Comprendiendo el Burnout, las Actitudes y la Salud Mental: Claves Psicológicas y Sociales
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El Síndrome de Burnout o Desgaste Profesional
El burnout, también conocido como el síndrome de "estar quemado", es una forma de estrés laboral crónico. Afecta principalmente a profesionales que trabajan en contacto directo y constante con personas, como por ejemplo: trabajadores de la salud, educación, trabajo social, etc.
Componentes del Burnout
- Cansancio o agotamiento emocional: Se manifiesta como una pérdida progresiva de energía vital y una incapacidad para afrontar las demandas del trabajo. La persona se siente vacía y agotada emocionalmente.
- Despersonalización: Se desarrollan actitudes cínicas, insensibles y deshumanizadas hacia las personas receptoras del servicio o trabajo (pacientes, clientes, alumnos). Se les trata como objetos, de forma distante.
- Baja realización personal o profesional: La persona comienza a evaluar negativamente su trabajo y sus logros profesionales. Disminuye la autoestima profesional y aparece un sentimiento de ineficacia.
Consecuencias del Burnout
- Individuales:
- Físicas: Cansancio crónico, dolores musculares, cefaleas, problemas gastrointestinales, alteraciones del sueño, etc.
- Psicológicas: Ansiedad, depresión, irritabilidad, insomnio, dificultades de concentración, etc.
- Sociofamiliares: Conflictos familiares y de pareja, aislamiento social, etc.
- Organizacionales: Aumento del absentismo laboral (bajas por enfermedad), disminución del rendimiento, peor clima laboral, incremento de la intención de abandonar el puesto, etc.
Las Actitudes: Formación y Componentes
Las actitudes son evaluaciones, opiniones o sentimientos, favorables o desfavorables, que tenemos sobre algo o alguien (objetos de actitud). Están formadas por lo que pensamos y sentimos, y estas actitudes afectan a lo que hacemos (nuestro comportamiento) y suelen ser relativamente estables y difíciles de cambiar.
Componentes de las Actitudes
- Cognitivo: Lo que pensamos; las creencias e ideas sobre el objeto de actitud.
- Afectivo: Lo que sentimos; las emociones y sentimientos asociados al objeto de actitud.
- Conductual: Lo que hacemos; la predisposición a actuar de una determinada manera ante el objeto de actitud.
A veces, sentimos un conflicto interno cuando nuestras acciones no se corresponden con nuestros pensamientos o creencias. Este fenómeno se conoce como disonancia cognitiva.
Desarrollo de las Actitudes
Las actitudes se desarrollan principalmente a través del aprendizaje social; aprendemos de los demás y de nuestras propias experiencias. Los procesos implicados incluyen:
- Condicionamiento clásico: Ocurre cuando un estímulo inicialmente neutral se asocia repetidamente con otro estímulo que sí provoca una reacción. Como resultado, el estímulo neutral comienza a provocar una respuesta emocional similar.
- Condicionamiento subliminal: Se presentan estímulos por debajo del umbral de la conciencia (que no somos capaces de percibir conscientemente), pero que pueden influir en nuestras actitudes.
- Aprendizaje instrumental (o condicionamiento operante): Se refuerzan las conductas (y las actitudes subyacentes) que nos proporcionan resultados positivos o nos ayudan a evitar consecuencias negativas.
- Aprendizaje observacional (o modelado): Aprendemos actitudes observando cómo se comportan otras personas (modelos), como familiares, amigos o figuras públicas, y las consecuencias de sus comportamientos.
- Comparación social: Comparamos nuestras opiniones o actitudes con las de otros para evaluar si son correctas, adecuadas o populares, especialmente en situaciones de incertidumbre.
Cambio de Actitudes: La Persuasión
La persuasión es el proceso mediante el cual se intenta cambiar las actitudes, creencias o comportamientos de una persona o grupo a través de la comunicación. Es una herramienta fundamental en ámbitos como la publicidad, las campañas de salud pública o las campañas de donación.
Factores que Afectan la Persuasión
- Credibilidad y atractivo del emisor: Los mensajes son más persuasivos si provienen de fuentes percibidas como expertas, confiables o atractivas (ej., científicos, personas famosas).
- Sutileza del mensaje: Los mensajes son más efectivos cuando no se percibe una intención manipuladora evidente.
- Distracción del receptor: En ciertas circunstancias, una leve distracción puede reducir la capacidad del receptor para contraargumentar, facilitando la persuasión (ej., en mítines políticos con mucho estímulo).
