conocimiento, ello era considerado como sinónimo de pasividad.

Un mérito de Ausubel consiste en plantear que la transmisión del conocimiento por parte del profesor puede ser un modo adecuado y eficaz de producir aprendizaje, siempre y cuando se tengan en cuenta los conocimientos previos del alumno y su capacidad de comprensión.

Los aportes de la Psicología Cognitiva al proceso de enseñanza-aprendizaje se concretan en una visión del ser humano como un organismo que realiza una actividad basada fundamentalmente en el procesamiento de información, lo que ha resultado muy útil e influyente en las últimas décadas (a partir de los años sesenta se fue teniendo una idea del hombre diferente a la idea conductista).

En el proceso de enseñanza-aprendizaje, el profesor debe tener presente “el conocimiento previo” pertinente que posee el alumno para el proceso de iniciar el aprendizaje”. Las técnicas a emplear son diversas, las que van desde el interrogatorio hasta algunas manifestaciones de evaluación escrita. Se trata de indagar las representaciones mentales de los objetivos que se quieren construir cognoscitivamente. Esto es importante porque ningún alumno inicia un aprendizaje de cero o sin saber nada.

Para ello se establecen dos condiciones:

1. La significatividad lógica.

2. La significatividad psicológica.

La primera referida a la consistencia interna del conocimiento, relaciones y estructura, que fomenten una asimilación racional, y la segunda referida a las posibilidades de ser adquirida por el alumno sin mayor complejidad que la integración de los nuevos conocimientos a los que ya posee en el momento del aprendizaje.

Aquí también se maneja el concepto del estilo de aprendizaje, que involucra los modos de adquisición de los conocimientos, la estructura intelectual y la motivación. Esto quiere decir que algunos alumnos adquirieron de modo repetitivo o memorístico y, por lo tanto, será muy difícil el aprendizaje significativo.

La Configuración del Enfoque Constructivista en la Educación

Reflexiones sobre sus Alcances y Ámbitos de Aplicación

El constructivismo constituye todo un marco explicativo en el que confluyen teorías psicológicas y pedagógicas que abordan la actividad escolar como un proceso de adquisición del conocimiento en forma dinámica y total, ya sean los saberes especializados como las matemáticas, la lengua, las ciencias naturales y las ciencias sociales o el conocimiento de los estilos de vida de la comunidad a la que pertenecen, el autoconcepto, los papeles sexuales y el conocimiento de sí mismo, como producto de las representaciones mentales que construyen los educandos en la experiencia misma.

La representación mental a la que alude el constructivismo no es un reflejo de la realidad. Los procesos psicológicos superiores tales como el pensamiento, el lenguaje, la percepción, la memoria, solo pueden ser estudiados como representaciones mentales, en tanto construyen (o mejor, reconstruyen) cognoscitivamente los objetos o procesos implicados de la realidad, permitiendo el reconocimiento, la elaboración y la interpretación, ya sea utilizando esquemas, operaciones o el sistema humano de procesamiento de la información.

Las otras concepciones pedagógicas, en sus análisis epistemológicos, afirman que el conocimiento es un producto interno o de la mente, o también producto de la razón. El empirismo pedagógico lo asoció con la especulación. De todos modos, dichos planteamientos terminaron por imponerse históricamente en lo que conocemos por cognitivismo. Otra explicación sostiene que el conocimiento se construye a partir de la representación de las relaciones significativas y la ejecución de las operaciones que actúan sobre la realidad. Esta explicación es el planteamiento constructivista.

A continuación, describiremos las principales categorías constructivistas que conforman un universo pedagógico actualmente en debate y ejecución:

a) La construcción del conocimiento.

b) El desarrollo psicológico.

c) La concepción del aprendizaje.

d) Los estilos cognoscitivos.

La Construcción del Conocimiento

Los planteamientos piagetianos son clásicos en la explicación de cómo se construye el conocimiento. Piaget define la epistemología como el estudio del paso del mínimo conocimiento a los estados del conocimiento más riguroso. Toma como referencia para dicha explicación la psicología del niño, ya que esta explica las construcciones progresivas, de acuerdo a la evolución y formación de las distintas estructuras. Pero no solo las estructuras cognitivas son las que interesan estudiar, sino su génesis, es decir, la manera como se originan dichas estructuras.

La construcción del conocimiento se realiza a partir de la acción y la operación. Es un proceso que establece la relación del sujeto psicológico con el intercambio físico, es decir, el intercambio funcional con el orden material y la transformación de los cuerpos. Los saberes involucrados son múltiples: el lenguaje, el conocimiento matemático, el conocimiento espacial, los saberes sociales, etc.

Esquema es el conjunto de estructuras cognoscitivas que se refieren a clases semejantes de secuelas de acción. Las estructuras cognoscitivas son formas de equilibrio que establecen una relación entre el organismo y el medio ambiente.

El Desarrollo Psicológico

Una premisa pedagógica indiscutible es “el niño no es un adulto en miniatura, es un ser en formación”, “los niños no piensan como los adultos”.

