La Condición Posmoderna: El Fin de los Metarrelatos
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Jean-François Lyotard (1927-1998)
Es el primero en usar el término “posmodernidad” dentro del ámbito de la filosofía, en una de sus obras: La condición posmoderna. En ella analiza cuál es la condición del saber en las sociedades más desarrolladas y cómo se legitiman (probar o justificar la verdad de algo o su calidad conforme a las leyes), tanto el saber como la propia realidad social.
La Modernidad y su Legitimación
La modernidad puso el fundamento de lo real en el sujeto y la razón; sujeto y libertad quedaron articulados en la idea de progreso. En la actualidad, se muestra inevitable. El conocimiento ha cambiado en la sociedad de la época postindustrial. El rasgo más sobresaliente es la nueva forma de plantear la cuestión de la legitimidad. Antes de la modernidad, los mitos y la religión cumplían la función legitimadora, justificaban una realidad que se hacía comprensible desde ellos. Con la modernidad, esta función corresponde al discurso unificador de la razón, una razón universal que puede conducir a diferentes teorías legitimadoras.
Grandes Metarrelatos de la Modernidad
- La Ilustración propone la liberación del ser humano por medio del conocimiento.
- El marxismo afirma que la superación definitiva se alcanzará con la transformación revolucionaria de la producción y la desaparición de la propiedad privada y las clases sociales.
- El liberalismo capitalista asegura la superación de la pobreza con el desarrollo técnico.
A pesar de tener contenidos muy diferentes, se basan en un mismo concepto, todos ellos dan sentido a la totalidad de lo real; grandes metarrelatos que tienen una función legitimadora para construir una sociedad cohesionada. Dichos metarrelatos dirigen las acciones de los individuos.
El Fracaso de los Metarrelatos
Los acontecimientos del siglo XX han supuesto una contradicción para los grandes relatos tradicionales. El conocimiento y la razón no han llevado a la humanidad a ningún progreso. La promesa de liberación se ha quedado sin sentido. La pobreza y el hambre aumentan en los países del Sur del planeta, mientras que el primer mundo derrocha en el consumo. Los grandes relatos ya no sirven, la modernidad ha tocado a su fin, el discurso unificador ha perdido su sentido. Las transformaciones hacen que esta idea de razón ya no pueda mantenerse. La función legitimadora utiliza otros medios.
La Ciencia en la Posmodernidad
Prueba de esto es la forma en la que hoy en día se habla de la ciencia. Se prescinde del viejo discurso teórico sobre cómo contribuye al desarrollo de la humanidad. Se generaliza el discurso sobre el lugar que ocupa la ciencia en el desarrollo económico. Se considera la ciencia como mera fuerza productiva como información que se transforma en un producto de consumo. Es un elemento más del mercado que responde a la lógica que lo dirige, es un producto económico que se juzga según los criterios de rentabilidad y eficacia. La utilidad práctica es fundamental si se quiere demostrar que un saber merece la pena.
El Imperio de la Tecnociencia
El fracaso del proyecto ilustrado es definitivo, el desarrollo de los ideales propuestos en dicho proyecto han provocado ese fracaso. La Ilustración ha acabado consigo misma. El imperio de la tecnociencia (fusión de la investigación científica teórica con sus aplicaciones prácticas, técnicas.), consecuencia directa del desarrollo del conocimiento racional, ha conducido a un mundo en el que los ideales ilustrados son imposibles de alcanzar. Los peligros que acechan a la humanidad vienen de sí misma: el peligro es la autodestrucción provocada por los nuevos medios.