Configuración Hidrográfica: Factores Clave y Vertientes de la Península Ibérica
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Factores Determinantes de la Red Fluvial
El Papel del Relieve en la Hidrografía
El relieve determina las cuencas y vertientes hidrográficas, la pendiente y la capacidad erosiva de los ríos.
Definición de Cuenca Hidrográfica
Una cuenca hidrográfica es el territorio cuyas aguas vierten a un río principal y a sus afluentes. Las cuencas hidrográficas se hallan separadas entre sí por divisorias de aguas (cambios de pendiente) que separan una cuenca hidrográfica de otra. Presentan una disposición en forma de red fluvial jerarquizada, con un río principal, sus afluentes y subafluentes. Los ríos circulan por un cauce o lecho.
Definición de Vertiente Hidrográfica
Una vertiente hidrográfica está formada por el conjunto de cuencas hidrográficas cuyas aguas vierten al mismo mar.
Disimetría de las Vertientes en la Península Ibérica
En la Península Ibérica existe una gran disimetría entre la vertiente atlántica (69% del territorio) y la vertiente mediterránea (31% del territorio). Esta diferencia entre las dos vertientes se debe a un fenómeno geológico: en el transcurso de la orogenia alpina, a comienzos de la Era Terciaria, la Meseta Central basculó, se inclinó hacia el oeste, y los cursos fluviales de grandes ríos peninsulares, como el Duero, el Tajo o el Guadiana, quedaron orientados hacia el Atlántico.
Influencia de los Tipos de Rocas en los Flujos Fluviales
La naturaleza de las rocas también influye en los flujos y caudales de los ríos. Las rocas arcillosas son impermeables y facilitan las corrientes superficiales. En cambio, en las zonas calizas se producen filtraciones que dan lugar a bolsas de aguas subterráneas (acuíferos), corrientes subterráneas y resurgencias (por ejemplo, el río Guadiana).
Importancia de la Vegetación en la Regulación Hídrica
La vegetación contribuye a regular el caudal de los ríos porque retiene el agua un tiempo y la deja fluir paulatinamente. También evita la aceleración de la evaporación por la retención del agua en las raíces subterráneas de las plantas.
Impacto de la Intervención Humana en los Sistemas Fluviales
La intervención humana en la actualidad resulta un factor determinante porque:
- Modifica el curso de los ríos (ejemplo: Desembocadura del Turia en Valencia).
- Canaliza sus cursos para evitar desbordamientos.
- Regula el caudal con obras hidráulicas (pantanos o embalses).
- Detrae buena parte de sus aguas mediante canales y trasvases de unas cuencas a otras, para el aprovechamiento de sus aguas (riegos, abastecimiento industrial y urbano, etc.).
Las Vertientes Hidrográficas de la Península Ibérica: Características Detalladas
En la Península Ibérica se observa una gran disimetría entre sus vertientes fluviales, principalmente entre la atlántica (que incluye la cantábrica como una región específica) y la mediterránea. La causa fundamental de esta configuración es la inclinación de la Meseta Central hacia el oeste.
La Vertiente Cantábrica: Ríos Cortos y Erosivos
Los ríos de la vertiente cantábrica son cortos, ya que nacen en montañas cercanas a la costa. Tienen gran fuerza erosiva, dado que salvan un gran desnivel entre su nacimiento y su desembocadura. Esta erosión sería aún mayor si las laderas de los relieves que atraviesan no estuvieran protegidas por la vegetación.
La Vertiente Atlántica: Ríos Largos de Régimen Irregular
Los ríos de la vertiente atlántica son largos, al nacer cerca del Mediterráneo y desembocar en el Atlántico. Su fuerza erosiva es escasa, dado que discurren por llanuras en las que apenas se hunden, pero forman barrancos en los desniveles. Su caudal es abundante porque tienen numerosos afluentes, pero su régimen es irregular. Presentan estiaje en verano, coincidiendo con el mínimo de precipitación, y crecidas con las lluvias de otoño y primavera.
La Vertiente Mediterránea: Ríos Cortos de Caudal Escaso e Irregular
Los ríos de la vertiente mediterránea, excepto el Ebro, son cortos, puesto que nacen en montañas próximas al mar. Son ríos abarrancados, que erosionan violentamente las laderas deforestadas. Su caudal es escaso debido a las reducidas precipitaciones, y su régimen es muy irregular. Presentan acusado estiaje en verano y pueden sufrir crecidas catastróficas en otoño, originadas por lluvias torrenciales.