En tal sentido, el desarrollo psicológico forma parte del contenido más importante que la psicología aporta al conocimiento humano. Piaget, Wallon, Erickson, Freud y otros plantearon sobre la periodización del desarrollo. Todos coinciden en identificar los cambios cualitativos progresivos que diferencian a un periodo del otro, de tal manera que el desarrollo transita de un periodo inferior a otro más avanzado. Existen estructuras organizadas que integran los comportamientos, las capacidades y las posibilidades de adquirir nuevas estructuras. A este marco teórico hay que agregar el papel que juegan los contextos históricos y/o culturales, la adquisición del conocimiento o las estructuras cognitivas y las diferencias individuales. Piaget sostiene que a lo largo del desarrollo existen variantes cognitivas, que modulan profundamente el comportamiento. Tales variantes son la conservación, la constancia perceptiva y la permanencia del objeto.

La Concepción del Aprendizaje

El tema del aprendizaje en el constructivismo es tratado en los trabajos de Inhelder, Sinclair y Bovet (1975), quienes coinciden en afirmar que el aprendizaje es construcción de una representación mental y en el que el aprendizaje construye significados.

Se entiende el aprendizaje dentro de la actividad constructiva del alumno y no implica necesariamente acumulación de conocimientos.

El conocimiento científico es una estructura dinámica, que existe en relación con otras estructuras o esquemas y permite integrar, modificar, construir, reconstruir y hasta destruir estructuras en busca de otras, que expliquen y establezcan nuevas estructuras, llegando hasta la producción de nuevos conocimientos.

Hasta aquí hay que encontrar una diferencia entre aprendizaje y conocimiento. El primero, según Novack, es personal e idiosincrásico; el segundo es público y compartido.

Esto quiere decir que el aprendizaje es una representación mental que se construye en el alumno. De ahí que los constructivistas establecen que el alumno es el responsable último de su propio proceso de aprendizaje.

El papel del alumno a través del aprendizaje es la creación de un espacio de exploración y descubrimiento. Así, el aprendizaje, según Coll, se convierte en un instrumento para la reflexión y la acción, una síntesis comprensiva de los conocimientos.

Los Estilos Cognitivos

El concepto de estilos cognitivos constituye una categoría empleada por el constructivismo para destacar las diferencias individuales. En otras palabras, son las distintas formas para representar la realidad.

También puede decirse que son los instrumentos psicológicos de elaboración particular, que diferencian a un sujeto de otro, principalmente en lo referente al pensamiento. Así se puede distinguir individuos analíticos, sintéticos, integradores de conocimientos, críticos, intuitivos, reflexivos, simplistas, objetivos, totalizadores, etc.

Los estilos cognitivos se construyen estructuralmente. La estructura cognitiva hace que un individuo sea diferente al otro, que responda de distinta manera a situaciones semejantes. Podríamos ampliar y afirmar que estos sujetos tienen distinta forma de representarse la realidad, ya sea en la lógica de la construcción del conocimiento como en la elaboración de los mapas cognitivos.

Todo aprendizaje constructivo supone una construcción que se realiza a través de un proceso mental que finaliza con la adquisición de un conocimiento nuevo. Pero en este proceso no es solo el nuevo conocimiento lo que se ha adquirido, sino, y sobre todo, la posibilidad de construirlo. Es decir, el pensamiento ha abierto nuevas vías intransitables hasta entonces, pero que a partir de este momento pueden ser de nuevo recorridas.

Supongamos que la nueva construcción sea toda una serie de razonamientos elaborados por el individuo, que hacen posible la resolución de un problema. El resultado final, la resolución del problema, no es más que el eslabón final y visible del proceso, pero la adquisición más importante para el individuo ha sido la elaboración de toda la serie de razonamientos que han hecho posible la solución, más aún que la solución en sí misma, porque ha adquirido una nueva competencia que le permitirá generalizar, es decir, aplicar lo ya conocido a una situación nueva.

El conocimiento que no es construido o reelaborado por el individuo no es generalizable, sino que permanece ligado sólidamente a la situación en que se aprendió, sin poder ser aplicado a contenidos diferentes.

La necesidad de que el niño construya los conocimientos puede parecer una pérdida de tiempo innecesaria, cuando pueden transmitirse directamente, ya construidos, pero estos conocimientos adquiridos de modo mecánico solo sirven para ser aplicados en situaciones muy semejantes a las que se aprendieron y que se olvidan tan pronto como se ha cumplido la finalidad para la que se aprendieron, es decir, pasar unos exámenes (se estima que puede durar en la memoria entre seis y ocho semanas).

En el aprendizaje memorístico, la información nueva no se asocia a los contenidos previos en la estructura cognitiva y, por tanto, se produce una interacción nula o mínima entre la información recientemente recibida y la ya almacenada. Es por ello que cada unidad o fragmento de conocimiento debe ser almacenado arbitrariamente en la estructura cognitiva.

