Comportamiento Delictivo y Reacción Social: Perspectivas y Factores Clave en Criminología

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Aproximación a la Criminología

1. Criminología: Niveles de Conocimiento y Objeto de Estudio

Se pueden establecer dos importantes conclusiones acerca de la naturaleza de la delincuencia:

  • La delincuencia es un problema real, que consiste en que unos individuos utilizan la fuerza física o el engaño para conseguir sus propios objetivos, perjudicando a otros.
  • Complementaria a la anterior. Es, a la vez que realidad, un fenómeno construido a partir de la reacción social de rechazo que suscita entre la ciudadanía.

Por tanto, se puede definir la Criminología como la ciencia que estudia el comportamiento delictivo y la reacción social frente a tal comportamiento.

La dimensión “comportamiento delictivo” tiene un referente normativo ineludible: la ley penal, que define qué comportamientos en una sociedad van a ser considerados delictivos. Por otro lado, está la necesidad de comprender la génesis de los comportamientos delictivos, que dirige a la Criminología hacia dos conjuntos de elementos no delictivos: a) conductas infantiles y juveniles problemáticas que pueden ser predictoras de delincuencia; b) factores biopsicológicos y sociales facilitadores de la conducta delictiva.

La extensión de la dimensión “reacción social” abarca desde la mera desaprobación y control paterno de algunas conductas infantiles o juveniles inadecuadas, hasta los sistemas de justicia penal establecidos por la sociedad para los delitos.

Así pues, las principales áreas de estudio criminológico son: el delito, los delincuentes, las víctimas, y el control social.

Estos elementos son áreas de estudio subordinadas a la intersección del comportamiento delictivo y de la reacción social ante tales comportamientos.

2. La Desviación: Comparación entre la Perspectiva Estadística, Patológica, Funcionalista e Interaccionista-Simbólica

Nos planteamos la posibilidad de sustituir el concepto de “delito” por el de “desviación”. Así pues, encontramos varias perspectivas:

  1. Desviación estadística. Se tiende a considerar desviado todo aquello que se aleja excesivamente del promedio estadístico.
  2. Desviación como enfermedad. La desviación revela la presencia de una enfermedad. No obstante, no existe un criterio universal que permita delimitar qué constituye una conducta “sana”.
  3. Visión funcionalista. Concibe la sociedad como un organismo y analiza tanto los procesos que favorecen la estabilidad social, denominados funcionales, como aquellos otros que pueden romperla, llamados disfuncionales. La delincuencia sería concebida como un proceso desestabilizante que perturba la armonía de la comunidad. Sin embargo, en determinados sectores del comportamiento delictivo es complejo delimitar qué es funcional o disfuncional para una sociedad o grupo.
  4. Interaccionismo simbólico. La desviación se concibe como un proceso dinámico integrado por dos partes: aquéllos que aplican las normas y quienes las infringen. Debe estudiarse todo el proceso que lleva a la aplicación de una norma y al castigo de ciertas conductas, y no solamente la definición formal de los actos delictivos, ya que, en efecto, la denuncia pública de ciertas actividades nos hace considerarlas de un modo distinto.

Pensamiento Criminológico

La Alternativa Criminal

3. Los Paradigmas Criminológicos: Explicación y Esquema

  • El delito como elección. Aquí se enmarcan algunas teorías, como la de la escuela clásica, a partir de Beccaria, y también otras formulaciones más modernas, como la teoría del delito como elección racional. Según ellos, los individuos valorarían para delinquir o no hacerlo las circunstancias de coste y beneficio que les comporta sus conductas. Consiguientemente, la sociedad debe disponer normas y sanciones penales que contrarresten esta inclinación al propio beneficio.
  • Las influencias sociales. Este segundo grupo teórico propone que la delincuencia es el resultado de la estructura y del funcionamiento social, y especialmente de los desequilibrios existentes entre los objetivos sociales y los medios legítimos disponibles para su obtención. Esta discrepancia entre objetivos sociales y medios para su obtención genera una tensión entre los individuos, que puede traducirse en la aparición de subculturas y de reacciones de ira, cólera o de malestar social. Como resultados de estas reacciones, algunos individuos cometerían actos delictivos para encarar el conflicto generado.
  • Las predisposiciones agresivas. Este sector teórico concibe la agresión como una tendencia adaptativa de los seres humanos a su entorno físico y social. Según ello, la agresión cumpliría un papel adaptativo en la mayoría de las ocasiones, mejorando la supervivencia de los individuos frente a las dificultades ambientales. Sin embargo, en algunas ocasiones algunos individuos podrían excederse en sus manifestaciones agresivas, ya sea por razones biológicas o ambientales, y podrían acabar delinquiendo.
  • Las diferencias individuales. Según este grupo teórico, vinculado al anterior, los sujetos difieren entre sí en una serie de características personales relacionadas con la edad, sexo, inteligencia y la personalidad. Todos estos factores pueden jugar un papel decisivo en su influencia sobre la conducta delictiva. Ello no significa que estas características individuales no sean también el resultado final de diversos elementos ambientales y sociales.
  • El aprendizaje de la delincuencia. Estas teorías enmarcan distintos modelos de conducta. Su perspectiva fundamental es que la conducta delictiva es, igual que el resto de la conducta humana, aprendida.
  • La reacción y el conflicto social. Esta teoría sostiene que la sociedad crea unas normas que coinciden esencialmente con comportamientos característicos de los grupos más desvalidos de la sociedad. De esta manera, las leyes y la reacción social frente al comportamiento de algunos individuos, son, en realidad, las que definen y crean la delincuencia. Así que el foco de atención de estas perspectivas criminológicas van a ser los procesos de creación de las leyes y las reacciones sociales que siguen a ciertos comportamientos.
  • Teorías integradoras. El objetivo de estas teorías es desarrollar explicaciones más amplias y comprensivas del fenómeno delictivo. Son tres: teorías multifactoriales, teorías de “rasgos latentes”, y las teorías de las etapas vitales.

