Conceptos Clave en Sociología: Lenguaje, Conocimiento y la Teoría Actor-Red

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Definiciones Clave en Sociología

Estructura Espacial y Temporal

  • Estructura espacial: Es periférica en relación con el posicionamiento del sujeto. Posee una dimensión social, en la medida que la interpretación del sujeto se encuentra en la intersección de la de otros sujetos.
  • Estructura temporal: Identifica la vida cotidiana en lo que respecta a nuestro propósito de acción en presente. La percepción también está estructurada desde la variable tiempo.

Conceptos Fundamentales

  • Realidad sui generis: Afirmación de que la realidad social tiene un carácter dual, que es tanto objetiva como subjetiva.
  • Fantásmatas: Son las meras representaciones o apariencias con las que Platón identificaba el mundo de los fenómenos (sociales).
  • Ontofilia: Lo importante es la “cosa” (estado, situación, proceso, objeto) en su ser más real: la apariencia o fenómeno. En la medida en que es engañoso, es una mera ilusión que hay que superar o desenmascarar y atenerse a ella tal y como es en la realidad.
  • Fenomenalitas: Valoran el fenómeno como única realidad; negando que existan diferencias entre realidad y apariencia.

El Lenguaje como Herramienta de la Realidad Social

Perspectivas del Lenguaje

  1. Perspectiva lingüística: Estudia el lenguaje en sí mismo, con abstracciones de variables y circunstancias externas a la propia lengua.
  2. Orientación sociolingüística: Se centra en el estudio de la dimensión social del lenguaje, interesándose por aquellas variables y circunstancias que explican la variedad lingüística asociada a la estructura social.
  3. Perspectiva sociológica: La sociología del lenguaje es sociología, no lingüística; y justifica su existencia gracias a la consideración del lenguaje como realidad social.

El Lenguaje como Constructor de la Realidad

Walter Lippmann afirma que “la manera cómo imaginan el mundo determina en todo momento lo que harán los hombres”, ya que, “en el nivel de la vida social, lo que llamamos adaptación del hombre a su medio se lleva a cabo mediante ficciones”. Esto significa que mediante representaciones del medio, hechas en gran medida por el hombre, pretendemos explicar la realidad. Lippmann cree que el medio donde nos movemos es demasiado vasto y complejo para nuestro conocimiento directo, se nos escapan sutilezas, variedades y combinaciones.

Pero como tenemos que actuar en él, nos vemos obligados a reconstruirlo en un molde más sencillo para poder manejarlo. Es lo que se llama un seudomedio; es una construcción simbólica, un medio artificial, pero tan “verdadero” como el que llamamos ambiente real. Asistimos, entonces, a una secuencia de retroalimentación: el medio real produce efectos sobre la vida de los hombres, mientras que las acciones de estos producen efectos sobre el medio real, pero siempre a través del medio ficticio (seudomedio), simbólico, artificial, y “verdadero” que es la creación humana.

Ese medio “construido” lo está con palabras. Esto implica que nuestra visión del mundo se construye a través del lenguaje: el sistema social está en nuestros procesos cognitivos. Concebimos el pensamiento como un acto lingüístico.

Lo importante está en que el pensar tiene una estructura conversacional y constituye una acción lingüística. Pensamos con palabras y con frases, del mismo modo que hablamos.

La Sociología del Conocimiento Científico

Robert K. Merton y la Estructura de la Vida Científica

En los años 30 del siglo XX, el investigador Robert K. Merton comenzó sus investigaciones indagando en la ciencia como “institución social”, lo que resultó en la fundación de un nuevo campo de análisis científico: la sociología de la ciencia.

Merton plantea la tesis de la “afectación social del conocimiento científico” y centra su interés en la interdependencia entre la ciencia y la estructura social; ampliando la tesis weberiana de la mutua funcionalidad de la ética protestante y el capitalismo, así como el impulso que la ciencia recibió en esa misma época. Su indagación le llevó a considerar los factores internos de las comunidades científicas que situaban a la ciencia como actividad social y garantizaban su mantenimiento como institución.

El funcionalismo predominante en aquellos años hizo que formulase un complejo de valores y normas obligatorias para el científico, que Merton concretó en cuatro elementos básicos: universalismo, comunalismo, desinterés y escepticismo organizado; bajo el acrónimo de los “CUDEOS”.

Merton señalaba que la Inglaterra del siglo XVII reunía ya los CUDEOS, sin embargo, también eran frecuentes las disputas científicas por el reconocimiento de los descubrimientos realizados.

Años más tarde, afirma que el reconocimiento contribuye al reforzamiento de los valores y las normas del propio ethos científico. Sin embargo, no se resuelve el problema totalmente puesto que el reconocimiento al descubrimiento científico choca con valores morales. Concluye que la ciencia como institución social se estructura a partir de un sistema de intercambios basado en recompensas a cambio de información científica.