Desde el constructivismo, cada conocimiento nuevo es un nuevo eslabón que se “engancha” al eslabón del conocimiento previo (ideas, hipótesis, preconceptos o conocimientos sobre el tema nuevo).

Una de las características del constructivismo es también considerar positivo el momento del error, el error sistemático (propio del proceso de construcción del conocimiento) para producir desde la interacción, la reflexión que lleva al sujeto a corregirlo y a aprender.

Desde el modelo constructivista, el conocimiento es una construcción que será posible desde la consideración de los saberes previos y la interacción social con padres y docente. El docente como facilitador, moderador y mediador entre el niño y el conocimiento. Se atiende la diversidad, valorando también la heterogeneidad y las diferencias individuales.

El Papel del Docente como Mediador del Aprendizaje

Desde diferentes perspectivas pedagógicas, al docente se le han asignado diversos roles: el de transmisor de conocimientos, el de animador, el de supervisor o guía del proceso de aprendizaje, e incluso el de investigador educativo. El maestro no solo se puede reducir a transmitir información, sino a la facilitación del aprendizaje; tiene que mediar el encuentro de sus alumnos con el conocimiento en el sentido de guiar y orientar la actividad constructiva de sus alumnos.

En un salón de clases colaborativo, el mediador comparte la autoridad con sus participantes en diferentes maneras.

En el salón de clases tradicional, el maestro es responsable por el establecimiento de los objetivos, contenidos, diseña las estrategias de instrucción y los pasos de aprendizaje; así como también realiza la evaluación unidireccional.

El mediador en un salón de clase colaborativo difiere completamente sobre aquel.

El mediador invita a sus participantes a discutir los objetivos, contenidos, actividades y estrategias que se han de implementar. De manera tal que cada participante tiene la oportunidad de expresar sus consideraciones y sugerencias sobre los tópicos, que le permite incluir sus particulares intereses; además, puede emitir opinión sobre el logro de su aprendizaje a través de la autoevaluación y la coevaluación.

El mediador, quien se define como un maestro colaborador, promueve en sus participantes el uso de sus propias experiencias, los incentiva a compartir el conocimiento y sus estrategias de aprendizaje; bajo la premisa de una gran motivación al logro. En ese orden de ideas, el mediador ayuda a sus participantes a oír diversas opiniones, sustentar su conocimiento con evidencias, los incentiva a expresar sus críticas y pensamiento creativo.

Suponga, por ejemplo, los alumnos han leído el capítulo del México Colonial y se les exige preparar una “Minuta” sobre ese tópico.

Mientras un maestro tradicional les exige que preparen una monografía de diez páginas, el mediador les solicita que presenten un análisis y evaluación de esa lectura y/o a través de la forma que estimen más conveniente. Las respuestas serán diversas: unos presentarán un vídeo, otros una dramatización, ciertos realizarán una investigación más profunda en las fuentes históricas que soporten o no lo expresado por el autor del capítulo y quizás unos escribirán una monografía.

En consecuencia, cuando existe un mediador se logra:

  1. Los participantes tienen la oportunidad de hacer preguntas e investigar cuestiones de su interés.
  2. Los participantes tienen voz y voto en las decisiones.
  3. Esas oportunidades son esenciales para la motivación al logro y la regulación propia del aprendizaje.

Dado que el conocimiento y autoridad es compartido entre los maestros y alumnos, el rol del maestro está sumamente incrementado como mediador del aprendizaje.

La exitosa mediación ayuda a los estudiantes a conectar la nueva información con sus experiencias y al aprendizaje en otras áreas. La ayuda se refiere a orientar al estudiante a localizar qué hacer para ejecutar la tarea y ayudarlo a aprender cómo aprender. Sobre todo, el maestro como mediador ajusta el nivel de información y lo soporta, maximiza la habilidad para tomar responsabilidad por el aprendizaje.

En términos de Vygotsky, el mediador debe planificar sus actividades no solo tomando en cuenta los intereses de sus participantes, sino también el entorno cultural. Sus investigaciones sugieren que el aprendizaje escolar debe conectar al estudiante con los acontecimientos y conceptos cotidianos y relacionarlos con los conceptos y acontecimientos científicos.

En otras palabras, las escuelas ayudan al estudiante a lograr generalizaciones y construir significados a partir de sus propias experiencias, conocimientos y de sus estrategias de aprendizaje. El conocimiento aprendido en la comunidad y aquel alcanzado en la escuela son invalorables. Nadie puede estar ignorante si los estudiantes están ocupados en lograr el aprendizaje significativo.

Los maestros mediadores, maestros efectivos, ayudan a sus estudiantes a realizar las conexiones entre el conocimiento externo y el interno mediante el diálogo y el refuerzo; éste último podría identificarse con la retroalimentación. En efecto, esa es la esencia de la mediación.

FMIC UNIVERSIDAD MEXICANA DE EDUCACIÓN A DISTANCIA

PSICOLOGÍA PEDAGÓGICA II PSIC. FRANCISCO JAVIER GONZÁLEZ GARCÍA

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