La Construcción del Self y la Identidad Social: Una Perspectiva Sociológica
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El self, la capacidad humana para la reflexión y ponerse en el lugar de los demás. El self es inseparable de la sociabilidad y está muy ligado con la comunicación.
Principios Fundamentales del Desarrollo del Self
1. El Self Surge de la Experiencia Social
El self no forma parte del cuerpo; no nacemos con él. Es lo que diferencia a los humanos. Se desarrolla únicamente mediante la experiencia social. En ausencia de interacción social, el cuerpo puede desarrollarse, pero no el self.
2. La Experiencia Social Implica Comunicación e Intercambio de Símbolos
Las personas crean significados; solo los humanos pueden hacerlo. Los seres humanos toman conciencia de las acciones, deduciendo las intenciones subyacentes de las personas. En resumen, un perro responde a lo que haces; un ser humano responde a lo que tienes en mente cuando lo haces.
3. Para Comprender la Intención, Debes Imaginar la Situación Desde el Punto de Vista de la Otra Persona
Esta capacidad nos permite anticiparnos a la manera en que los otros nos responderán, incluso antes de que actuemos.
La interacción social implica, entonces, vernos a nosotros mismos como los otros nos ven (Mead: tomar el rol del otro). De esa manera, el self es siempre reflexivo: implica una reflexión sobre nuestros actos a partir de la idea que nos hacemos acerca de cómo nos ven los demás.
Componentes del Self: El «Yo» y el «Mí»
El self tiene dos componentes:
El «Yo» (Sujeto Activo)
En primer lugar, el self es sujeto cuando iniciamos la acción social. Los seres humanos son activos, tienen capacidad de actuar espontáneamente y por iniciativa propia. No son seres reactivos que se limitan a responder automáticamente a estímulos externos. A este elemento del self Mead lo llamó el «yo».
El «Mí» (Objeto Reflexivo)
Por otra parte, el self es también objeto porque, mirándonos a través de los otros, nos formamos una imagen de nosotros mismos. Mead llamó a este elemento objetivo del self el «mí».
La interacción social es un diálogo continuo entre el «yo» y el «mí»: el «yo» emprende la acción, pero no lo hace de cualquier manera, sino tomando en cuenta o anticipándose a la reacción de las otras personas, lo que es tarea del «mí». Nuestras acciones son espontáneas, pero siempre están guiadas por la manera en que pensamos que los demás van a responder.
Adquirir un self significa aprender a ponerse en la situación del otro. Para Mead, lo que explica y permite la evolución de la personalidad o self es la experiencia social.
El Looking-Glass Self (Self Especular)
En la vida social, los demás representan el espejo en el cual nos percibimos a nosotros mismos. La expresión looking-glass self (o self especular, como algunos la han traducido) denomina a la imagen que las personas tienen de sí mismas basada en cómo creen que los demás las perciben.
El Otro Generalizado y la Socialización Primaria
La culminación del proceso primario de socialización (socialización primaria) es ser capaz de reconocer las normas y valores que son válidos para el resto de las personas y de incorporarlos en nuestro self.
Esto lleva al concepto de otro generalizado: normas y valores culturales ampliamente aceptados que utilizamos como referencia para evaluarnos a nosotros mismos.
La Socialización Secundaria: Un Proceso Continuo
El proceso de socialización no finaliza con la aparición del self, sino que continúa a lo largo de la vida (socialización secundaria), a medida que los individuos se van desenvolviendo socialmente y acumulando nuevas experiencias.
El self también puede cambiar, pero siempre es posible tener el control sobre estos cambios y sobre la imagen que tenemos de nosotros mismos.