Concentración Empresarial: Evolución, Tipos y Estrategias desde el Siglo XIX
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La Concentración Empresarial
Desde el último tercio del siglo XIX, la empresa capitalista se orienta hacia una concentración progresiva. La concentración adoptó dos formas esenciales: la vertical y la horizontal, aunque frecuentemente se dio la combinación de ambas.
Concentración Vertical
La concentración vertical consiste en integrar en una misma empresa todas las etapas o fases de la producción, desde la obtención de la materia prima a la venta del producto. Con ello, al no necesitar los servicios de otras empresas, podían lograrse márgenes de beneficio superiores, y, con la racionalización y coordinación, evitar el desperdicio de esfuerzos. Esta integración vertical podía tener lugar hacia atrás, adquiriendo el control de la maquinaria, los componentes o las materias primas; y hacia delante, controlando las actividades desarrolladas en las fases de producción sucesivas, o la distribución del producto. Estas formas de integración vertical, aunque no presentan propiamente el carácter de monopolio, tendieron a evolucionar en este sentido. La concentración vertical triunfó sobre todo en la metalurgia, que exigía el control de los dos elementos básicos, el carbón y el mineral de hierro, su transporte y su elaboración posterior, e incluso las manufacturas mecánicas. Los grandes siderúrgicos (Krupp, Schneider, Skoda, Carnegie, etc.) poseían minas, altos hornos, vagones, flotas de transporte, fábricas de construcción metálica y de maquinaria, etc.
Concentración Horizontal
La concentración horizontal, que tenía antecedentes en otras épocas, consiste en el mantenimiento de un control de la fase final de la producción e incluso de algún proceso intermedio básico, mediante una asociación de productores, al objeto de evitar una competencia dañosa para los intereses individuales y al mismo tiempo presionar sobre el mercado para obtener mayores beneficios. En principio, también la concentración horizontal pretendía racionalizar la producción y evitar pérdidas por las fluctuaciones del mercado o concurrencias dañosas; pero en la mayor parte de los casos rebasaron esta función social y se convirtieron en instrumentos poderosos de dominio del mercado, al que trataron de dirigir en su propio beneficio. En la práctica es incuestionable que las concentraciones horizontales adoptaron formas de monopolio.
Tipos de Concentraciones Horizontales
Podríamos clasificar las concentraciones horizontales en los siguientes apartados:
- Concentración horizontal a corto plazo (un año): las empresas siguen con su autonomía técnica e independencia financiera; por lo que apenas afectan al régimen interno de las empresas. Su finalidad es la eliminación de la competencia por el reparto de sectores de fabricación, participación de licencias o de técnicas.
- Concentración horizontal a medio plazo: se asemejan a las anteriores, en cuanto mantienen la autonomía técnica y jurídica de todos los asociados, pero se diferencian en que sobre ellas se superpone una administración o gerencia común con vistas a los fines propuestos. En este caso existe una empresa superior que controla al resto de empresas en cuanto a sus acuerdos. La forma más generalizada fueron los cárteles de precios, de reparto de producción o de mercado. En Francia se denominaron comptoir; en Gran Bretaña, pool; y en Alemania, kartell (estas empresas fueron muy características en Alemania durante la Segunda Revolución Industrial, generalizando su nombre al resto de la concentración al ser tan importante). Cuando esta forma de concentración pretendía, además, asegurar un reparto de beneficio entre los asociados, se denominaban comunidades de intereses.
- Concentración horizontal a largo plazo o permanentes, que son características del capitalismo americano: trusts, holdings companies y combine o fusión. En Europa se llamaron konzern o consorcios.
Trusts, Holding Companies y Fusiones
El trust representa una forma de concentración más intensa que el cártel. Las empresas agrupadas, si bien guardaban, aparentemente, su personalidad jurídica, perdían su independencia económica al confiar a un organismo en fideicomiso la gestión de sus intereses.
