Confrontación de Ideas: Platón, Ortega y Nietzsche sobre la Verdad y la Realidad

Relación Filosófica: Ortega y Gasset frente a Platón

La Tensión entre Cultura y Vida

Sobre la temática de la cultura y la vida, se establece una relación negativa entre Platón y Ortega y Gasset. Platón distinguió dos mundos: el inteligible (Ideas), que busca la universalidad e inmutabilidad y se acerca al concepto de cultura, y el sensible, particular, mutable y relativo, más cercano a la vida. Para Platón, no hay integración entre cultura y vida, sino superioridad de la primera, que orienta y fundamenta la segunda, del mismo modo que las Ideas orientan y fundamentan el mundo sensible.

Crítica al Racionalismo Platónico y el Raciovitalismo

La crítica de Ortega al racionalismo también se aplica a Platón. Siguiendo a Sócrates, Platón defendió una razón separada de la vida. El autoconocimiento socrático se logra separando el yo de las circunstancias vitales como el éxito social o el reconocimiento, constituyendo un raciovitalismo antivital. La razón platónica (logos), perteneciente al mundo inteligible, proporciona un conocimiento universal y absoluto, distinto y separado del conocimiento de los sentidos, que es donde se sitúa la vida concreta. Para estos autores, contrarios a Ortega, de la vida solo se obtiene un conocimiento engañoso, basado en la opinión.

El Relativismo Sofista y la Postura de Platón

La crítica de Ortega al relativismo se relaciona con la de Platón a los sofistas. Para los sofistas, solo es posible la doxa, no la verdad. Platón sostuvo que con opiniones no se alcanza conocimiento verdadero. Las opiniones son cambiantes y relativas, haciendo que valores como lo bueno o lo justo varíen continuamente. El relativismo se expresa en la frase de Protágoras: “el hombre es la medida de todas las cosas”. Las cosas son lo que creemos que son; su verdad o falsedad depende de la opinión del sujeto, que para Protágoras es el hombre que vive en la polis. Platón se opuso a este relativismo, sosteniendo que no es posible organizar la convivencia de un Estado si los valores cambian constantemente.

Perspectivismo Orteguiano vs. Episteme Platónica

Respecto a la doctrina de la perspectiva, la teoría del conocimiento de Platón se opone claramente. Platón distingue episteme (saber/ciencia) y doxa (opinión). El auténtico conocimiento es episteme, sobre lo universal e inmutable. La perspectiva, por ser concreta (desde un lugar determinado), pertenece al mundo sensible, proporcionando solo un conocimiento dóxico. Para Platón, la perspectiva no llega al saber (conocimiento dialéctico o inteligencia).

Nietzsche y la Deconstrucción del Platonismo

El Bien como Idea Suprema y la Voluntad de Poder

Referente a la comprensión del Bien como idea suprema, Nietzsche, en contraste con Platón, sostiene que la realidad no es más que el escenario donde se enfrentan fuerzas, cada una de las cuales busca alcanzar el límite de su poder. No hay un orden ni finalidad preestablecidos, solo un universo en constante transformación y desequilibrio. Con su frase “Dios ha muerto” quiso expresar el fin de cualquier creencia en realidades absolutas que imponen un guion fijo de valores y verdades, ya que con la muerte de Dios se abren nuevos horizontes para experimentar con verdades y valores, eliminando cualquier obstáculo para la autonomía, para el cumplimiento cabal del sapere aude (atrévete a pensar) de la Ilustración.

El Dualismo de lo Real: Materia vs. Idea

Si para Platón solo la idea es real, lo material en sí mismo no es esencial y tiene, por tanto, una cualidad “prestada” (precisamente en la medida en que imita y participa de las Ideas), Nietzsche defiende justamente lo contrario: solo la materia tiene verdadera entidad, ya que cualquier otra realidad no es más que un “fantasma” creado por la razón, un delirio que no tiene otro origen que el miedo a la vida.

La Tradición Occidental y la Visión Radical del Mundo

La visión radical del mundo en dos ámbitos (realidades), posicionándose Platón a favor del segundo (el mundo inteligible: eterno, inmutable y divino, mientras que el mundo sensible es erróneo, cambiante y perecedero) ha sido considerada, a partir de Nietzsche, como una característica fundacional de la tradición occidental.

La Razón y el Testimonio de los Sentidos

Respecto a la defensa platónica de la razón como medio para acceder a la verdad, Nietzsche rechaza rotundamente esta idea y se posiciona a favor de los sentidos, dándoles un papel central. Tal y como sostiene en su obra: “los sentidos no mienten de ninguna manera. Lo que nosotros hacemos de su testimonio, eso es lo que introduce la mentira, por ejemplo, la mentira de la unidad, (…) de la duración… La ‘razón’ es la causa de que nosotros falseemos el testimonio de los sentidos”, ya que mostrando el devenir, el perecer, el cambio, los sentidos no mienten.