El concepto de voluntad de poder en la filosofía de Nietzsche
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Voluntad de Poder y el Superhombre en la Filosofía de Nietzsche
Este texto explora la teoría de Nietzsche que presenta la vida como criterio para valorar las acciones humanas. Según esta teoría, la energía vital permite diferenciar y establecer jerarquías entre los humanos, explicando los motivos de las construcciones espirituales como el conocimiento, la moral o la religión. Esta energía vital, que nos impulsa a autoafirmarnos, a realizar determinadas acciones y a conseguir poder sobre nosotros mismos, es la voluntad de poder.
Características de la Voluntad de Poder
Según Nietzsche, la voluntad de poder se caracteriza por ser:
- Inconsciente: Un impulso irreflexivo, ligado al cuerpo y a la fisiología humana, que nos empuja a actuar en sentido autoafirmativo.
- Previa a la razón: La forma primitiva de pasión que configura todas las demás y determina la razón. Nuestras decisiones y juicios varían según lo que nos dicte el cuerpo y el momento de nuestra vida.
- Peculiar: No hay dos fisiologías idénticas, aunque tengan la misma función. La voluntad de poder varía en su grado de actividad según diferentes parámetros.
- Exigente en cuanto a la resistencia: Necesita oposición para aumentar su poder, obligándose a superarse a sí misma y a buscar fuerzas que se le opongan. Cuanto más fuerte sea el oponente, mayor será su fortaleza tras vencerlo.
- Necesitada del dolor: Siempre es una ruptura de equilibrio, por lo que necesita sensaciones desagradables para crecer.
- Carente de finalidad externa: Se quiere por sí misma y por nada más.
- Creativa y libre: Es la voluntad de crear, de afirmarse marcando diferencias, de imponer nuestra propia visión del mundo. La creación funda nuevas formas de vida. La libertad acaba donde acaba mi voluntad de poder.
- Diversa: Se manifiesta en múltiples formas.
Tipos de Vida según la Voluntad de Poder
La voluntad de poder, según su fuerza, diferencia dos tipos de vida:
- Vida Ascendente: Se caracteriza por el afán de superación, venciendo las resistencias. Afirma su existencia, potencia la pasión y dice sí a la vida. El dolor la fortalece y reconduce sus instintos para potenciar la existencia.
- Vida Descendente: Reacciona a la defensiva, negándose a sí misma y sobreviviendo en lugar de vivir. Niega los instintos y el devenir. El dolor la debilita.
Moral de Esclavos vs. Moral de Señores
La vida descendente se asocia a una moral de esclavos, que sitúa la felicidad en paraísos racionales o sobrenaturales, destruyendo las pasiones. Crea su moral por venganza y odio hacia los valores fuertes. En contraste, la vida ascendente se relaciona con una moral de señores, considerando “bueno” todo lo que eleva al individuo, satisfaciendo sus deseos y tensionando sus pasiones al límite.
La Crítica de Nietzsche a la Civilización Occidental
Nietzsche critica la civilización occidental por renegar de los sentidos y construir realidades ultramundanas donde la razón prevalece. Esta vida, regida por una moral estricta, racionalista y a veces religiosa, niega la vida, provocando la pérdida de valores y la decadencia. Esta sociedad, enferma de nihilismo pasivo, se fatiga de la vida, y sus individuos se vuelven incapaces de crear.
El Nihilismo Activo y el Superhombre
Nietzsche propone el nihilismo activo como reacción, utilizando la voluntad de poder para derribar los valores tradicionales y crear nuevos. El ser humano transita del nihilismo pasivo al superhombre a través de la triple metamorfosis:
- El Camello: Representa la obediencia ciega y el camino al nihilismo pasivo. Debe transformarse en león.
- El León: El gran negador, crítico y destructor. Derriba los cimientos de la cultura occidental y anuncia la muerte de Dios, la instancia absoluta del mundo metafísico.
- El Niño: Libre para disfrutar de su existencia, crea y orienta su vida al azar y al destino. Representa la posibilidad de construir mundos a nuestra imagen y semejanza.
El Superhombre
El niño simboliza el superhombre, un proyecto en construcción. Ama el riesgo, se mueve por el instinto de creación, defiende el pluralismo, cree en sus propios valores, necesita del padecimiento para crecer, ignora los prejuicios, no cree en la igualdad, no participa del mundo público, no critica ni se queja, considera la vida una aventura, obra desde el cuerpo y se guía por la belleza, no por el deber.