Conceptos Clave de la Filosofía Aristotélica: Alma, Felicidad, Naturaleza y Más

Alma en la Filosofía Aristotélica

Aristóteles, en su teoría hilemórfica aplicada al ser humano, establece que el cuerpo y el alma constituyen una única sustancia. La relación entre ambos es similar a la de la materia y la forma: inseparable. Un cuerpo sin alma dejaría de ser un organismo vivo, y un alma sin cuerpo no sería nada. Aristóteles defiende la unidad del alma, presente en todo el cuerpo, aunque no de forma completa en todas sus partes.

Funciones del Alma

Aristóteles distingue tres funciones principales del alma:

• Función nutritiva o vegetativa: Incluye el crecimiento, la nutrición y la reproducción.
• Función sensitiva: Es superior a la anterior y de ella derivan la función apetitiva (deseos), las percepciones y la función motriz.
• Función pensante: Es la capacidad de pensar y entender, exclusiva del ser humano.

El alma vegetal solo posee la primera función, el alma animal posee las dos primeras, y el alma humana posee las tres.

La Felicidad como Bien Supremo

La felicidad, según Aristóteles, es el bien o fin último del hombre. Consiste en una actividad del alma, no en la pasividad, conforme a la virtud perfecta y a lo largo de una vida completa. El ejercicio de la razón es la clave para la verdadera felicidad humana. La felicidad es un bien perfecto, buscado por sí mismo, y no como un medio para alcanzar otro fin.

Tipos de Fines

Aristóteles clasifica los fines en tres categorías:

• Los que se quieren por otra cosa (ej: dinero).
• Los que se quieren por sí mismos y por otra cosa (ej: honores, placer, inteligencia).
• Los que se quieren por sí mismos (la felicidad).

La Naturaleza (Physis)

La physis es el primer elemento material del cual surgen los demás seres naturales. Es el principio inmanente del movimiento sustancial de estos seres. Según la teoría hilemórfica, la physis es la forma que se actualiza en la materia. La naturaleza se opone a los objetos artificiales creados por el hombre.

Dos Órdenes de Seres

Aristóteles distingue dos órdenes de seres:

• Mundo natural: Seres que poseen en sí mismos el principio del movimiento.
• Orden de la techne: Incluye la producción artificial de las cosas.

La Causa en Aristóteles

La noción aristotélica de causa es más amplia que la actual. Para Aristóteles, causa es todo principio del ser, aquello de lo que depende la existencia de un ente. Es todo factor necesario para explicar un proceso.

Cuatro Tipos de Causas

Aristóteles identifica cuatro tipos de causas:

• Causa material: La materia de la que está hecho algo.
• Causa formal: La forma o estructura de algo.
• Causa eficiente: El agente que produce el cambio.
• Causa final: El propósito o fin de algo.

Las causas pueden ser intrínsecas (principios internos del ente) o extrínsecas (principios externos al ente).

Potencia y Acto

Potencia: Es la capacidad o poder para ejercer una transformación en un objeto, o la disposición para llegar a ser algo. Se divide en:

• Potencia activa: Capacidad de ejercer una transformación sobre algo.
• Potencia pasiva: Capacidad de llegar a ser otra cosa, de adquirir una nueva forma.

Acto: Aristóteles distingue dos formas de ser en relación al tiempo. El ser en acto se refiere a las características y propiedades presentes de un objeto. Es la realidad del ser. El ser en potencia, en cambio, se refiere al futuro, a aquello que aún no es pero a lo que un ser tiende en virtud de lo que ya es.

La semilla es árbol en potencia y semilla en acto. El niño es hombre en potencia y niño en acto.

La Sustancia

La sustancia es "lo que está debajo", el sujeto en el que residen las propiedades. Es el ser individual (ej: Sócrates), que permanece a pesar de los cambios accidentales. Es el ser independiente, que tiene su ser en sí mismo y no en otro.

Sustancias Primeras y Segundas

• Sustancias primeras: Son los sujetos individuales, compuestos de materia y forma. Equivalen a la esencia.
• Sustancias segundas: Se refieren a la especie y al género, a la naturaleza de las cosas.

La sustancia es aquello que permanece a pesar del cambio, concepto fundamental en la teoría aristotélica del movimiento. Es la forma en que Aristóteles justifica que las sustancias están en constante generación.