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4. Beccaria: Figura, Obra y Extracto de su Pensamiento

La síntesis criminológica de las ideas de la Ilustración fue expresada fundamentalmente por dos pensadores, cuyas obras tuvieron una gran difusión: el italiano Cesare Beccaria y el británico Jeremy Bentham. Las ideas criminológicas de la escuela clásica constituyen el fundamento de los modernos sistemas jurídico-penales aplicados en todo el mundo.

La obra principal de Beccaria es De los delitos y de las penas, publicada en 1764, de gran influencia en el pensamiento penal de su tiempo y también en la actualidad. Esta obra nació como una propuesta en contra de la arbitrariedad, la ilegalidad y los abusos de poder que caracterizaban a la justicia de su tiempo. El libro es un ensayo sobre cómo debe prevenirse y reducirse la delincuencia mediante las penas.

Las principales ideas de Beccaria son:

  • El contrato social y la necesidad del castigo.
  • La tendencia al placer como motivador del delito.
  • La gravedad de los delitos (delitos atroces y delitos menores).
  • El estudio científico de los delitos.
  • La libertad y la educación previenen la delincuencia.
  • El fin de las penas (impedir que el reo ocasione nuevos males, y retraer a los demás de cometerlos).
  • Proporcionalidad entre delitos y penas.
  • Prontitud y certeza de la pena.
  • Suavidad del sistema penal (directamente proporcional al estado de desarrollo social que tiene una determinada comunidad).
  • Rechazo de la pena de muerte (la pena más eficaz es la privación de libertad. La pena de muerte, sólo debería aplicarse en casos extremos, como los delitos políticos).
  • Prevenir el delito no penalizando lo innecesario (ampliar la esfera de los delitos equivale a aumentar la probabilidad de cometerlos).
  • Prevenir el delito mediante recompensas de su contrario.

La obra de Beccaria, aunque trata de cómo organizar la respuesta social a la delincuencia, se basa implícitamente en una teoría de la motivación delictiva, adoptada de los filósofos utilitarios de la época, que pensaban que el egoísmo era el motivo principal de las acciones humanas.

Bentham: Figura, Obra y Extracto de su Pensamiento

Jeremy Bentham es uno de los grandes filósofos del utilitarismo, y el primero que escribió sobre los principios del fin de la pena con detalle. Fue el creador del primer sistema penitenciario (“El panóptico”), que inspiró la primera prisión celular (donde los presos están aislados). Publicó en 1789 su Introducción a los principios de la moral y la legislación, que pasa a ser otro de los alegatos fundamentales de la escuela clásica.

Bentham establece los siguientes principios sobre la conducta humana y el control penal:

  • El placer y el dolor (ellos determinan lo que hacemos, decimos o pensamos, constituyen la única medida de lo correcto o incorrecto).
  • Condiciones de las que dependen el placer y el dolor (uno y otro serán mayores según su intensidad, duración, certeza o incerteza, proximidad o lejanía, fecundidad, su pureza, y su extensión).
  • El principio de utilidad.
  • Fuentes de dolor y de placer (éstos pueden ser suministrados a los hombres desde cuatro fuentes sancionadoras distintas: física, moral o popular, religiosa, y política. Esta última, la única que pueden determinar las leyes, mediante las penas).
  • Finalidad de las leyes: prevenir el daño que puede infligirse a un individuo o a una comunidad, compensándolo mediante una pena con cuatro propósitos concretos de ambición decreciente:
    • Prevenir, si fuera posible, la comisión de toda clase de delitos.
    • Si no fuera posible prevenirlos, inducir al delincuente a cometer un delito menos dañino.
    • Si decide cometer el delito, disponerle a no hacer más daño del necesario.
    • Efectuar la prevención del modo más barato posible.
  • La proporción entre los delitos y las penas. Para ello, establece una serie de reglas que deberían regir esta proporcionalidad.

