Consecuencias y Repercusiones de la Guerra Civil Española (1936-1939)
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La Guerra Civil Española (1936-1939): Un Balance de sus Consecuencias
La Guerra Civil (1936-1939) fue el episodio más traumático que vivió la sociedad española durante el siglo XX. Durante tres años, conciudadanos, e incluso miembros de una misma familia, lucharon entre sí; el odio entre los españoles se acrecentó y con él, el deseo de aniquilación del contrario. Los vencedores excluyeron y persiguieron a los vencidos. El dolor de la mayoría y el rencor de muchos eran el denominador común de la España de posguerra.
Costes Económicos y Materiales
Como toda guerra de cierta duración, la española tuvo un alto precio en destrucciones materiales: carreteras, ferrocarriles, puentes, edificios y todo tipo de bienes. La producción agraria e industrial disminuyó. La renta per cápita cayó, y no fue hasta 1952 cuando se recuperó el nivel de antes de la guerra.
A todo ello había que añadirle el valor de la ayuda proporcionada por los países extranjeros, la cual, de una forma u otra, se tuvo que pagar. Aunque es imposible saber el total de gastos y pérdidas, en cualquier caso, alcanzó una magnitud considerable. La recuperación fue lenta durante una larga posguerra de hambre y miseria que llevó al racionamiento de alimentos y al mercado negro. Dentro de estos costes también es necesario mencionar las importantes pérdidas del patrimonio cultural, los daños causados por los bombardeos y el armamento bélico, además de las destrucciones derivadas de la violencia anticlerical.
Costes Humanos y Exilio
Más importantes que los materiales son los costes humanos de toda guerra. También resulta difícil dar una cifra exacta, por lo que las estimaciones varían. El número total de muertes pudo haber superado las 500.000. Hay que mencionar el exilio: en torno a 500.000 personas abandonaron el país huyendo del franquismo, y muchos de ellos no volvieron nunca. Las guerras civiles son más crueles que las guerras entre naciones, ya que a las víctimas del propio conflicto se le suman los odios antiguos y las rivalidades, dando lugar a ajustes de cuentas.
Represión y Violencia en Ambos Bandos
Los militares sublevados, cuando conquistaban un pueblo o ciudad, eliminaban sistemáticamente a miembros y simpatizantes de partidos de izquierdas, aunque también fueron numerosos los maestros e intelectuales, como Federico García Lorca. Se calcula que esta cifra de víctimas mortales por la política interior pudo ascender a casi 100.000 personas.
En las zonas republicanas, durante los primeros meses de guerra, también fueron frecuentes las ejecuciones, aplicadas a cualquiera que resultara sospechoso de ayudar a los sublevados. No obstante, el número de ejecuciones en estas zonas fue sensiblemente menor a las del otro bando, y fue, en muchas ocasiones, iniciada por organizadores que actuaban por su cuenta, al margen del Estado.
El Desmantelamiento Cultural y Educativo
Quedó destruido todo el esfuerzo de regeneración cultural y educativa de la Edad de Plata de la cultura española (1898-1936). Fueron ejecutados o destituidos por el franquismo más del 60% de los maestros y profesores. Prácticamente la totalidad de los intelectuales de la Generación del 27 y los más notables científicos murieron o marcharon al exilio: García Lorca, Antonio Machado o Picasso son un buen ejemplo de esto. La cultura oficial retrocedió a los tiempos de la Inquisición.
La Represión Franquista en la Posguerra
Por desgracia, la represión se continuó aplicando por el régimen franquista una vez acabada la guerra. 50.000 personas fueron fusiladas; muchas más encarceladas; y un gran número de trabajadores de la Administración Pública, profesores o jueces, fueron separados de sus cargos o sancionados. La España de la posguerra no era precisamente la España de la reconciliación.