Conceptos Clave de Filosofía: Dualismo Cartesiano, Conocimiento, Razón, Fe y Política
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Dualismo Cartesiano: Cuerpo y Alma
La antropología cartesiana se fundamenta en el dualismo entre cuerpo y alma. Define al ser humano como un cuerpo, que es una máquina, acoplado a un espíritu. La naturaleza de cuerpo y alma es distinta. El alma pertenece a la Res Cogitans, es inextensa y constituye la fuente del pensamiento. El alma permanece incluso en ausencia del cuerpo. El cuerpo pertenece a la Res Extensa, es una máquina, un mecanismo sujeto al determinismo. Ambas sustancias se unen para formar el ser humano.
Ambas sustancias se conectan en lo que Descartes denomina la glándula pineal, que orienta el alma. Esta glándula corresponde a la actual hipófisis. La sangre y los nervios transportan las órdenes del alma a todo el cuerpo. El cuerpo no es libre, ya que está regido por las leyes naturales mecánicas. Solo el alma es libre, y esta controla las acciones del cuerpo. Al ser el alma libre, el ser humano es autónomo. La libertad es exclusivamente humana, lo que relega a los animales a la categoría de meros autómatas.
El Método Cartesiano
Descartes define el método como un conjunto de reglas ciertas y fáciles que impiden tomar lo verdadero por falso y lo falso por verdadero, evitando el desperdicio inútil de las fuerzas de la razón y permitiendo así el progreso de la ciencia hacia el conocimiento verdadero. Se propone refundamentar el saber, y para ello establece cuatro reglas:
- Evidencia: No admitir nada dudoso, solo aquello que se presenta al entendimiento de forma clara y distinta. La duda será el mecanismo que evidenciará la evidencia.
- Análisis: Dividir lo complejo en sus partes simples para poder percibir todas las partes del razonamiento de forma distinta.
- Síntesis: Recomponer a partir de las ideas previamente halladas para poder percibir de forma intuitiva su evidencia.
- Revisión: Revisar todo el proceso realizado anteriormente para asegurarse de que no se ha cometido ningún error.
La Teoría del Conocimiento de Hume
Para explicar la teoría del conocimiento, Hume distingue dos elementos: las percepciones, que pueden ser impresiones (conocimiento directo a través de los sentidos, incluyendo las de sensación y las de reflexión) e ideas (que se dividen en simples, debidas a un único sentido, y complejas, que se deben a varios sentidos); y, por otro lado, el psiquismo humano. Una idea simple es verdadera cuando se corresponde con una impresión.
Razón y Fe según Ockham
La posición de Ockham respecto a la relación entre la razón y la fe implica su radical distinción e independencia. La razón no está al servicio de la fe, ni la fe necesita de la razón para esclarecer sus propios dictados. La fe depende estrictamente de la revelación, por lo que la razón no tiene nada que decir. La razón, siendo una facultad otorgada por Dios al hombre, no tiene nada que tomar de la fe. La distinción entre la razón y la fe se convierte, por lo tanto, en separación, lo que conduce a Ockham a una posición mística y antiteológica en los temas de la fe, y a una posición radicalmente empirista en lo concerniente a los temas de la razón.
La Ética de Santo Tomás
Santo Tomás concuerda con Aristóteles en la concepción teleológica de la naturaleza y de la conducta del hombre: toda acción tiende hacia un fin, y el fin es el bien de la acción. Existe un fin último al que tienden todas las acciones, y ese fin es lo que Aristóteles llama felicidad. Santo Tomás coincide en que la felicidad no puede consistir en la posesión de bienes materiales. Pero a diferencia de Aristóteles, que identificaba la felicidad con la posesión del conocimiento de los objetos más elevados, con la vida del filósofo, en definitiva, Santo Tomás identifica la felicidad con la contemplación beatífica de Dios. Santo Tomás distingue, al igual que Aristóteles, dos clases de virtudes: las morales y las intelectuales.
Santo Tomás entiende por virtud un hábito selectivo de la razón que se forma mediante la repetición de actos buenos y, al igual que para Aristóteles, la virtud consiste en un término medio de conformidad con la razón. A la razón le corresponde dirigir al hombre hacia su fin, y el fin del hombre ha de estar acorde con su naturaleza, por lo que, al igual que ocurría con Aristóteles, la actividad propiamente moral recae sobre el acto de la elección de la conducta.
La Política según Santo Tomás
Respecto a la política, Santo Tomás se distancia de la postura adoptada por San Agustín, quien consideraba la existencia de dos ciudades, la de Dios (Jerusalén) y la terrestre (Babilonia), identificadas, respectivamente, con la Iglesia y con el Estado pagano. Las circunstancias sociales y la evolución de las formas de poder en el siglo XIII, especialmente los problemas derivados de la relación entre la Iglesia y el Estado, llevan a Santo Tomás a un planteamiento distinto, inspirado también en la política aristotélica. Para Santo Tomás, la sociedad es el estado natural en la vida del hombre.
Como tal, el hombre es por naturaleza un ser social nacido para vivir en comunidad con otros hombres. El Estado ha de procurar el bien común, para lo cual legislará de acuerdo con la ley natural. Las leyes contrarias a la ley divina deben rechazarse y no es lícito obedecerlas, marcándose claramente la dependencia de la legislación civil respecto a la legislación religiosa. Respecto a las mejores formas de gobierno, aunque la monarquía parece proporcionar un mayor grado de unidad y paz, Santo Tomás tampoco descarta las otras formas de gobierno válidas, y no considera que ninguna de ellas sea especialmente deseable por Dios.