Conceptos Fundamentales de la Epistemología Kantiana
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Kant también denomina el espacio y el tiempo intuiciones puras. Por ello, no son conceptos que se aplican a la multiplicidad de individuos. Al ser puras, carecen de contingencia empírica, lo que significa que el espacio y el tiempo no son nada fuera de nuestra sensibilidad.
La Analítica Trascendental: El Entendimiento y las Condiciones del Conocimiento
Si percibir es la función propia de la sensibilidad, comprender lo es del entendimiento. Kant nos indica que la función de entender se realiza mediante conceptos. Por ello, es necesario distinguir entre:
- Conceptos empíricos: Los que proceden de la experiencia.
- Conceptos a priori: Los que no proceden de la experiencia.
Las Formas de Juicio y las Categorías
El entendimiento opera mediante juicios. Kant clasifica los juicios según diferentes aspectos:
- Según su cantidad: Universales, particulares o singulares.
- Según su cualidad: Afirmativos, negativos o indefinidos.
- Según su relación: Categóricos, hipotéticos y disyuntivos.
- Según su modalidad: Problemáticos, asertóricos y apodícticos.
De estas formas de juicio, Kant deriva las categorías, que son los conceptos puros del entendimiento. Las categorías son condiciones trascendentales y necesarias de nuestro conocimiento de los fenómenos. Esto significa que el entendimiento no puede explicar los fenómenos si no es aplicándoles estas categorías (por ejemplo, las categorías de posibilidad, existencia y necesidad se relacionan con los juicios modales).
Fenómeno y Noúmeno
La distinción entre fenómeno y noúmeno es fundamental para Kant.
- El fenómeno es el objeto tal como se nos aparece, condicionado por nuestras formas de intuición (espacio y tiempo) y las categorías del entendimiento.
- El noúmeno (o cosa en sí) es el objeto considerado independientemente de nuestra sensibilidad e intelecto.
Negativamente, noúmeno significa una cosa en la medida en que no puede ser conocida por medio de la intuición sensible. Positivamente, significaría un objeto que puede ser conocido por medio de una intuición no sensible (intelectual), algo que no poseemos los humanos. Por tanto, el concepto de noúmeno queda para nosotros como algo negativo, como el límite de lo que puede ser conocido empíricamente.
La distinción entre fenómeno y noúmeno permite comprender por qué Kant denomina a su doctrina idealismo trascendental: nuestro conocimiento se limita al mundo de los fenómenos, que está constituido en parte por las estructuras a priori de nuestra mente.
La Dialéctica Trascendental: Los Límites de la Razón
En la Dialéctica Trascendental, Kant rechaza la posibilidad de la metafísica como ciencia que pueda proporcionar conocimiento objetivo sobre objetos más allá de la experiencia (como Dios, el alma o el mundo como totalidad).
La metafísica es imposible porque las categorías solo pueden aplicarse legítimamente a los fenómenos. La aplicación de las categorías fuera de la experiencia sensible da lugar a errores e ilusiones trascendentales.
La misión de la dialéctica es precisamente demostrar que estos errores provienen de pasar por alto la distinción entre fenómenos y cosas en sí, y de aplicar las categorías más allá de sus límites legítimos.
La Razón y las Ideas Trascendentales
La razón, en su búsqueda de la unidad y lo incondicionado, nos conecta unos juicios con otros, formando silogismos y buscando principios cada vez más generales que sirvan de fundamento a una multiplicidad de juicios particulares. Esta búsqueda natural de la razón la lleva a postular ideas trascendentales: Dios, alma y mundo (como totalidad incondicionada).
Estas ideas de razón, aunque no proporcionan conocimientos objetivos sobre realidades trascendentes, expresan el ideal de la razón de encontrar leyes y principios cada vez más generales y unificados. Sin embargo, intentar tratarlas como objetos de conocimiento lleva a contradicciones (antinomias) y paralogismos.