Conflictos del Siglo XIX en España: Guerras Carlistas, Independencia de Cuba y el Desastre del 98

Tercera Guerra Carlista (1872-1876)

Esta fue la tercera guerra carlista; las dos anteriores ocurrieron durante la regencia de María Cristina y la Década Moderada del reinado de Isabel II. Se trató de una guerra civil que enfrentó a carlistas y liberales.

Corrientes del carlismo

Dentro del carlismo existían dos corrientes principales:

• Una más abierta, que buscaba llegar al poder por medios parlamentarios.
• Otra más cerrada, que proponía la insurrección y los golpes de Estado.

Desarrollo del conflicto

La guerra comenzó en 1872 con levantamientos fallidos en varias ciudades. Tras la derrota inicial de los carlistas, se firmó el Convenio de Amorebieta, que implicó la desmovilización de sus tropas. Posteriormente, el pretendiente Carlos VII volvió a entrar en España, y los carlistas lograron ocupar las provincias vascas, Navarra, Aragón, Valencia y Castilla. Sin embargo, la victoria final fue para los liberales.

En el norte, los carlistas crearon un Estado alternativo en las provincias vascas y Navarra. Este Estado legislaba en materias como la enseñanza y el orden público, omitiendo la moneda nacional y estableciendo su propio servicio de correos.

Causas y consecuencias

Entre las causas del enfrentamiento se encontraban las tensiones entre campesinos y terratenientes, así como el conflicto entre foralistas y centralistas. El conflicto finalizó en 1876 con la derrota carlista, lo que supuso el fin del sistema foral vasco.

La Guerra de los Diez Años en Cuba (1868-1878)

Cuba mantenía estrechos lazos con la economía estadounidense y admiraba el desarrollo económico y la democracia de EE. UU. El interés de Estados Unidos por la isla creció hasta el punto de intentar comprarla a España. Este conflicto se inició de forma paralela a la Revolución Gloriosa en España.

Comenzó con el Grito de Yara en 1868, liderado por Manuel de Céspedes. Inicialmente, algunos sectores buscaban la anexión a Estados Unidos, pero el objetivo principal se consolidó en la lucha por la independencia. La guerra concluyó con la Paz de Zanjón en 1878, durante el reinado de Alfonso XII, sin un claro vencedor.

Causas del conflicto

La sublevación fue motivada por una serie de agravios contra la población cubana:

• Fuerte opresión y gobierno autoritario por parte de España.
• Imposición de tributos y contribuciones arbitrarias.
• Privación de libertades políticas, civiles y religiosas.
• Prohibición del derecho de reunión.
• Trato a los disidentes como rebeldes, a quienes solo se les permitía callar y obedecer.
• Situación de degradación y miseria en amplias capas de la población.
• Percepción de un trato opresivo por parte de España.
• Expulsiones y juicios sumarios por parte de comisiones militares.

Consecuencias del Desastre del 98

Consecuencias políticas

• A pesar de la derrota, no se produjo una crisis política inmediata. No hubo dimisiones ni asunción de responsabilidades, y el sistema de la Restauración sobrevivió al desastre.
• Fortalecimiento de los nacionalismos periféricos, que se sintieron menos identificados con un Estado incapaz de desarrollar una política renovadora.
• Cuestionamiento del sistema de quintas (servicio militar obligatorio).
• Evidencia de la necesidad urgente de modernizar el ejército y su armamento, que se consideraba obsoleto y con un exceso de oficiales en proporción a la tropa.

Consecuencias demográficas

Fallecimiento de aproximadamente 250,000 españoles, en gran parte debido a enfermedades.

Consecuencias ideológicas: El Regeneracionismo

Surgimiento del Regeneracionismo, un movimiento cultural, político, ideológico y social que criticaba el sistema de la Restauración. Proponía modernizar la economía y la sociedad partiendo de la "España real", reformar el sistema político y recuperar el prestigio perdido tras el 98. Contó con el apoyo de las clases medias.

Propuestas regeneracionistas según diferentes grupos:

• Desde la burguesía: Se enfocaban en el atraso económico y proponían modernizar la economía.
• Desde los políticos antidinásticos: Criticaban el sistema canovista y abogaban por su reforma.
• Desde los intelectuales: Denunciaban un gobierno "desde arriba" que excluía a las clases bajas y medias, y proponían una regeneración de España "desde abajo".