5. La Prevención Especial y General: Esquema y Distinción de Efectos

Prevención especial. Según la doctrina penal, ésta puede operar así:

  • La incapacitación. La permanencia en prisión del sujeto le impediría la comisión de otros delitos, al menos, mientras dure el encarcelamiento.
  • La maduración. Después de una estancia en prisión, el sujeto sale de ella con más edad y menor energía para delinquir.
  • Las mejoras. Estas pueden provenir de la terapia, la escolarización, cambio de ambiente, etc.

Prevención general. Podría favorecerse a través de:

  • La habituación. Como resultado de las normas y sanciones penales, las personas automatizarían una serie de comportamientos que se encuentran dentro de la legalidad normativa.
  • La formación normativa. Es el efecto educativo que tendrían las normas penales a largo plazo, a lo que Silva Sánchez (1992) se ha referido como la “prevención general positiva”.
  • La disuasión. También llamado “prevención general negativa”. Incluye los tres parámetros: certeza, prontitud y dureza. Las dos primeras dependen ante todo de la eficacia policial y de la rapidez del procedimiento penal, mientras que la dureza está determinada por el código penal.

6. Teoría del Delito como Elección Racional: Representantes, Presupuesto y Factores de Modulación

Esta teoría revitaliza las ideas de la escuela clásica. Formulada por James Q. Wilson y Richard J. Herrinstein, en su obra Crime and Human Nature (Delito y naturaleza humana), 1985, y también por Donald V, Clarke y Derek B. Cornisa (1985, 1986). Estos autores interpretan la acción delictiva como el resultado de una elección racional. Reconocen que entre los antecedentes del comportamiento delictivo pueden hallarse también factores psicológicos, sociales y experienciales del individuo. Sin embargo, consideran que la clave está en que ciertos sujetos poseen una mentalidad criminal y que consideran que pueden beneficiarse de situaciones ilegales, aunque asuman un cierto riesgo de ser detenidos. Hay ocho elementos que pueden influir en la conducta delictiva:

  • Los factores antecedentes, tanto psicológicos y de crianza de los sujetos como sociales.
  • Las experiencias previas y el aprendizaje del sujeto.
  • Sus necesidades generales (dinero, sexo, estatus, etc.).
  • La valoración de opciones.
  • Las soluciones consideradas, tanto legales como ilegales.
  • La reacción del individuo ante la oportunidad de la conducta delictiva.
  • Su disponibilidad para cometer el delito.
  • La decisión de llevarlo a cabo.

La teoría de la elección racional tiene sus antecedentes más inmediatos en los trabajos de Becker (1986, Becker y Landes, 1974), Hineke (1978) y Cornisa y Clarke (1986), explica la conducta delictiva a partir del concepto económico de utilidad esperada. Según ello, las personas tienen un comportamiento dependiendo de las expectativas que tienen acerca de los beneficios y costes (tanto económicos como psicológicos) que pueden obtener de diferentes conductas. Aunque esto no quiere decir que los delincuentes acierten en sus estimaciones.

Hay dos elementos que pueden favorecer la opción por la delincuencia, según Wilson y Herrenstein: grado de inmediatez/demora y su certeza/incerteza. Sucede que las recompensas por los comportamientos no delictivos tienen con frecuencia un carácter demorado. Por el contrario, muchas recompensas asociadas al delito tienen un cariz más inmediato.

7. Implicaciones Prácticas de la Teoría del Delito como Elección Racional

Wilson y Herrenstein afirman que la teoría tiene una implicación obvia para la práctica: la reducción de la demora y de la incerteza de las recompensas asociadas al comportamiento no delictivo reducirá la probabilidad de cometer delitos. Sin embargo, el mero incremento de la severidad de los castigos asociados al delito, pero sin tomar en consideración los elementos inmediatez y certeza, no garantiza la reducción de la tendencia individual a cometer delitos.

A la teoría del delito como elección se han realizado una serie de críticas. Se ha cuestionado que la mayoría de los delincuentes calculen, con antelación a la comisión de un delito, beneficios y riesgos. Prueba de ello es que muchos delincuentes van a la cárcel mucho tiempo, lo que quiere decir que sus cálculos yerran fácilmente. Bennett y Wright (1984) hicieron una serie de entrevistas y sacaron como conclusión que muchos delincuentes ni siquiera piensan en las consecuencias negativas de su conducta.

