El Concepto de Cultura desde una Perspectiva Interaccionista

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¿Qué entendemos por cultura?

Al hablar de pluriculturalidad o de interculturalidad, necesariamente, hemos de ir a la raíz del tema: qué se entiende por cultura. Asimismo, hay que hacer una opción teórica. Como veremos más adelante, voy a partir de un concepto interaccionista de cultura.

La Cultura como Construcción Humana y Dinámica

En primer lugar, hay que decir que el ser humano es un ser básicamente cultural y que la cultura es una construcción del ser humano.

A grandes rasgos podríamos decir que cada persona ha nacido en una comunidad de vida en la que se ha socializado. La persona interioriza unas maneras de pensar, de sentir y de actuar. A partir de esta interiorización no sólo comprende el mundo de su comunidad, sino que éste se va a convertir en su mundo. Pero al mismo tiempo esta persona va a ser un elemento constitutivo de esta cultura e, inevitablemente, va a ayudar a su transmisión, su conservación y su transformación. Puede parecer contradictorio, pero téngase en cuenta que una cultura es dinámica y cambiante. Por ello algunas de sus manifestaciones se conservan, otras cambian y otras desaparecen. Todo esto sucede por la interacción comunicativa que se produce en el seno de cualquier comunidad de vida.

Todos nacemos en comunidades de vida que son además comunidades de sentido porque nos van a dar instrumentos para dar sentido a la realidad de nuestro entorno.

La Comunicación como Base de la Cultura

En segundo lugar, como puede apreciarse, hemos llegado a otro tema decisivo que es el de la comunicación. La cultura debe su existencia y su permanencia a la comunicación. Así podríamos considerar que es en la interacción comunicativa entre las personas donde, preferentemente, la cultura se manifiesta.

Descartando la Concepción Esencialista

Si aceptamos estas ideas debemos señalar qué otras ideas de cultura quedan descartadas y qué consecuencias tiene la orientación escogida. Si partimos de esta postura interaccionista de la cultura, podemos descartar una concepción esencialista de la cultura. Es decir, la cultura no es algo que está más allá de los seres humanos. No es algo inamovible y ahistórico, y que forma parte de la esencia permanente de una comunidad de vida. La cultura se construye por la interacción de los seres humanos, pero al mismo tiempo jamás está definitivamente construida, porque, continuamente por la propia interacción de los seres humanos, está en proceso de construcción. Esto puede apreciarse claramente en el lenguaje que va cambiando a lo largo del tiempo. Por ejemplo, con la aparición de los ordenadores se desarrolla un nuevo vocabulario anteriormente inexistente.

Historia del Término "Cultura"

La palabra "cultura" tiene su propia historia y evolución. Además no todas las culturas, especialmente las culturas orales que estudian los etnólogos, tienen un equivalente en su lengua de la palabra "cultura". Ya es paradójico que se estudie de una determinada comunidad de vida algo que ésta no tiene una palabra para nombrar. En occidente la palabra "cultura", tal y como la entendemos ahora, aparece en el siglo XVIII. En su origen latino hacía referencia al cuidado de los campos.

CUCHE, Denys (1996), La notion de culture dans les sciences sociales, Paris, La Découverte.

Ética y Respeto en la Comprensión Cultural

Si seguimos con la misma concepción interaccionista de la cultura, también deberíamos aceptar que no hay culturas mejores ni peores. Evidentemente cada cultura puede tener formas de pensar, sentir y actuar en las que determinados grupos se encuentren en una situación de discriminación. Pero si aceptamos que no hay una jerarquía entre las culturas estaremos postulando el principio ético que considera que todas las culturas son igualmente dignas y merecedoras de respeto. Esto significa, también, que la única forma de comprender correctamente a las culturas es interpretar sus manifestaciones de acuerdo con sus propios criterios culturales. Aunque esto no debe suponer eliminar nuestro juicio crítico, pero sí que supone inicialmente dejarlo en suspenso hasta que no hayamos entendido la complejidad simbólica de muchas de las prácticas culturales. Se trata de intentar moderar un inevitable etnocentrismo que lleva a interpretar las prácticas culturales ajenas a partir de los criterios de la cultura del interpretante. Si no hacemos este esfuerzo de comprensión, la comunicación intercultural se hará más difícil y aumentará la probabilidad de malentendidos.

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