Conceptos Fundamentales de la Vida Cristiana

La Fe

La fe es una adhesión personal del hombre entero a Dios que se revela. Comprende una adhesión de la inteligencia y de la voluntad a la revelación que Dios ha hecho de sí mismo mediante sus obras y palabras.

La Oración

La oración es el diálogo por excelencia entre Dios y los hombres. Es nuestro medio para comunicarnos con Dios y elevar lo que somos a Él.

Dones del Espíritu Santo

• Sabiduría: Es la capacidad para gustar de las cosas de Dios, de todo lo que se refiere a Dios y a las cosas del alma. Nos hace comprender la grandeza insondable de Dios y nos induce a buscarlo sobre todas las cosas.
• Entendimiento: Nos lleva a comprender lo que Dios nos dice. Ilumina para nosotros las riquezas de la fe y nos permite contemplar el don de Dios.
• Consejo: Nos permite discernir y elegir lo que más nos conviene: lo que Dios espera de nosotros. Nos lleva a decidir acertadamente e incluso aconsejar a los otros en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.
• Fortaleza: Para seguir a Jesús hace falta valentía; este don nos da esa fuerza especial, ese valor y entusiasmo que necesitamos para ser testigos de Cristo en la vida cotidiana y sobrellevar con paciencia y coraje las dificultades de la vida.
• Ciencia: Nos lleva a descubrir y gozar la Creación, conociendo mejor a Dios. Nos ayuda a distinguir entre lo verdadero y lo falso, entre la verdad y la mentira y elegir la verdad.
• Piedad: Es la expresión de un cariño especial, de amoroso fervor, por la Palabra de Dios, los sacramentos en los que Cristo se hace presente, por la oración y la meditación, como fuente de alegría porque suponen el encuentro personal y comunitario con el Señor.
• Temor de Dios: Lejos de infundirnos miedo, este temor a ofender a Dios, Padre de toda misericordia que nos ama con infinita ternura, nos ayuda a perfeccionarnos cada día y nos inspira el dolor de estar lejos de su Presencia, evitándonos de ese modo el pecado.

Importancia de las Bienaventuranzas

Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del hombre a fin de traerlo hacia Él, el único que lo puede satisfacer. La bienaventuranza prometida nos coloca ante elecciones morales decisivas. Nos invita a purificar nuestro corazón de sus instintos malvados y a buscar el amor de Dios por encima de todo. Nos enseña que la verdadera dicha no reside ni en la riqueza o el bienestar, ni en la gloria humana o el poder, ni en ninguna obra humana, por útil que sea como la ciencia, las técnicas y las artes, ni en ninguna criatura, sino en Dios solo, fuente de todo bien y de todo amor.

El Padre Nuestro

En el Padre Nuestro, las siete peticiones que hacemos expresan en esa doble dirección lo que deseamos y lo que necesitamos:

Estructura de las Peticiones

• Las tres primeras peticiones están centradas en lo que deseamos (TÚ-DIOS): “TU”: TU NOMBRE; TU REINO; TU VOLUNTAD.
• Las cuatro siguientes están centradas en lo que necesitamos (NUESTRO-NOSOTROS): “NUESTRO”: NUESTRO PAN; NUESTRAS OFENSAS; NUESTRAS TENTACIONES; NUESTROS MALES.

Una Oración Peligrosa

Los cristianos decimos que el Padre Nuestro es una oración peligrosa porque si no perdonamos a quienes nos ofenden de corazón, corremos el peligro de no recibir ningún perdón.