- Argumentación bilateral: Presentar ambos lados de un argumento (a favor y en contra) puede ser más persuasivo, especialmente si la audiencia tiene una postura inicial contraria o un alto nivel educativo.
- Contenido emocional en el mensaje: Apelar a las emociones (miedo, alegría, empatía) puede incrementar la persuasión, aunque su efectividad depende del contexto y la intensidad.
Procesamiento de la Información Persuasiva (Modelo de Probabilidad de Elaboración)
- Ruta central: Implica un procesamiento sistemático y reflexivo del mensaje. El receptor analiza cuidadosamente los argumentos y la información presentada. El cambio de actitud por esta vía suele ser más duradero y resistente.
- Ruta periférica: Implica un procesamiento heurístico, basado en señales superficiales o secundarias (ej., atractivo del emisor, número de argumentos) sin un análisis profundo del contenido del mensaje. El cambio de actitud es más superficial y menos estable.
Resistencia a la Persuasión
- Reactancia: Cuando las personas perciben que su libertad de elección está siendo amenazada o limitada por un intento persuasivo, pueden reaccionar oponiéndose al mensaje.
- Evitación selectiva: Tendencia a ignorar o evitar la información que desafía nuestras creencias y actitudes preexistentes.
- Defensa activa (o contraargumentación): Cuando nos exponemos a argumentos contrarios a nuestras actitudes, podemos generar activamente contraargumentos para rebatirlos y mantener nuestra postura.
- Asimilación sesgada: Tendencia a percibir la información que es consistente con nuestras actitudes como más fiable y convincente, y la información opuesta como menos fiable o sesgada.
Trastornos de Ansiedad
Los trastornos de ansiedad se caracterizan por una ansiedad y preocupación excesivas, persistentes e intensas que provocan inquietud, angustia o malestar significativos, y perturban el funcionamiento diario de la persona.
Tipos Comunes de Trastornos de Ansiedad
- Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): Se caracteriza por una ansiedad y preocupación crónicas y difusas sobre diversos acontecimientos o actividades, acompañadas de síntomas físicos como tensión muscular, irritabilidad, fatiga y dificultades para dormir, que afectan la vida diaria.
- Trastorno de Angustia o Pánico: Se define por la aparición recurrente de episodios repentinos e inesperados de miedo intenso o malestar extremo (crisis de angustia o ataques de pánico). Estos episodios alcanzan su máxima intensidad en minutos y se acompañan de síntomas físicos intensos como palpitaciones, falta de aire, taquicardia, sudoración, temblores o dolor en el pecho.
- Fobias Específicas: Miedos irracionales, intensos y persistentes hacia objetos o situaciones específicas (ej., animales, alturas, volar, inyecciones), que provocan una evitación activa de dichos estímulos o un malestar intenso al enfrentarlos.
- Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC): Se caracteriza por la presencia de pensamientos, imágenes o impulsos intrusivos y recurrentes (obsesiones) que causan una marcada ansiedad o malestar. Para aliviar esta ansiedad, la persona se siente impulsada a realizar comportamientos o actos mentales repetitivos (compulsiones).
Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno psicótico grave y complejo que implica una distorsión fundamental del pensamiento y la percepción, una pérdida de contacto con la realidad, y la presencia de delirios y alucinaciones. El diagnóstico se basa en la presencia y persistencia de varios síntomas característicos.
Criterios Diagnósticos y Síntomas Principales
- Distorsión de la realidad:
- Delirios: Creencias falsas, firmemente sostenidas, que no son compartidas por otros en el mismo contexto cultural (ej., delirios de persecución, grandeza, referencia).
- Alucinaciones: Percepciones sensoriales (auditivas, visuales, táctiles, etc.) que ocurren en ausencia de un estímulo externo real. Las alucinaciones auditivas (oír voces) son las más comunes.
- Desorganización del pensamiento y del comportamiento: Pensamiento y discurso confusos, incoherentes o ilógicos (ej., descarrilamiento, tangencialidad). Comportamiento desorganizado o catatónico.
- Deterioro cognitivo: Dificultades en diversas funciones mentales como la atención, la memoria, la planificación y la toma de decisiones (funciones ejecutivas).
- Síntomas negativos: Representan una disminución o ausencia de funciones normales. Incluyen aplanamiento afectivo (reducción de la expresión emocional), alogia (pobreza del habla), abulia (falta de motivación o iniciativa) y anhedonia (incapacidad para experimentar placer).
