La concepción aristotélica de la ciencia y el conocimiento

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Igual que Platón, Aristóteles concibe la ciencia como un conocimiento universal estable y necesario. Pero a diferencia de Platón, Aristóteles admite el mundo material dentro del campo de la ciencia.

Aristóteles define la ciencia como “conocimiento cierto por causas”. Se trata de un saber elaborado que se apoya sobre principios inmediatos, necesarios, universales e indemostrables:

  • Principio de no-contradicción:

    Nada puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto.

  • Principio de identidad:

    Todo ser es igual a sí mismo.

  • Principio de exclusión del término medio:

    Entre el ser y el no ser no hay término medio.

  • Principio de razón suficiente:

    Para que algo suceda debe existir una causa proporcionada.

  • Principio de causalidad:

    Todo lo que existe es causado.

Estos principios no se conocen a través del razonamiento, ya que están implícitos en todo proceso racional. Aristóteles se inclina por la intuición intelectual realizada sobre la base de una experiencia compleja y repetida.

La ciencia aristotélica es un conjunto de conclusiones demostradas a partir de la experiencia. Para Aristóteles, el conocimiento científico no es probable, sino necesario, ya que no proviene de la opinión, sino de causas ciertas. Es universal y válido para todos los seres.

El concepto es el modo de conocer que hace posible la ciencia, que Aristóteles concibe como un conocimiento universal. Conocemos el mundo a través de las sensaciones que nos llegan por los sentidos. Pero, más allá de las sensaciones, podemos preguntarnos qué es ese algo. Las preguntas sobre el qué no se contestan a través de los datos captados por los sentidos, sino que solo son contestadas por conceptos que elabora el entendimiento.



  • El concepto no refleja la materialidad de las cosas sino su esencia.

  • El concepto es el conocimiento intelectual de un objeto, y su validez universal hace posible que el conocimiento humano sea científico (Las sensaciones no entienden la realidad, los conceptos sí).

El concepto tiene la universalidad de la idea platónica, pero no es la causa de las cosas ni existe en un mundo suprasensible, sino que existe en la mente humana, que lo elabora a partir de la realidad mediante un proceso de abstracción, que consiste en separar lo que hay de común en seres diferentes.

Hay un modo deductivo de hacer ciencia, que consiste en deducir lo particular de su causa universal. Aristóteles piensa que la deducción perfecta es el silogismo: razonamiento deductivo compuesto por dos premisas y una conclusión. Por ejemplo, si “todo hombre es mortal” y ”Sócrates es hombre”, entonces “Sócrates es mortal”. El silogismo aristotélico sustituye la dialéctica platónica, es decir, ya no se trata de ascender al reino trascendente de las ideas, sino de conocer la esencia de las cosas.

Además del silogismo, Aristóteles propone otro método para llegar al conocimiento universal: la inducción. La inducción es un procedimiento inverso al silogismo, trata de conectar racionalmente lo particular con lo universal.

La explicación aristotélica de la constitución de los seres mediante la forma y la materia recibe el nombre de hilemorfismo. (Según esta teoría, todas las cosas naturales constan de materia y de forma). Se entiende por materia todo aquello capaz de recibir una forma y es el elemento que distingue a los individuos de un mismo género. Se entiende por forma la organización y disposición de la materia, es decir, es la esencia del objeto (lo universal que hay en tal objeto). La forma se une a la materia y hace que las cosas sean lo que son.



En lo que respecta a las sustancias y accidentes, debemos distinguir por una parte entre materia prima y materia segunda; y por otra parte entre forma sustancial y forma accidental:

La materia prima es el sujeto permanente de todos los cambios, es decir, es pura indeterminación, pura potencia susceptible de recibir todos los cambios y no puede existir separada de la forma. Por otro lado, la materia segunda consiste en la materia de alguna realidad concreta y precisa. (MATERIA PRIMA + FORMA SUSTANCIAL).

La forma sustancial es el principio que determina a la materia prima, haciendo que las cosas sean lo que son; mientras que la forma accidental, adviniendo sobre la materia segunda, determina al accidente haciendo que este sea lo que es.

Además de la materia y la forma, el movimiento requiere composición de potencia y acto, pues nada se movería si no tuviera la capacidad real (POTENCIA) de adquirir una nueva forma, un nuevo ACTO.

Ser en acto es la sustancia tal y como se nos presenta en un momento determinado (lo que una sustancia es ahora). Ser en potencia es todo lo que una sustancia puede ser pero que todavía no es. En este punto, Aristóteles define la potencia como un no ser relativo, resolviendo el problema del movimiento y el cambio. El cambio no es un tránsito del no ser absoluto y el ser absoluto, sino un tránsito entre el no ser relativo (POTENCIA) y un ser absoluto (ACTO), por tanto el cambio es el paso de la potencia al acto.

Para que se produzca el movimiento, es decir, el paso de potencia a acto, es necesaria la intervención de una causa exterior a la potencia. El ser que lleva a cabo el paso de la potencia al acto se le conoce como causa eficiente (escultor).

EJEMPLO: Miguel Ángel (causa eficiente) confiere la forma del Moisés (causa formal) a un bloque de mármol (causa material) y lo hace con un fin determinado (causa final). Esta causa final ha de ser inteligente, pues obra con previsión.



Aristóteles pensaba que tenía que existir un primer motor inmóvil, con capacidad de mover sin ser movido, situado en el exterior del universo finito y que es la causa última de todos los movimientos del universo. Este primer motor inmóvil produce el movimiento de las esferas y este movimiento se transfiere desde la periferia hasta el centro del cosmos. Existen dos mundos:

  • El mundo sublunar (es el mundo que hay entre la Luna y la Tierra).

    En este mundo los objetos nacen y mueren, y están formados por los cuatro elementos. Además, el movimiento de la luna crea unos remolinos, que son la causa de que los cuatro elementos se mezclen y den lugar a seres vivos y objetos.

  • El mundo supralunar.

    En este mundo están las estrellas, los planetas y la Luna, incrustados en unas esferas cristalinas hechas de éter. En total hay 55 estrellas. Este mundo se caracteriza por el movimiento local (movimiento circular).

La teoría del conocimiento de Aristóteles se resume en que todo el conocimiento nace de la experiencia, es decir, del contacto con los objetos del mundo.

Aristóteles considera que cuando un ser humano nace, su alma es como una hoja en blanco, por tanto no existen unos conocimientos preestablecidos (todo lo que una persona sabe, lo adquirido a partir de las sensaciones captadas por los sentidos).

Se distinguen dos tipos de conocimiento:

  • Conocimiento sensible.

    Se forma a partir de las sensaciones procedentes de los sentidos.

  • Conocimiento inteligible.

    Gracias al proceso de abstracción, en el que interviene el entendimiento, es posible extraer las características comunes, es decir, captar la esencia (lo universal que comparten diferentes objetos o seres particulares).

Aristóteles distingue también entre un intelecto paciente, que es el receptor de las imágenes, y un intelecto agente, que es el pensamiento activo capaz de captar la esencia de cada cuerpo particular.

El proceso del conocimiento culmina con la formación de los conceptos, que son el fundamento de la ciencia. El intelecto paciente es la capacidad mental para captar las esencias. Sin embargo, la capacidad de comprender y elaborar abstracciones reside en el intelecto agente, que Aristóteles concibe como acto puro.

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