Comprendiendo la Conducta Humana: Estímulos, Tendencias y Motivación

La Percepción y la Acción Humana

Gracias a la percepción, la imaginación, la memoria y la inteligencia, el ser humano adquiere conocimiento del mundo que le rodea. El ser humano no es solo un ser cognoscitivo, sino que también actúa. Mediante el conocimiento, el ser humano se pone en contacto con el mundo y tiene noticia de él; de ahí determina una serie de tendencias o impulsos que constituyen la acción humana.

Entendiendo la Acción Humana

La acción puede ser entendida de varias maneras:

a) La Acción como Respuesta a un Estímulo Externo

El comportamiento humano se explicaría mediante el par estímulo-respuesta, según el conductismo, escuela creada por Watson. En este caso, se suprimen las tendencias y se asimila cualquier conducta a un reflejo, donde el organismo actúa automáticamente. Un reflejo es un acto que consiste en una respuesta determinada, inmediata e involuntaria del organismo a una excitación particular, como el reflejo rotuliano con la rótula o el reflejo palpebral como los ojos. El acto reflejo tiene una base anatómico-fisiológica. Los reflejos naturales son la respuesta a un determinado estímulo y se produce la misma respuesta en todas las personas. No siempre la respuesta a un mismo estímulo es uniforme en todos los seres humanos. Para explicar conductas más complejas, no basta con el estímulo-respuesta, sino que se usan tendencias o instintos.

b) La Acción como Propuesta

Aquí se considera que el organismo está equipado con un sistema de instintos que lo llevan a comportarse de una forma determinada. En este caso, se prescinde de la estimulación exterior. No son los estímulos los responsables de cada tipo de acción, tendrá que serlo el organismo.

c) La Conducta Determinada por Estímulos Externos y Estructuras Internas

Esto supone que unos determinantes internos de la acción dan cuenta de la conducta de modo complementario a los estímulos. La acción también debe explicarse como un resultado de los estímulos externos al organismo y de la capacidad de respuesta de este, en tanto que está equipado con un sistema de tendencias básicas. Muchas veces, un mismo estímulo origina respuestas distintas. A causa de esta disparidad de respuestas a una estimulación, el conductista Hull admite la existencia de variables intermedias, que son unos factores internos que intervienen junto con el par estímulo-respuesta en la acción humana. Estas variables intermedias están constituidas por tendencias, un conjunto de disposiciones que son activadas por la presencia del estímulo y que dan lugar a la acción. Así se crea el par de estímulo-tendencia-respuesta.

La Motivación: El Motor de la Acción

Las tendencias dan lugar a las acciones; se denominan también motivos. El término "motivo" deriva de *motivus* y *motus*. El motivo es lo que mueve a la acción. Hay dos clases de motivos humanos: los internos, debidos al sistema tendencial, y los externos, debidos a los estímulos. La motivación se entiende como el conjunto de factores internos y externos que incitan al sujeto a la acción. El componente interno de la motivación se da con necesidades, tendencias e instintos. Los instintos son estados motivacionales que activan la conducta y llevan al individuo a la satisfacción de sus necesidades. La satisfacción de un impulso requiere una interacción entre el organismo y el medio.