Los Conceptos Clave del Empirismo Radical de David Hume: De la Percepción a la Causalidad

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Los Fundamentos del Empirismo y Escepticismo de David Hume

I. La Base del Conocimiento: Experiencia y Percepción

Escepticismo

Es una corriente filosófica que se basa en cuestionar la validez del conocimiento humano y la posibilidad de alcanzar una verdad absoluta. Su objetivo es poner en duda cualquier afirmación considerada cierta. Puede entenderse tanto como una postura filosófica como una actitud frente a la vida, caracterizada por la desconfianza hacia cualquier afirmación categórica. Sus raíces se encuentran en pensadores como Pirrón o Sexto Empírico, mientras que en la época moderna, David Hume destaca por su escepticismo radical al poner en entredicho nociones como la causalidad, la identidad personal, la verdad, la existencia de Dios y la sustancia.

Experiencia

Para Hume, la experiencia equivale a la percepción. Su relevancia radica en que constituye la base del conocimiento: todo lo que podemos saber proviene de la experiencia y solo tiene validez si está vinculado a una observación empírica. De este modo, la experiencia se convierte en un pilar central dentro del pensamiento empirista de Hume.

Percepción

Hume la define como cualquier contenido presente en la mente, ya sea producto de los sentidos, las emociones o la reflexión. Esta definición es bastante amplia, pues abarca tanto lo que captamos a través de la vista, el oído o el tacto, como también las emociones y los pensamientos. Según Hume, existen dos tipos principales de percepciones:

  • Impresiones
  • Ideas

II. Los Elementos de la Mente: Impresiones e Ideas

Impresiones

Son aquellas percepciones caracterizadas por su intensidad y viveza, que se generan cuando experimentamos emociones o sensaciones directas, o cuando los objetos externos afectan nuestros sentidos. Este concepto es clave en la filosofía de Hume, ya que toda idea válida debe derivarse de una impresión previa. Las impresiones se producen en el presente inmediato y se dividen en dos tipos:

  • De Sensación: Provienen del mundo externo a través de los sentidos.
  • De Reflexión: Surgen de experiencias internas como el hambre, la sed o el dolor.

Ideas

Son representaciones mentales más débiles y menos vívidas que las impresiones, formadas a partir de estas. Las ideas pueden ser concebidas como copias atenuadas de las impresiones y solo se consideran legítimas aquellas que derivan de una impresión original. Por ello, Hume somete a un profundo examen crítico las ideas abstractas o aquellas que no pueden vincularse con una experiencia concreta.

III. Crítica a la Razón y la Causalidad

Hábito (o Costumbre)

En la filosofía de Hume, el hábito es el principio que rige el conocimiento humano. La repetición de experiencias particulares nos lleva a formular generalizaciones y a asumir la existencia de leyes universales, aunque no tengamos una justificación racional para ello. Así, el hábito es la base de nuestras creencias y el mecanismo que nos induce a pensar que lo que ha sucedido en el pasado se repetirá en el futuro, a pesar de que no existe una prueba definitiva de ello.

Causalidad

Según Hume, la causalidad es una construcción mental sin un fundamento real en la experiencia. No se trata de una verdad objetiva, sino de una creencia generada por la repetición de eventos similares. Hume critica la idea de que podamos conocer relaciones de causa y efecto con certeza, pues no es más que una inferencia basada en la costumbre. En consecuencia, la causalidad no es un conocimiento legítimo, sino una expectativa infundada creada por nuestra mente.

IV. El Papel de la Creencia y el Sentimiento

Creencia

Es un sentimiento involuntario que nos lleva a asumir la existencia de algo sin pruebas definitivas. Hume la define como la tendencia a anticipar el futuro o a atribuir características a un objeto que no pueden ser directamente verificadas. Al no estar respaldada por la razón, la creencia es subjetiva e indemostrable; sin embargo, juega un papel crucial en nuestra vida cotidiana, ya que orienta nuestras acciones y decisiones, incluso cuando carece de fundamentos racionales.

Sentimiento (y Moralidad)

Desde una perspectiva psicológica, Hume considera el sentimiento como una impresión intensa e inmediata. No obstante, este concepto también tiene una dimensión moral: experimentamos emociones de aprobación o rechazo ante las acciones de otras personas, y estos sentimientos de agrado o desagrado son la base de nuestra conducta ética. Así, para Hume, la moralidad se fundamenta en las emociones y no en la razón.

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