- Comportamientos psicomotores anormales: Pueden incluir la catatonia, que abarca un espectro de alteraciones motoras desde la inmovilidad (estupor) o la flexibilidad cérea, hasta la agitación excesiva sin propósito, el negativismo o la adopción de posturas extrañas.
Tipos de Esquizofrenia (Clasificación Tradicional)
Nota: Aunque la clasificación actual (DSM-5, CIE-11) ha evolucionado hacia un enfoque más dimensional de los síntomas, estos subtipos son históricamente relevantes y aún se mencionan.
- Paranoide: Predominan los delirios (generalmente de persecución o grandeza) y las alucinaciones auditivas. El funcionamiento cognitivo y afectivo suele estar relativamente preservado en comparación con otros tipos. Suele iniciarse en adultos jóvenes (entre los 20 y 30 años).
- Desorganizada (o Hebefrénica): Se caracteriza por un discurso y comportamiento marcadamente desorganizados, y una afectividad aplanada o inapropiada (ej., reír sin motivo aparente). Suele tener un inicio más temprano, a menudo en la pubertad o adolescencia.
- Catatónica: Predominan las alteraciones psicomotoras significativas, que pueden incluir inmovilidad (estupor catatónico), actividad motora excesiva y sin propósito, negativismo extremo (resistencia a instrucciones o movimientos), mutismo, posturas extrañas o movimientos estereotipados.
- Indiferenciada: Presenta una mezcla de síntomas característicos de la esquizofrenia (delirios, alucinaciones, discurso desorganizado, síntomas negativos), pero no cumple los criterios para los tipos paranoide, desorganizado o catatónico, o presenta síntomas de varios de ellos sin un patrón claro.
Estrés y Salud Mental
El estrés es una respuesta fisiológica y psicológica del organismo ante situaciones o eventos (estresores) que percibe como amenazantes, desafiantes o desbordantes para sus capacidades. Esta respuesta moviliza recursos para hacer frente a la demanda.
El afrontamiento (coping) es el conjunto de esfuerzos cognitivos y conductuales, constantemente cambiantes, que se desarrollan para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del individuo. Busca solucionar el problema o regular las emociones asociadas.
Estrategias de Afrontamiento (Coping)
Las estrategias de afrontamiento pueden clasificarse de diversas maneras, por ejemplo:
- Centradas en el problema: Dirigidas a modificar la situación estresante o sus fuentes. Incluyen la confrontación (enfrentar el problema), la planificación (elaborar un plan de acción) y la búsqueda de información.
- Centradas en la emoción: Orientadas a regular la respuesta emocional ante el estrés. Incluyen la aceptación de la realidad, el distanciamiento emocional, el autocontrol, la reevaluación positiva (encontrar un significado positivo) y la expresión emocional.
- De evitación: Intentos de evitar pensar o sentir sobre el problema, o de eludir la situación estresante (ej., escape, negación).
- Búsqueda de apoyo social: Recurrir a otras personas para obtener ayuda emocional, instrumental o informacional.
Apoyo Social y Salud Mental
El apoyo social es un factor protector fundamental para la salud mental y el bienestar. Se refiere a la percepción o experiencia de ser amado y cuidado, estimado y valorado, y de pertenecer a una red social con obligaciones mutuas. Puede ser de varios tipos:
- Emocional: Expresiones de afecto, empatía, comprensión, confianza y cuidado.
- Instrumental o material: Ayuda tangible, servicios o asistencia directa (ej., ayuda económica, cuidado de los hijos).
- Informacional o de consejo: Provisión de información, guía, consejo u orientación para resolver problemas.
- De estima o valorativo: Reafirmación de la valía personal, expresiones de respeto y competencia.
El apoyo social proviene de las redes sociales de un individuo (familia, amigos, compañeros, comunidad) y se puede analizar desde diferentes enfoques:
- Enfoque estructural: Se refiere a la existencia, cantidad y características de las relaciones sociales (ej., tamaño de la red, densidad, frecuencia de contacto, estado civil).
- Enfoque funcional: Se centra en la calidad y el tipo de apoyo percibido o realmente recibido a través de esas relaciones (ej., percepción de disponibilidad de afecto, consejos, ayuda material).
- Enfoque contextual: Considera el entorno social y las circunstancias específicas en las que se da y se recibe el apoyo, así como la adecuación del apoyo a las necesidades de la persona.