La Convocatoria Criminal

8. La Escuela Positivista Italiana: Lombroso y su Teoría del Atavismo Biológico

Cesare Lombroso (1835-1909) es considerado el padre de la Criminología moderna. Su propuesta fue aplicar el mismo método científico –o positivo- de las ciencias naturales al estudio de la criminalidad, propuesta realizada ya en la primera edición de su obra principal L´uomo delincuente, publicada en 1876. Para Lombroso, la observación y la medición debían constituir las estrategias habituales del conocimiento criminológico, más allá de la racionalidad y de la especulación características del mundo jurídico.

Lombroso estableció las primeras teorías sobre la persona que delinque. En su libro citado anteriormente, presentó su visión del criminal nato y atávico, que sería el resultado de un desarrollo evolutivo incompleto. Lombroso se basó en los estudios sobre la evolución de Darwin (El origen de las especies, 1859), en diversos ejemplos de especies que degeneran a fases previas de su desarrollo. Así, Lombroso creyó descubrir ciertas especificidades anatómicas que caracterizarían a los delincuentes natos y atávicos: frente huidiza y baja, gran desarrollo de las arcadas supraciliares, asimetrías craneales, altura anormal del cráneo, gran desarrollo de los pómulos, orejas en asa, gran pilosidad y braza superior a la estatura.

A partir de estos descubrimientos, Lombroso rechazó los planteamientos racionalistas de la escuela clásica. Pero sus teorías no encontraron apoyo en los estudios realizados por sus discípulos, ya que sus ideas no se basaron en una metodología rigurosamente científica. El mismo Lombroso se vio obligado a modificar y matizar sus enunciados, concediendo mayor peso explicativo a los factores sociales y psicológicos.

9. Las Llamadas Biotipologías: Concepto y Principales Investigadores

En Criminología, ha existido una línea de investigación que ha analizado la posible relación entre tipologías corporales (biotipologías) y delincuencia.

Una de las más conocidas fue desarrollada en 1921 por el psiquiatra alemán Ernst Kretschmer, que estableció a partir del estudio de más de 4.000 sujetos, tres tipos corporales vinculados a cierta caracterología.

  • El leptosomático o asténico: delgadez, poca musculatura, introversión.
  • El atlético: gran desarrollo esquelético y muscular.
  • El tipo pícnico: tendente a la obesidad y proclive a la sociabilidad.

Según Kretschmer habría más delitos violentos y una mayor tendencia a la reincidencia entre los tipos constitucionales atléticos, de los delitos de hurto y estafas entre los leptosomáticos, y de los fraudes entre los pícnicos.

El norteamericano William Sheldon estableció en 1949 una biotipología que distinguía tres somatotipos o tipos corporales asociados a tres tipologías de personalidad, cuyas características se mantendrían a lo largo de la vida del individuo (Sheldon, 1949; Schmalleger, 1996):

  • El ectomorfo: delgadez, fragilidad, cerebrotonía (le daría una tendencia al retraimiento y a la inhibición).
  • El mesomorfo: atlético, predominando el tejido óseo, muscular y conjuntivo, y la somatotonía, en forma de fuerza y expresividad muscular.
  • El endomorfo: cierta redondez corporal, y viscerotonía, que le confiere un tono relajado y sociable.

Según estudios realizados por el matrimonio Sheldon y Eleanor Glueck (Glueck y Glueck, 1956) y por Juan B. Cortés (Cortés, 1972) dan cuenta de un porcentaje más elevado de personas pertenecientes al tipo mesomorfo entre las poblaciones de delincuentes tanto jóvenes como adultos. Sin embargo, no conocemos si ese predominio de mesomorfos se repite también en otras muestras no delincuentes.

Puede que los individuos con mayores tendencias intelectuales y a la introversión (propias de los ectomorfos) y aquellos otros en los que predomina la laxitud y la benevolencia (los endomorfos) no se sientan tan atraídos por actividades impulsivas y violentas, mientras que, el espíritu extrovertido, menos inhibido y tal vez más agresivo de los mesomorfos favorezca que se vea inmiscuido en actividades delictivas.

10. Herencia Criminal: Las Familias de Delincuentes; Utilidad, Hallazgos e Inconvenientes

Los estudios sobre familias de delincuentes se basan en el presupuesto cierto de que los familiares en primer grado comparten una proporción de su dotación genética. Así que para analizar la influencia de la herencia sobre la criminalidad, se estudian muestras de delincuentes, por un lado, y de no delincuentes, por otro.

En general, los estudios de familias han mostrado que existe una elevada proporción de delincuentes y de personas con antecedentes penales entre sus miembros. Pero, en estos estudios, no se toma en consideración la posible influencia del ambiente que rodeó a las diversas ramas familiares.

