Conflictos y Reformas en la España del Siglo XIX: Guerras Carlistas y Trienio Liberal
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La Primera Guerra Carlista (1833-1840)
La Primera Guerra Carlista fue un conflicto civil que marcó profundamente la historia de España, desarrollándose en dos fases principales.
Fases del Conflicto
Primera Fase (1833-1835)
- Durante este periodo, los carlistas lograron importantes triunfos en el norte de España, aunque no consiguieron conquistar ninguna ciudad de relevancia.
- La insurrección cobró un impulso significativo en 1834, cuando el pretendiente Carlos María Isidro de Borbón abandonó Gran Bretaña para establecerse en Navarra, donde intentó crear una monarquía alternativa.
- El general Tomás de Zumalacárregui, al mando de las tropas carlistas norteñas, logró organizar un ejército eficaz que conquistó ciudades como Tolosa, Durango, Vergara y Éibar. Sin embargo, fracasó en la toma de Bilbao, donde encontró la muerte.
- Las tropas carlistas del norte y de Cataluña, lideradas por figuras como Ramón Cabrera, también tuvieron un papel destacado en esta fase.
Segunda Fase (1836-1840)
- A partir de 1836, la balanza de la guerra comenzó a inclinarse a favor del bando liberal. Un punto de inflexión fue la victoria del general Baldomero Espartero, que puso fin al sitio de Bilbao.
- Se iniciaron diversas expediciones carlistas; la más importante marchó hacia Cataluña y se dirigió a Madrid con la intención de tomar la capital. No obstante, las fuerzas carlistas fueron incapaces de ocupar la ciudad y se vieron obligadas a replegarse al norte.
- El conflicto concluyó en 1839 con la firma del Convenio de Vergara entre el general carlista Rafael Maroto y el general liberal Baldomero Espartero. Este acuerdo estableció el mantenimiento de los fueros en las provincias vascas y Navarra, buscando una reconciliación y el fin de las hostilidades.
El Trienio Liberal (1820-1823)
El Trienio Liberal fue un periodo de profundas reformas y tensiones políticas en España, que se inició con un pronunciamiento militar.
Inicio y Establecimiento del Régimen Liberal
- El 1 de enero de 1820, el teniente coronel Rafael del Riego se sublevó en Cabezas de San Juan (Sevilla) y recorrió Andalucía, proclamando la restauración de la Constitución de 1812.
- La pasividad del ejército, la acción de los liberales en las principales ciudades y la neutralidad de gran parte del campesinado obligaron al rey Fernando VII a aceptar la Constitución el 10 de marzo de 1820.
- Se formó un nuevo gobierno y se convocaron elecciones a Cortes. La mayoría de los diputados elegidos eran liberales, quienes iniciaron una ambiciosa obra legislativa.
Reformas y Medidas Legislativas
- Se restauraron gran parte de las reformas de Cádiz, buscando modernizar el país.
- Se estableció la disminución del diezmo y se implementaron reformas en el sistema fiscal, el Código Penal y el ejército.
- Se impulsó la liberalización de la industria y el comercio, lo que potenció el desarrollo de la burguesía.
- Se inició una modernización política y administrativa del país, siguiendo el modelo de Cádiz. Se formaron ayuntamientos y diputaciones electivos.
- Se reconstruyó la Milicia Nacional como un cuerpo armado de voluntarios, formado principalmente por las clases medias urbanas, con el fin de garantizar el orden y defender las reformas constitucionales.
Oposición y Descontento
- Las reformas liberales encontraron la fuerte oposición de la monarquía. Fernando VII paralizó las leyes que pudo y conspiró activamente contra el gobierno, buscando recuperar el poder absoluto mediante la intervención de las potencias absolutistas europeas (la Santa Alianza).
- Sin embargo, las nuevas reformas también provocaron descontento en el sector del campesinado. Aunque se abolían los señoríos, no se les facilitaba el acceso a la propiedad de las tierras.
- Además, no se produjo una reducción significativa de impuestos y se les obligaba a vender sus cosechas para poder pagar el diezmo, lo que generó dificultades económicas.
- De este modo, los sectores más pobres del campesinado se unieron a la agitación antiliberal, contribuyendo a la inestabilidad del periodo.