El Concepto de Verdad y la Muerte de Dios en Nietzsche
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II. Historia de un Error Llamado Verdad
Nietzsche elabora 6 etapas donde desarrolla ese error:
- Grecia. “Yo, Platón, soy la verdad”. Aquí la verdad es accesible al hombre. La idea todavía no es un ideal del más allá, pero tampoco es accesible a todo hombre, sino al virtuoso, al sabio, al que se distancia de lo inmediato. Antes, el hombre griego reivindicaba el poder humano frente al divino, la frivolidad de las sombras del más allá.
- El Cristianismo. Con el cristianismo, la verdad ya no es alcanzable en este mundo. El hombre ya no es el individuo orgulloso de su virtud, sino el cristiano, alineado, ser finito que anhela la trascendencia. La vida se hace menos clara aquí.
- Kant critica la metafísica, pero intentará volver a sustentar la tesis platónica de la diferencia entre el mundo inteligible y el mundo sensible, escindiendo a la razón. La idea trascendental equivaldría a la idea de Platón.
Sin embargo, la crítica kantiana produjo una inversión entre los dos mundos. La experiencia se aplica a la ciencia, mientras que la razón se aproxima a la “ilusión trascendental”. Para Kant, la razón no apoyada en los sentidos es el mundo engañoso; por lo tanto, el mundo verdadero ya no es prometedor. El mundo inteligible (Dios) no es cognoscible.
- El Positivismo. El mundo verdadero inalcanzable permanece como tal. Lo desconocido no obliga a nada moralmente. Este es el inicio del nihilismo.
- Primeras obras de Nietzsche. El mundo verdadero aparece como una idea inútil, donde se afirma que el mundo suprasensible no es el verdadero; sin embargo, todavía se ve como verdad el mundo positivista de lo sensible. La jerarquía solo se ha invertido.
- Zaratustra. Aquí se elimina el mundo verdadero y el aparente. El hombre solo tiene dos caminos: el nihilismo o la superación del hombre.
VI. La Muerte de Dios
Esto no solo significa la pérdida de la fe. Por Dios hay que entender el ideal de moral que sustenta la cultura occidental; su muerte significa el derrumbamiento de esta moral, la caída de los valores.
La idea de Dios falleció en la Ilustración. Dios era el sentido del mundo, el respaldo de la autoridad, el creador, pero también era nuestro lenguaje, la posibilidad de un conocimiento organizado, las leyes de la naturaleza y de la lógica. Pero las instituciones tomaron el relevo, buscando un nuevo foco de la totalidad. Esa fue la tarea de la Ilustración, y el foco unificador fue la Razón. Y su encarnación en el Estado. De este modo, la muerte de Dios queda reducida a una demolición de los privilegios de la Iglesia. La resurrección de Dios en forma de Razón-Estado afirma que ni todo lo real es racional ni todo lo racional es real.
Nietzsche critica el componente platónico transmitido por el cristianismo (la verdad como lo más preciado, unificación de lo disperso, creación de dos mundos contrapuestos, donde el reino de las ideas es el verdadero, donde se crea la desconfianza respecto a las pasiones...). Nietzsche aspira a construir una metafísica pagana, politeísta. Todo su sentido se recoge en la metáfora de Dionisos, la afirmación del sentido de la tierra como único mundo, fuente de valores y afirmación de la absoluta inocencia del devenir.
Explicando el significado de la muerte de Dios, manifiesta que ahora el hombre es el libre creador de valores, el que deberá convertirse en dios, donde se arroja sobre los hombros del ser humano las más grandes responsabilidades: sustituir las metas asentadas en el resentimiento de la vida humana. Pero el hombre puede no tener suficiente fortaleza espiritual para esa tarea y caer en el nihilismo reactivo, que niega la vida, afirma el sinsentido, manifestando un sentimiento de orfandad más que de liberación.