Por tanto, se debe puntualizar que los análisis de familias de delincuentes presentan grandes problemas metodológicos. No obstante, los delincuentes tienen muchos más familiares que son, a su vez, delincuentes. Por ello, debería trabajarse sobre estas familias para intervenir prematuramente.

11. Herencia Criminal: Estudios Gemelares y Sobre Hijos Adoptivos: Principales Hallazgos y Objeciones Científicas

GEMELOS. Partimos de un presupuesto doble: gemelos univitelinos o monozigóticos (provienen de la división de un único óvulo fecundado, comparten totalmente su herencia genética); y por otra parte, gemelos bivitelinos o dizigóticos (comparten sólo un 50% de herencia genética). Si el ambiente de crianza es el mismo en ambos casos, y, sin embargo, los monozigóticos poseen idéntica dotación genética, existiría una razonable posibilidad de analizar cuál es el peso de la herencia sobre la conducta.

El más ambicioso estudio fue realizado en Dinamarca por Christiansen (1974,1977) con una muestra de 3.586 parejas de gemelos nacidos entre 1870 y 1920. Los gemelos monozigóticos presentaron una concordancia delictiva del 50% y los dizigóticos del 21%, diferencia que le permitió a Chirstiansen concluir que el factor genético influye decisivamente en la delincuencia.

Críticas a estos estudios:

  • Distintas definiciones de “delincuencia”, excesivamente heterogéneas.
  • Métodos de muestreo (algunos pares de gemelos fueron seleccionados precisamente por su previa delincuencia) y de determinación de la zigosis o equivalencia genética (en aquella época las técnicas eran poco fiables).
  • Los monozigóticos podrían tener un ambiente de crianza mucho más parecido que el de los dizigóticos, y por tanto, la mayor concordancia de conducta delictiva de los primeros no necesariamente sería debida a la influencia genética, sino también a un idéntico proceso de socialización.

Finalmente, concluir con la aportación de Thomas Bouchard, sobre la importancia combinada de la herencia y del ambiente en el desarrollo de la personalidad y la inteligencia de las personas. Los años 90 han observado la publicación de diversos trabajos derivados del proyecto Minnesota, liderado por Bouchard.

HIJOS ADOPTIVOS.

Parten del presupuesto de que si el influjo de la herencia fuera más importante que el del ambiente, los niños adoptivos deberían parecerse más, en cuanto a su conducta delictiva o no delictiva se refiere, a los padres biológicos que a los padres de adopción. Por el contrario, si el ambiente fuera más importante, la influencia mayor la tendrían los padres adoptivos.

Walters y White (1989) han revisado estudios criminológicos de hijos adoptivos. Como criterio de propensión delictiva se han utilizado, según los estudios, diferentes variables, tales como la detención policial, las condenas por delitos graves, los antecedentes delictivos, y también el diagnóstico clínico de personalidad antisocial. A partir de esta revisión, la mayoría de las investigaciones sobre niños adoptados muestran una mayor concordancia delictiva entre hijos y padres biológicos (que oscila entre 3,1% y 31,5%), que la que muestran los controles (que varía entre 2.9% y 17,8%).

El estudio europeo más amplio fue realizado en Dinamarca por Sarnoff Mednick a principios de los 80 (Conklin, 1995). Estos resultados llevaron a los autores a concluir que el factor genético tiene un mayor peso explicativo en la delincuencia que el ambiental. Cuando ambos padres (biológicos y adoptivos) eran delincuentes, se producía un efecto multiplicador sobre la delincuencia de los hijos.

Sin embargo, diversos investigadores han sido críticos con los estudios de hijos adoptivos. Gottfrenson y Hirschi (1990), Walters y White (1989) y Walters (1992) han relacionado diversos problemas metodológicos y han concluido que la magnitud de la asociación entre tener un padre biológico delincuente y ser delincuente es demasiado pequeña para concederle la necesaria credibilidad. Con todo, Lykken comentando estas críticas concluye que la tesis de Mednick es correcta, “a saber, que la delincuencia es moderadamente heredable y que la mala socialización por parte de los padres adoptivos tiene unos efectos mas nocivos en los chicos con un temperamento genético que les dificulta dicha socialización.

12. Ondas EEG y Psicopatía

Las variables psicofisiológicas son índices cuantificables del funcionamiento del sistema nervioso (tasa cardíaca, presión sanguínea, ondas cerebrales, etc.). Estas medidas reflejan directamente los estados emocionales.

Los estudios han hallado repetidamente la existencia de una evidencia psicofisiológica denotadora de una perturbación en el funcionamiento del sistema nervioso central, la cual puede relacionarse con la conducta antisocial. Los psicópatas, según los trabajos de Cleckley (1976), por ser poco emocionales, impulsivos, irresponsables y buscadores de sensaciones, han mostrado repetidamente que tienen unos bajos niveles de ansiedad, cuando son sometidos a eventos estresantes.

Por lo que respecta al análisis del Electroencefalograma (EEG), los psicópatas manifiestan una mayor actividad de ondas cerebrales lentas, lo que puede estar relacionado con una serie de perturbaciones cognitivas, quizás un retraso madurativo en el funcionamiento cerebral, especialmente en aquellos sujetos cuya mayor actividad de ondas lentas coexiste con grandes dificultades para aprender de la experiencia.

Los psicópatas también manifiestan un sistema nervioso autónomo (SNA) menos estimulado.

13. El Sistema Nervioso Autónomo: Disfunciones Relevantes: Ausencia de Miedo y Búsqueda de Sensaciones

Por lo que respecta al análisis del Electroencefalograma (EEG), los psicópatas manifiestan una mayor actividad de ondas cerebrales lentas, lo que puede estar relacionado con una serie de perturbaciones cognitivas, quizás un retraso madurativo en el funcionamiento cerebral, especialmente en aquellos sujetos cuya mayor actividad de ondas lentas coexiste con grandes dificultades para aprender de la experiencia.

Los psicópatas también manifiestan un sistema nervioso autónomo (SNA) menos estimulado. Cuando el SNA tiene un bajo nivel de activación, aumenta la necesidad de recibir estimulación del exterior. Ese bajo nivel de activación del SNA impide que anticipen sentimientos de ansiedad frente a posibles estímulos aversivos que pueden recibir por cometer actos antisociales. En su toma de decisiones los beneficios derivados del delito serán superiores a los costos.

Raine (2000) realizó una investigación con técnicas de neuroimagen. Se concluye con la existencia de deficiencias funcionales y estructurales en los lóbulos frontales y temporales de los agresores violentos y psicópatas. En particular, parece que una baja actividad del lóbulo frontal (o prefrontal) sería la responsable del funcionamiento anómalo de esa parte del cerebro.

14. Sociobiología: Principal Representante, Ubicación Científica y Entendimiento de la Agresividad Humana

Wilson (1980) define la sociobiología como el estudio de los fundamentos biológicos de la conducta social, establece una relación entre diversas especies animales y también en el hombre entre Biología y conducta social, con especial atención al comportamiento agresivo. Constata que muchos comportamientos presentan una continuidad a lo largo de las distintas especies. El comportamiento del hombre también está claramente influido por su biología.

Lo que llamamos agresión no es una conducta única, sino una serie de conductas muy diversas que tienen funciones distintas. Wilson analiza las principales formas de agresión que aparecen en la naturaleza, que son:

  • Territorial.
  • Dominación.
  • Sexual.
  • Disciplinaria de los padres a los hijos (se da en todas las especies, pero principalmente en las más desarrolladas. Estos comportamientos mejoran la supervivencia, al evitar la exposición a ciertos riesgos).
  • Moralizadora (propia de especies superiores, y naturalmente, del hombre).
  • Depredadoras y antidepredadoras.

La agresión es, más bien, una predisposición genética preparada para desencadenarse cuando fuera necesaria.

La sociobiología sugiere que podemos mejorar nuestra comprensión del comportamiento humano a partir del estudio de los animales, de cuyo reino nosotros formamos parte.

Según Wilson, los humanos no son seres sanguinarios pero manifiestan conductas agresivas que van más allá de las neurosis obsesivas. Él entiende que la agresividad es un comportamiento adaptativo, programado para aumentar la supervivencia y la reproducción de los individuos en situaciones de tensión.

Se puede concluir como sigue:

  • La agresión juega, en general, un papel adaptativo del individuo y de la especie.
  • Es indudable la participación genética como factor predisposicional para la mayor o menor agresividad.
  • Las tendencias agresivas tienen un importante sustrato psicobiológico, en cuya regulación intervienen zonas subcorticales y corticales del cerebro.
  • La actividad endocrina y neurotransmisora tiene una función moduladora de las respuestas agresivas.
  • Finalmente, debe concluirse que todos estos sustratos psicobiológicos operan en interacción con el medio social del individuo, que acaba siendo el auténtico desencadenante de las manifestaciones agresivas concretas.

15. El Carácter Estratégico de la Conducta Criminal desde Parámetros Evolucionistas; Diferencia con el Concepto Estratégico de la Elección del Delincuente Racional

La psicología evolucionista comparte con la Sociobiología su base en la teoría darwiniana de la Selección Natural (Darwin, 1859) aplicada al entendimiento de la evolución humana, basada en tres principios: el de variación, de la herencia y de adaptación.

Cuanto mejor pueda el sujeto obtener y administrar de manera óptima los recursos, evitando los peligros ambientales, y haciéndose atrayente para una pareja, invirtiendo de modo óptimo en la producción de descendientes, tanto más elevada será su aptitud.