El holding company o compañía de cartera nació como resultado de la legislación americana contra los trusts y vino a ser como una acomodación a las posibilidades que ofrecía la ley. Es una forma de organización en la que una sociedad financiera controla a otras empresas mediante la adquisición de la mayoría de las acciones. Se ejerce así un control financiero de las compañías dependientes, mediante la posesión de carteras mayoritarias de los valores de aquellas empresas. A cambio recibían acciones de la compañía “holding”. También se conoce como grupos financieros.
La fusión se produce cuando dos o más empresas se unen en una sola. Hay dos formas fundamentales de que se produzca una fusión:
- La primera tiene lugar cuando desaparecen dos entidades y surge una nueva, desapareciendo las personalidades jurídicas de a y b, y apareciendo así una nueva personalidad jurídica c.
- Una empresa absorbe a otra (la empresa más fuerte absorbe a las otras empresas). La primera mantiene su personalidad jurídica y la segunda desaparece. Es la denominada absorción empresarial.
Diversificación como Estrategia de Crecimiento
Por otra parte, es destacable también la utilización cada vez mayor de la diversificación como estrategia de crecimiento de las grandes empresas. Esta estrategia dio lugar a una profunda reestructuración administrativa de las empresas, cuyo resultado último fue la creación de una estructura multidivisional. Dicha diversificación podía realizarse de dos formas: dirigiéndose a nuevos mercados, o mediante la comercialización de nuevos productos o servicios.
Expansión a Nuevos Mercados
La expansión hacia nuevos mercados fue una estrategia desarrollada por empresas que tenían ventajas competitivas derivadas de la explotación de economías de escala, del liderazgo tecnológico y de la integración de la producción y distribución en sus respectivos sectores. A medida que el volumen de la demanda sobrepasaba la capacidad de producción de la planta originaria, las empresas tendieron a crear nuevas plantas, primero en su propio país, después, si la demanda era suficientemente importante, en el extranjero. El establecimiento de filiales en otros países fue un medio de sortear unas barreras arancelarias muy elevadas, permitió obtener fuentes de aprovisionamiento de materias primas o agrícolas y, sobre todo, trató de aumentar la cuota de mercado y disminuir los costes de producción y distribución en esos países. El surgimiento de estas empresas multinacionales fue importante en sectores como los envasados de marca, maquinaria ligera, automóviles, material y maquinaria eléctrica, química y productos farmacéuticos.
Diversificación de Productos y Actividades
La estrategia de diversificación de productos y actividades permitía un uso más pleno de los recursos y capacidades y, por tanto, una reducción de costes unitarios. En algunos casos surgió debido a la aparición de subproductos (derivados petroquímicos en el refino de petróleo, fertilizantes agrícolas en la siderurgia, por ejemplo). Esta estrategia se llevó a cabo antes, y se mantuvo durante más tiempo como dominante, en sectores basados en el conocimiento científico, donde las oportunidades para explotar economías de gama en la producción y la investigación y desarrollo fueron mayores. Éste fue el caso de las industrias química y de fabricación de maquinaria eléctrica en Estados Unidos y Alemania.
Impacto en las Relaciones Productor-Consumidor
Los cambios experimentados en la venta al por menor (aparición de grandes almacenes, cadenas de tiendas, venta por correo, etc.), la integración de la producción y la distribución en muchas industrias, y de manera más general, la intensificación de la competencia entre las empresas, contribuyeron a modificar las relaciones entre productores y consumidores. El industrial no se limitó a producir, sino que diferenció sus productos con marcas que anunciaba en medios de comunicación con el apoyo de campañas publicitarias con el objetivo de conquistar el favor de los consumidores. Durante este período las marcas comenzaron a generalizarse, primero en los bienes de consumo semiduraderos (cereales para el desayuno, chocolates y dulces, bebidas, detergentes, cigarrillos, etc.) y luego en los duraderos (maquinaria de oficina, de coser, automóviles).