Comportamiento Humano: Instintos, Aprendizaje y Motivación

La Conducta Humana: Un Enfoque Psicosocial

El entorno nos afecta interiormente. La vida afectiva y emocional es una consecuencia directa de la forma en que nos impactan el entorno y la realidad. Pero no solo reaccionamos con tristeza y alegría, con deseos y expectativas a aquello que nos rodea, además participamos dando una respuesta palpable. La conducta es el modo en cómo reaccionamos a la realidad.

Conducta Heredada o Aprendida

La realidad no solo nos afecta psíquicamente produciendo una serie de procesos y fenómenos mentales, sentimientos, deseos o creencias. Lo ocurrido a nuestro alrededor provoca otras reacciones como salir corriendo, dar un grito o saludar alzando el brazo. La conducta es la reacción observable que un individuo tiene ante un estímulo, ya sea interno o externo. Lo que diferencia la conducta de otras reacciones es que puede ser observada, comprobada y analizada por cualquier espectador externo. Ningún observador privilegiado, excepto yo mismo, puede saber lo que pienso cuando el profesor me regaña. Esta es la principal diferencia entre las dos vertientes del comportamiento.

La Conducta Instintiva

Los instintos son pautas de respuestas biológicamente determinadas y genéticamente mantenidas. Una especie hereda, además de la constitución física, normas de conductas que regulan y fijan su comportamiento. Presenta una gran ventaja, ya que son pautas que han sido probadas, por lo cual resultan muy eficientes. A esto se le añade un gran inconveniente: los instintos comportan una determinación rígida, por lo tanto, se producen en lugar de la reflexión inteligente y la elección voluntaria que son compatibles con los instintos. La conducta instintiva también es decisiva entre los insectos e invertebrados. Predomina cada vez menos a la vez que ascendemos por la escala evolutiva. Entre los mamíferos superiores, las respuestas instintivas conviven con la improvisación y el aprendizaje de nuevas respuestas.

Conducta Abierta y Aprendizaje

Si hablamos del ser humano, podemos decir que son pocas sus acciones instintivas. Es instintivo llorar en los niños cuando tienen alguna necesidad, también succionar cuando tienen apetito. A medida que el niño crece, las conductas instintivas pierden terreno frente a las aprendidas. En los adultos, muy pocas respuestas son involuntarias y automáticas si descontamos los actos reflejos como cerrar un ojo cuando nos entra algo.

El ser humano no goza de una pauta biológica que le ofrezca la respuesta a sus problemas, por el contrario, tiene que buscar por sí mismo la mejor solución. Con el aprendizaje adquirimos nuevos comportamientos a partir de la experiencia que se desprende de situaciones anteriores aparecidas. Es una capacidad muy adaptable más que la instintiva. Gracias a su flexibilidad, es posible aprender nuevas estrategias incluso cuando las condiciones y el entorno han cambiado.

La Motivación en la Conducta Humana

Si en el ser humano la regulación instintiva no puede explicar todas las conductas, ¿qué es aquello que nos puede dar las respuestas? Básicamente lo que llamamos motivos de la acción. Muy a menudo, cuando una acción nos resulta incomprensible, cuando no entendemos por qué alguien se ha comportado de la forma en que lo ha hecho, nos preguntamos por los motivos de su acción. Los motivos son aquello que da sentido y hace comprensible la acción. Se puede definir como cualquier factor que empuja a un individuo a comportarse y actuar de la forma en que lo hace. Los motivos son estados o procesos mentales del individuo que actúa, son inobservables y es un misterio para los de fuera.