Conflictos Carlistas en España: Orígenes, Desarrollo y Consecuencias (1833-1876)
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Guerras Carlistas (1833-1876): Conflicto Dinástico y Foral en España
GUERRAS CARLISTAS (1833-76): Guerra entre el bando isabelino, apoyado por las zonas urbanas, la burguesía, los trabajadores de las ciudades, las altas jerarquías de la Iglesia, la alta nobleza y la mayoría del ejército, así como por Gran Bretaña, Francia y Portugal, y el bando carlista, apoyado por el mundo agrario, mayoritariamente campesino, los terratenientes, la baja nobleza opuesta a la desaparición del mayorazgo, gran parte de la Iglesia que temía las desamortizaciones y los artesanos que se oponían a la desaparición de los gremios (País Vasco, Navarra, Norte de Cataluña y zonas del Maestrazgo), y por potencias como Prusia, Austria y Rusia, dentro del marco del Congreso de Viena (1815).
I Guerra Carlista (1833-40)
La Primera Guerra Carlista se desarrolló en tres fases:
- 1ª Fase (1833-35): Los carlistas intentaron una insurrección general, pero el ejército isabelino logró reprimirla, lo que desembocó en una guerra civil más duradera. Los carlistas, al mando del general Zumalacárregui, tomaron importantes zonas agrarias en el norte de España: vascas, navarras y catalanas, aunque no lograron alcanzar ninguna zona urbana de importancia, fracasando en Bilbao, donde además perdió la vida el general Zumalacárregui.
- 2ª Fase (1836-37): En el bando isabelino, destacó la figura del general Espartero, que se hizo con el mando del ejército liberal. Los carlistas intentaron de nuevo realizar nuevas campañas militares, esta vez en Castilla, Andalucía y otras zonas del norte, con la intención de aliviar a las regiones vasco-navarras; sin embargo, no recibieron apenas apoyo y volvieron a fracasar. Destacan la expedición de Gómez desde Galicia hasta Cádiz y la expedición real encabezada por Carlos María Isidro, desde Estella hasta Madrid. Espartero, que dirige el ejército liberal, consigue una gran victoria en Luchana, lo que le dará un gran prestigio, mientras que para el bando carlista la situación se va haciendo cada vez más difícil.
- 3ª Fase (1837-39): Todas estas derrotas debilitaron al bando carlista, surgiendo facciones que declaran sus intenciones de negociar la paz, aunque otro sector se oponía a ello. Finalmente, se firma el conocido Convenio de Vergara, que quedó sellado con el abrazo entre el carlista Maroto y Espartero, que se comprometió a no tomar represalias contra el ejército carlista, a mantener su categoría militar y su retribución, además de remitir la cuestión foral a las Cortes. Por su parte, Carlos María Isidro, contrario al pacto, se exilió a Francia.
II Guerra Carlista (1846-49)
La Segunda Guerra Carlista (1846-49) se desarrolló únicamente en territorio catalán. Se produjo ante el fallido enlace entre la reina Isabel II y el pretendiente carlista, Carlos VI, hijo de Carlos María Isidro. Con ella se pretendía solucionar el conflicto. A los pocos años hubo otro contacto, con varios levantamientos también en Cataluña, en torno a 1855-1860.
III Guerra Carlista (1872-76)
La Tercera Guerra Carlista (1872-76) se inicia tras el derrocamiento de Isabel II, en 1868. En esta ocasión intentarán incorporar de nuevo al candidato carlista y así evitar la intromisión de un rey extranjero en la corona española, con Amadeo I o el desarrollo de nuevas formas de gobierno como la República, surgida en 1873. A pesar del esfuerzo carlista, este fue de nuevo sofocado.
Consecuencias de las Guerras Carlistas
Estos enfrentamientos produjeron importantes pérdidas humanas, y sobre todo desembocaron en un gran gasto económico, que llevó al gobierno central, en manos de los liberales, a llevar a cabo drásticas soluciones económicas, como la desamortización de bienes que llevó a cabo fundamentalmente Mendizábal. A partir de este momento, la regente Mª Cristina y la propia reina Isabel II, a pesar de tener un talante tradicional, permitirán que los liberales gobiernen, aunque siempre eligiendo o favoreciendo a los más moderados, junto con militares que irán adquiriendo, como veremos, un importante protagonismo en la escena política.
Cuestión Foral
La cuestión foral es el intento de mantener los privilegios y fueros de algunas provincias como Navarra o País Vasco y la recuperación del de Valencia, Cataluña y Aragón perdidos tras el establecimiento de los Decretos de Nueva Planta. Los liberales, sin embargo, eran partidarios de un sistema central y homogéneo. Sin embargo, se les concederá a partir de 1841, algunos privilegios importantes como: exenciones fiscales y militares y el mantenimiento de algunas instituciones y leyes propias.