Corrige que la consecuencia más importante del sistema de intercambios es la de reforzar los valores morales. La búsqueda de la verdad nunca se lleva a cabo de manera desinteresada. El reconocimiento en la ciencia desempeña un papel similar al dinero en la sociedad.

David Bloor y el “Programa Fuerte” de la Escuela de Edimburgo

La primera escuela que protagonizó el movimiento de renovación de la sociología en el análisis del conocimiento científico fue la denominada “Programa Fuerte”. Surgió en la Universidad de Edimburgo en los años 70 del siglo XX. A partir de la obra de Kuhn, estudiosos de la ciencia entendieron que la sociología constituía un campo idóneo para estudiar la práctica científica más allá de los enfoques racionalistas tradicionales.

David Bloor, junto con Barry Barnes, padres del programa, establecen en el texto “Conocimiento e Imaginario Social” una declaración metodológica que asume que el estudio del conocimiento científico debe ser:

  • Imparcial con respecto a la verdad y a la falsedad, la racionalidad y la irracionalidad, el éxito o el fracaso. Ambos lados de estas dicotomías exigen explicación.
  • Simétrico en su estilo de explicación. Los mismos tipos de causa deben explicar, digamos, las creencias falsas y verdaderas.

Si bien estas ideas son principios caracterizadores dentro de la sociología, la declaración metódica de Bloor asume un principio de causalidad que agrupa factores sociales y otros tipos de causas para dar lugar a creencias y estados de conocimiento; aplicables también a la propia sociología.

Sin embargo, estas ideas y la propia práctica investigadora del “Programa Fuerte” no han sido bien aceptadas desde tradiciones científicas importantes como el programa empírico del relativismo de H.M. Collins, ni de la perspectiva discursiva-reflexiva de S. Woolgar, o de la teoría del actor-red de Bruno Latour.

El antagonismo entre las distintas corrientes permite a la sociología científica perfilarse bajo cinco principios que complementen los ejes metodológicos señalados:

  1. Principio de Naturalización: Rechaza la distinción entre el contexto de justificación y el contexto de descubrimiento. El nuevo enfoque es la mejor epistemología, ya que da cuenta de que las prácticas reales permiten el crecimiento científico.
  2. Tesis del Relativismo: Afirma que no hay ningún criterio universal que garantice la verdad de una proposición o la racionalidad de una creencia científica.
  3. Constructivismo: Subraya que el conocimiento científico es una representación que no proviene directamente de la realidad, ni es un reflejo literal de esta. No puede interpretarse de forma idéntica la misma evidencia empírica, ya que la experiencia no es neutral y varía según contextos socioculturales.
  4. Causación Social: Afirma que la actividad científica no la llevan a cabo sujetos epistémicos ideales, sino grupos sociales (las comunidades científicas), que tienen sus propios intereses.
  5. Afirmación de la Instrumentalidad: Afirma que el conocimiento científico no difiere de otros conocimientos, salvo por su mayor eficacia en la resolución de problemas.

Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología

Un grupo de teóricos protagonizó lo que Steve Woolgar denomina como “el giro hacia la tecnología”, desplazando a la ciencia, en buena medida, como objeto de estudio y centrando su estudio en la investigación de las tecnologías desde el campo de los estudios sociales.

En la actualidad, este campo de trabajo tiene varias continuidades, aunque destacamos dos escuelas:

  1. Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología: Representan un enfoque fuertemente constructivista. Desde esta perspectiva, se supone que la construcción de los aparatos tecnológicos viene determinada socialmente a través de las disputas y negociaciones que se producen entre grupos sociales relevantes. Sus máximos exponentes son Pinch y Bijker.
  2. Teoría Actor-Red: Esta escuela rechaza la primacía de las relaciones humanas en la construcción sociotecnológica, por el contrario, aplica el principio de “simetría generalizada”. Los autores más destacados de este enfoque teórico son Bruno Latour, Michel Callon y John Law.

La acumulación de saberes en la Sociología del Conocimiento y en la Sociología de la Ciencia permite un aprovechamiento del saber acumulado, explotando nuevos caminos desde la Sociología de la Comunicación y la Sociología de la Información, desembocando hacia una teoría social de la documentación, por la vía de la reflexión. Esta propuesta desarrolla el concepto de “Sociología de la Comunicación”.

Numerosas sociologías están incorporando el hecho social de la información, difícil de definir, con el principal objetivo de intercambiar saberes desde distintos ángulos que trabajan una perspectiva sociológica.

Una premisa es básica: “la ciencia y la tecnología son instituciones sociales”, por tanto, la sociedad debe participar en su diseño y realización. Hay que implementar la ciencia y la tecnología como parte de la cultura cotidiana para su utilidad y usos sociales, sin estar determinada necesariamente por los expertos.

