Condiciones de Vida y Trabajo en la Revolución Industrial: Salarios, Jornadas y Seguridad Social

Enviado por Chuletator online y clasificado en Francés

Escrito el en español con un tamaño de 6,1 KB

Las Nuevas Condiciones de Vida en la Revolución Industrial

Un Debate Recurrente

A partir del primer tercio del siglo XIX, las nuevas condiciones de vida dieron lugar a que los teóricos discutieran sobre su naturaleza. Iniciado en 1926, el debate enfrentó a optimistas y pesimistas. John Clapham rebatió a Arnold Toynbee, y entre los optimistas podemos señalar a autores como Clapham o Hartwell. Entre los pesimistas, la tradición whig y de izquierdas que va desde los Hammond y los Webb hasta nuestros contemporáneos Thompson y Hobsbawm, pasando por Marx y Engels.

El Salario y las Condiciones de Vida de los Trabajadores

Las condiciones de vida de los trabajadores se caracterizaban por un eterno equilibrio o desequilibrio entre ingresos y gastos. Este inestable equilibrio entre salarios familiares y precios se manifiesta en la extensión que cobraron las sociedades mutualistas.

Variaciones en la Cuantía del Salario

La cuantía del salario variaba ostensiblemente, dependiendo del oficio en que se ocupara el trabajador. La norma era que aquellas ocupaciones que no habían sido descualificadas mediante la introducción de la máquina estuvieran mejor remuneradas. Los trabajadores de la construcción, del textil, de la imprenta, etc., podían cobrar salarios dos o tres veces superiores a los de trabajadores fabriles sin especialización o a los de los simples jornaleros sin oficio.

Ingresos Familiares

El salario del cabeza de familia no era el único ingreso; la mujer y los niños también podían ingresar recursos. El trabajo de la mujer fue importante durante el proceso de la Revolución Industrial. Los niños trabajaban incluso antes de que la producción capitalista cambiara las formas de vida, ya sea en tareas del campo o colaborando en el domestic system textil.

Las Condiciones de Trabajo

La vida en los talleres y fábricas durante el primer momento de la industrialización fue muy dura.

Horarios Laborales

Respecto a los horarios, la jornada común era de doce horas, reduciéndose con cierta rapidez a diez horas y media en solo un lustro. Sin embargo, esta norma no se aplicaba a gremios o sectores concretos, como las obreras de la industria del vestido o los dependientes de comercio. En España, la jornada era de 8 horas, pero se generalizó en los países europeos en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial.

Seguridad e Higiene en el Trabajo

Las condiciones de seguridad e higiene, así como el estado medioambiental de fábricas y talleres, constituyen factores de primer orden en la calidad de vida obrera. El trabajador pasaba más de la mitad de las horas del día, durante 6 o 7 días a la semana, en escenarios nada protegidos. Otra denuncia reiterada es la que afecta a la no aplicación de normas de seguridad en el trabajo, como andamios en mal estado y maquinaria no protegida. La estadística sobre accidentes de trabajo es anecdótica en sus informaciones. La salud laboral venía determinada por una conjunción de factores, entre los que se puede señalar la utilización de determinados materiales en el proceso de fabricación.

La Seguridad Social y el Mutualismo

La condición obrera se caracterizaba por la inestabilidad. El accidente, la enfermedad, la incapacidad y la muerte eran contingencias comunes a las que se debía enfrentar un trabajador sin ningún respaldo. La sociedad tradicional desarrollaba mecanismos de autoprotección de la comunidad, que iban desde el concepto y la consideración de la familia extensa hasta la solidaridad gremial.

El Surgimiento del Mutualismo

Desde muy temprano, los trabajadores idearon fórmulas con las que proporcionarse un cierto amparo ante la desgracia, dando lugar a la aparición del mutualismo. En 1870, mientras los potentes sindicatos británicos, las Trade Unions, junto con las sociedades mutuales, aseguraban su futuro contribuyendo con una cuota que, en caso de infortunio, daba lugar al disfrute de un subsidio. Estas sociedades mutuales identificaban la transición entre una sociedad tradicional y protegida desde ella misma y una sociedad moderna caracterizada por la presencia de un estado social con garantías de subsistencia mínima a los ciudadanos. El mutualismo representa la etapa en la que las anteriores solidaridades gremiales desaparecen y no existe fuera de la sociedad.

Alcoholismo, Tuberculosis y Enfermedades Laborales

Las condiciones medioambientales en las que se desarrollaba la vida en las ciudades incrementaron la mortalidad urbana muy por encima de la producida en ámbitos rurales, a pesar de que el ciudadano urbano disponía de una mejor atención médico-farmacológica. El hacinamiento, la falta de higiene y la alimentación deficiente convirtieron a los sectores populares en presa fácil de continuas epidemias. El siglo XIX fue testigo de epidemias como la viruela y el cólera. Los adelantos en infraestructuras urbanas y la popularización progresiva de las vacunas y de las reglas de higiene contribuyeron sobremanera a reducir esos niveles de mortalidad.

Tuberculosis y Otras Enfermedades

La tuberculosis, una enfermedad infecciosa producida por el bacilo de Koch, afectaba a los pulmones y, en algunas ocasiones, a los intestinos. Otras enfermedades que no cobraron notoriedad en ese tiempo fueron la gripe, el sarampión, etc.

El Alcoholismo

La difusión del alcoholismo tuvo que ver con el cambio de pautas de vida y de comportamientos privados y colectivos.

Las Nuevas Formas de Ocio

La taberna constituyó el lugar por excelencia donde se consumía el ocio popular. La tradición festiva venía marcada por eventos como el partido de fútbol anual celebrado en Derby el martes de carnaval. El ocio racionalizado implicó la apertura de espacios y actividades dedicadas a la observación y a la lectura. El balompié de Derby fue boicoteado por las Trade Unions. Centros de instrucción obrera fueron abiertos por las sociedades obreras como alternativa edificante a una nunca derrotada taberna y a una siempre cuestionada moral y valores burgueses.

Entradas relacionadas: