Comunicación Ética en el Aula: El Poder de la Máscara, el Gesto y la Cortesía Docente
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Comunicación Ética en el Aula: El Poder de la Máscara, el Gesto y la Cortesía Docente
En nuestra vida diaria, y sobre todo en el mundo educativo, no solo nos comunicamos con palabras. También lo hacemos con lo que mostramos: nuestras expresiones, nuestra actitud, nuestros gestos o incluso con la forma en la que tratamos a los demás. Por eso, hablar de la ética de la máscara, del gesto y de la cortesía es hablar de cómo nos comportamos con los otros, de forma consciente o no, y del valor ético que eso tiene.
La Máscara: Actuar Según el Rol, Sin Dejar de Ser Uno Mismo
Cuando hablamos de “máscara”, nos referimos a los papeles que adoptamos en la vida. Por ejemplo, un profesor no actúa igual que un amigo o un hermano. Según Erving Goffman, todos actuamos de forma diferente según el contexto, como si lleváramos una “máscara social”. Eso no significa que estemos mintiendo, sino que nos adaptamos a lo que se espera de nosotros.
En la escuela, muchas veces el profesor tiene que mostrarse tranquilo y seguro, aunque por dentro esté nervioso. Esa “máscara” puede ser útil para mantener la calma del grupo o transmitir confianza. Pero no debemos usarla para escondernos del todo ni para fingir algo que no somos. Paul Ricoeur decía que la identidad no es solo lo que somos, sino también cómo nos mostramos. La clave está en ser coherentes: actuar con sinceridad dentro del papel que tenemos que cumplir.
El Gesto: El Lenguaje del Cuerpo También Educa
Los gestos, las miradas, la postura corporal… también comunican. Muchas veces, lo que decimos con el cuerpo tiene más impacto que lo que decimos con palabras. Emmanuel Levinas afirmaba que la ética comienza en el rostro del otro. Yo añadiría: también en el nuestro.
Por ejemplo, cuando un alumno se equivoca, no es lo mismo corregirlo con una sonrisa y paciencia que con una mirada de desprecio. Aunque digamos lo mismo, el gesto cambia totalmente el mensaje. Por eso, como docentes debemos cuidar nuestros gestos: no ser fríos ni irónicos, sino transmitir respeto, cercanía y escucha.
La Cortesía: Más que Normas, una Forma de Respetar
A veces la cortesía se ve como algo superficial, como decir “por favor” o “gracias” por obligación. Pero en realidad, la cortesía es una forma de mostrar respeto al otro. Según Norbert Elias, la civilización tiene mucho que ver con controlar nuestras emociones y comportarnos de forma que la convivencia sea posible.
En la escuela, la cortesía es fundamental. Saludar, mirar a los ojos, dar las gracias o pedir las cosas con amabilidad crea un ambiente más humano y agradable. Como decía Simone Weil, prestar atención a alguien es una forma profunda de generosidad. Cuando somos corteses con el alumnado, no solo enseñamos modales, también enseñamos a reconocer la dignidad del otro.
Conclusión: Educar También es Cómo Nos Relacionamos
La ética de la máscara, del gesto y de la cortesía nos recuerda que no educamos solo con lo que explicamos, sino con cómo lo hacemos. Nuestros gestos, nuestro trato, nuestra forma de estar en el aula también enseñan. Todo lo que mostramos, aunque no digamos una sola palabra, tiene un valor ético.
Ser docentes éticos no es ser perfectos, sino ser conscientes de que cada gesto, cada mirada y cada palabra puede construir o destruir. Por eso, ser auténticos, cuidadosos y respetuosos es parte esencial de nuestra tarea como educadores.