La Teoría Actor-Red: Bruno Latour y John Law

Principios y Conceptos Clave

La teoría Actor-Red o ANT (Actor-Network Theory) se inicia con Bruno Latour y Michel Callon en Francia. Propone una visión simétrica y monovisual de explicación del mundo, señalando la importancia de lo tecnológico en esa explicación; tratando de forma equivalente la manera en que se tratan los fenómenos sociales. La teoría pone atención en las redes que se establecen en la producción de conocimiento, estudiando y observando el entorno de los científicos, enfatizando que nadie actúa solo y que hay un gran número de actuantes que influyen.

La ANT no distingue entre lo humano y lo no humano a la hora de identificar la agencia que produce. Mira hacia la participación cuyos recursos son: dinero, bases de datos, publicidad, poder y equipos de trabajo. Buscan una forma neutra de referirse a actores sociales humanos y no humanos, bajo el término actante; ya que consideran que el término “actor” tiene una carga simbólica ligada al “ser persona”.

Latour propone que las personas y las máquinas deberán ser tratadas como iguales para hacer estudios sociales; refiriéndose al principio de simetría. “Un actor-red es un actor cuya actividad consiste en enlazar elementos heterogéneos y una red que es capaz de redefinir y transformar aquello de lo que está hecha”.

Ideas Clave de la Teoría Actor-Red

  1. Descajanegrización: Explica que todos los actantes de un proceso forman parte del producto terminado y, al mismo tiempo, del desarrollo del proceso.
  2. La estructura social no es un sustantivo, sino un verbo: La estructura no es independiente de la sociedad que sustenta, sino que a la vez dinamiza y genera.
  3. Rompe la dicotomía micro y macro: Examina y sigue a los actores y productos de la tecnociencia en el momento mismo de sus acciones.
  4. Rompe la dicotomía dimensión social – dimensión cognitiva: La sociedad es producto de un entramado de relaciones heterogéneas.
  5. Los elementos sociales en el pensamiento social no son dimensiones causales, son otro producto de interacción entre los actores: Son un problema, no una solución.

Esta teoría viene siendo fuertemente criticada por la deshumanización que supone e incluso el prejuicio sobre el “actor” humano, al que se pretende superar mediante la tecnología.

Al mismo tiempo, hay un discurso paralelo del determinismo social opuesto al determinismo tecnológico. Este último es el agente causal más importante en los cambios sociales a lo largo de la historia de la humanidad; el cambio tecnológico determina el cambio social. Por el contrario, el determinismo social considera a la tecnología como una construcción, en el amplio sentido del término, pero sin tener autoridad; siendo la sociedad la única causa de los cambios sociales.

La Teoría del Actor-Red sigue la trayectoria iniciada por el constructivismo social. Ambos están de acuerdo en que los trabajos que se llevan a cabo desde la tecnociencia no son sino prácticas objetivadoras para presentar como naturales diferentes objetos de conocimiento. Pero además, la ANT se distancia de la corriente socioconstructivista al poner en evidencia que esta verifica una base de lo social en sus explicaciones. La ANT considera la tecnología, no solo una construcción social, sino como un entramado sociotécnico, es decir, detrás de cada elemento tecnológico se encuentra un sinfín de aspectos.

Bruno Latour y la Ontología del Actante-Rizoma

Bruno Latour es uno de los padres de la ANT y propone que la denominación de ANT debería ser: Ontología del Actante-Rizoma. Los ensamblajes proponen un desplazamiento de la perspectiva a la ontología. El término “actor” es, precisamente, uno de los términos que se quiere evitar, por su tradición de vinculación a lo humano. Desde un primer momento, se intentó trabajar con el término “actante”. Debido a esto, se ha generado un debate fuertemente normalista, ya que se cuestiona mantener el concepto “actor” en el mismo nombre de la teoría; además, un debate que incluye la variable género: ¿Por qué “actor” y no “actriz”?

Al mismo tiempo, el concepto “red” también plantea sesgos jerárquicos, por lo que se propone el término “rizoma”, según la orientación teórica de Deleuze y Guattari (1988); un concepto que tiene mucho que ver con el gran número de actantes descentralizados que pueden influir en la producción de conocimiento.

Su teoría plantea una visión monista de explicación del mundo, y la visión de la red como el elemento que coordina cualquier práctica de los sujetos con los objetos, enfatizando las redes que se establecen en la producción de conocimiento. Afirma que nadie actúa solo, hay muchos “actores” que influyen, y señala la importancia que tiene lo colectivo en el trabajo.

Conexión con el Informacionismo de Manuel Castells

Se vincula con la teoría del Informacionismo de Manuel Castells, que puede resultar útil para acercarse a fenómenos como la sociedad red o de la información. La interacción entre Internet y sociedad o cultura y tecnología, ámbitos tradicionalmente separados, y los impactos de la tecnología en la sociedad hacen que la situación de cada individuo dependa tanto de su “inclusión” en la sociedad red, como del lugar que ocupa en esta estructura.

Las nuevas formas sociales virtuales que emergen en la sociedad red pueden generar otras maneras de concebir e interpretar fenómenos socioculturales, tales como: identidad, comunidad, relaciones, tiempo, espacio y realidad social.

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