En términos evolucionistas, nuestros genes son egoístas, están supra-ordenados hacia su auto preservación, para lo cual inspiran en nosotros sentimientos, emociones y comportamientos como herramientas estratégicas.

Los planteamientos propios de la elección racional entienden que el ser humano es un estratega, y en este sentido, los actos del infractor a través de vías criminales, buscan su éxito reproductor, el alcance de sus objetivos de posteridad genética. También, la perspectiva evolucionista entiende que la conducta criminal es estratégica, en cuanto se dirige a la maxificación del éxito reproductivo. Pero, las estrategias criminales son naturales, entendiendo en esto que surgen de nuestro acervo instintivo a partir de concretos estímulos ambientales.

Si el hábitat social es estable y permite que la actitud personal pueda desarrollarse, la naturaleza humana estimula en el sujeto el recurso a una estrategia social y cooperadora; ello no es incompatible, sin embargo, con que, si el hábitat social es inhóspito o las condiciones ambientales no permiten al individuo alcanzar su aptitud por vías sociales, esa misma condición humana sugería estrategias alternativas, de carácter socialmente lesivo.

16. Esquema sobre manifestaciones violentas estudiadas desde la Psicología evolucionista y su explicación: VIOLENCIA FAMILIAR, ASESINATO SERIADO, PSICOPATÍA,

Violencia en la familia. La familia delimita a un grupo de personas que comparten intereses genéticos. El nepotismo (favorecimiento de parientes) favorece una aptitud inclusiva, que incorpora como éxito reproductivo la preservación del material genético en parientes. El parentesco es un factor mitigador de la violencia. Si embargo, la familia puede ser un hábitat social violento. El enfoque evolucionista responde a dicha contradicción aludiendo a que gran parte de la violencia y maltrato intrafamiliar involucra a sujetos no vinculados por la consanguineidad.

El maltrato del hombre a la mujer estaría determinado por el sentimiento de propiedad que a éste inspira su mujer. El control de la mujer como propiedad, en términos evolucionistas, viene seleccionado por la necesidad del varón de tener garantizada la eficacia de su inversión parental en términos de posteridad genética. Las víctimas del maltrato y uxoricidio suelen ser mujeres en edad reproductiva.

El maltrato físico o emocional de padrastros/madrastras tendría que ver con una desventaja de partida del menor, que ha de ser criado o tolerado por un no-consanguíneo.

Asesinato seriado. El comportamiento del asesino en serie se explica de forma coherente a partir de las características psíquicas propias del autismo. El autista tiene una tendencia a la reiteración de patrones, carencia de coherencia central, y predominio del componente racional en detrimento de su cerebro social. El autista estaría infradotado en las habilidades propias de la Teoría mental.

Comportamiento psicopático. El psicópata, dotado de una alta capacidad de movilidad e inestabilidad vital, osado, agresivo, estimulado por la búsqueda de sensaciones extraordinarias, habría sido una personalidad aventajada en período de precariedad, ante la necesidad de asumir riesgos vitales relevantes e iniciativas extraordinarias para la supervivencia. Su éxito reproductivo vendría facilitado por rasgos que facilitarían su impositividad y extremo dominio. Los psicópatas se muestran insensibles ante algunas emociones primarias (miedo) y sobre todo, frente a emociones sociales (amor, culpa…).

Según Mealey, desde perspectivas evolucionistas, es posible que existan dos tipos de psicópatas:

  • Los primarios: de base genética seleccionados por la utilidad ancestral de su tipo de personalidad. Están repartidos entre todas las clases sociales.
  • Los secundarios, los que por razones ambientales, la naturaleza les ha sugerido una estrategia profundamente antisocial para promocionar su actitud. En un contexto violento, competitivo, con falta de recursos, aquellos rasgos psíquicos proclives a la sensibilidad, la afectividad o la compasión suponen una desventaja para la obtención de éxito reproductivo. Suelen provenir de estratos sociales bajos.

Punitivismo. La Teoría de la Mortalidad Predominante explica el antagonismo y animadversión general frente al infractor homicida. La complejidad de nuestro cerebro nos hace conscientes del peligro de perder la vida, pero la naturaleza nos dota de una fuerza emotiva compensatoria que nos carga de energía para luchar en lugar de inhibirnos ante situaciones peligrosas. El infractor es percibido como rival fuertemente odiado.

17. EL FACTOR EDAD: Adolescencia y teoría del doble desarrollo criminal.

Según Moffit pueden señalarse dos grupos de adolescentes antisociales, imposibles  de diferenciar: antisociales adelantados y adolescentes antisociales de comienzo tardío.

