Comprendiendo la Osteomielitis Aguda Hematógena: Causas, Síntomas y Diagnóstico
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PATOGENIA DE LA OSTEOMIELITIS AGUDA HEMATÓGENA
La osteomielitis aguda hematógena se produce en el curso de una bacteriemia, ya sea sintomática o asintomática. Generalmente, se localiza en las metáfisis de los huesos largos (fémur, tibia y húmero), zonas que se caracterizan por su alta vascularización.
El microorganismo viaja hasta las redes capilares de las metáfisis óseas, donde la circulación es más lenta. Allí ocurre la replicación y la inflamación local. Posteriormente, el microorganismo viaja a través de túneles vasculares, adhiriéndose a la matriz cartilaginosa, lo que permite la progresión de la infección.
Consideraciones especiales en lactantes: En niños menores de 18 meses, las metáfisis están vascularizadas por vasos trans-epifisarios que atraviesan las epífisis y llegan al espacio articular. Esto explica el mayor riesgo de desarrollar artritis aguda como complicación de la osteomielitis en lactantes y niños pequeños.
Factores de riesgo:
- El 30% de los niños con osteomielitis refieren un antecedente de traumatismo en la zona afectada.
- También puede ser secundaria a una infección local que se extienda al hueso, como sinusitis, mastoiditis, infección dentaria, celulitis, mordeduras de animales o heridas penetrantes infectadas.
EPIDEMIOLOGÍA DE LA OSTEOMIELITIS
La osteomielitis afecta aproximadamente al 30% de los niños de 2 años y al 50% de los niños de 5 años de edad. Se observa una mayor incidencia de estas infecciones en pacientes con anemia de células falciformes. En niños por lo demás sanos, la mayoría de las infecciones son de origen hematógeno. La infección del hueso o de la articulación puede ocurrir tras una lesión penetrante o fracturas abiertas.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LA OSTEOMIELITIS
Los primeros síntomas suelen ser poco llamativos.
En neonatos:
- Pseudoparálisis.
- Dolor con el movimiento de la extremidad afectada.
- El 50% no presenta fiebre y pueden tener un aspecto saludable.
En lactantes de más edad y niños:
- Fiebre.
- Dolor.
- Signos de localización como edema, eritema y calor.
El dolor a la palpación sobre un hueso largo puede ser un hallazgo bastante significativo. El edema y eritema local en la osteomielitis pueden indicar que la infección se ha propagado fuera de la metáfisis al espacio subperiostico.
La osteomielitis se localiza con más frecuencia en los huesos largos. La infección suele afectar a un solo hueso o articulación, aunque puede presentarse en localizaciones múltiples en menos del 10% de los casos. En recién nacidos, se afectan 2 o más huesos en casi la mitad de los casos.
Los niños con clínica subaguda y focalidad en la metáfisis (generalmente de la tibia) pueden presentar un absceso de Brodie.
DIAGNÓSTICO DE LA OSTEOMIELITIS
Se deben obtener hemocultivos en todos los casos en los que se sospeche la enfermedad.
La aspiración del foco de infección para una tinción de Gram y cultivo es la técnica diagnóstica definitiva. Si se encuentra pus en el espacio subperiostico, no es necesario profundizar más. La aspiración de pus del hueso proporciona la mejor muestra para cultivo bacteriológico.
El recuento y fórmula de leucocitos, la velocidad de sedimentación globular (VSG) y la proteína C reactiva (PCR) son muy sensibles a las infecciones del hueso y de la articulación, pero son inespecíficos. La monitorización de la elevación de la VSG y PCR puede ser útil para controlar la respuesta al tratamiento y para identificar complicaciones.