  • Antisociales adelantados. Son ofensores a todo lo largo de su vida y persistentemente. Presentan trastornos conductuales desde la infancia. Desde los cuatro años, desarrollan comportamientos anómalos. Comportamiento de oposición frente a la autoridad de los mayores, y tambièn sus iguales, que los rechazan con frecuencia. Presentan déficit de habilidades personales y sociales, asociadas a trastornos neurológicos y a desorden conductual. Sector presente en la población entre un 5-10%, siendo un 2% mujeres.
  • Antisociales de comienzo tardío. Socialmente ofensivos únicamente en la adolescencia. Trastornos conductuales propios de la edad adolescente. Incurren en desviación social, violencia, robos… No tienen problemas de rechazo entre sus iguales.  Constituyen la mayoría de la criminalidad juvenil, desistiendo en sus actividades antisociales sobre los 18 años.

A la edad en que la antisocialidad de los “adelantados” escalaba en gravedad, los de comienzo tardío se incorporan al segmento conflictivo realizando infracciones de gravedad. De ahí, la imposibilidad de descubrir el tipo de adolescente antisocial que se es si no se contempla desde una perspectiva longitudinal.

18. EL FACTOR SEXO: Teoría del “Staying alive”

La Criminología feminista, entre otros propósitos, está empecinada en dar explicación a la notable prevalencia de la criminalidad masculina sobre la femenina. La Sociología da explicaciones, entre otras, centradas en una mayor cabellerosidad del sistema, suerte de paternalismo o tendencia patriarcal sobreprotectora hacia la mujer.

            También se alegan motivos socio-estructurales, diferenciación entre hombres y mujeres de acuerdo a las expectativas de rol de unos y otras, mujeres más conformistas, menos maltratadas y supervisadas, hombres educados para ser duros, ambiciosos y dominantes.

            La explicación más relevante sobre la diferencia de criminalidad por el factor sexo, viene dada por el trabajo de Campbell, con su hipótesis “Sobreviviendo”. Los varones compiten para obtener status, permitiéndoles ser más aptos, desde el momento que se hacen candidatos preferidos y seleccionados por las mujeres. Las mujeres prefieren a los que están dotados de un buen status con acceso a recursos y mantenimiento de la familia. Esta preferencia femenina aumenta la competitividad de los varones, y los hace asumir un comportamiento de riesgo mayor.

El hijo depende de la madre en la crianza. La estricta supervivencia del hijo está más frecuentemente ligada a la supervivencia de la madre que a la del padre.

El éxito reproductivo del padre está menos ligado a la supervivencia de un hijo que en el caso de la mujer, ya que el coste biológico de la pérdida es mucho mayor para ella. Los riesgos que asuma la madre durante la crianza van a afectar las posibilidades vitales del niño.

Campell, de forma experimental, halla que las mujeres presentan mayor miedo que los hombres en contextos que involucren riesgo físico o muerte. La mujer tiene menos tendencia a asumir un estilo de vida arriesgado.

Campbell se declara “feminista no tradicional o al uso”, y ante ciertas críticas a su teoría, niega que haya trazado las dimensión medrosa, conformista y dependiente como propia de la condición femenina. La mujer moderna es activa, dialogante y dotada para competir en términos relacionales. Es susceptible de asumir iniciativas inciertas, creativas, de asumir retos y de realizar los más extraordinarios esfuerzos. Lo único que procura es que lo que acomete sea necesariamente compatible con su supervivencia física, ya que el mantenerse a flote, el sobrevivir, evitando el riesgo, constituye en ella una constante natural.

19.- INTELIGENCIA INTERPERSONAL Y CRIMINALIDAD.

La investigación criminológica ha mostrado un camino más fructífero dirigiendo sus esfuerzos hacia:

1.- El análisis de específicas habilidades cognitivas, de especial relevancia para la vida social, que serían deficitarias en algunos delincuentes.

2.- La creación de técnicas para enseñar tales habilidades a los delincuentes.

Ross, Fabiano y Garrido han efectuado una importante distinción entre cognición impersonal e interpersonal. La cognición o inteligencia impersonal es aquel pensamiento que trata con el mundo físico, con el tiempo y con el espacio. Esto constructo se hallará próximo al concepto de inteligencia.

La inteligencia interpersonal tendrá un carácter propio, abarcando aquellas facetas de la percepción y el pensamiento que nos permiten comprender y resolver los problemas de relación con otras personas, capacitándonos para efectuar inferencias acerca de su conducta y de sus intenciones. También nos permite comprender fenómenos sociales, políticos, económicos y legales que trascienden los intereses propios.

Estas dos cogniciones, aunque están relacionadas, requieren la activación de una serie de mecanismos que son distintos.

HERRNESTEIN y MURRIA (1994), por un lado, y GARDNER (1995) por otro, han puesto de relieve cómo el cociente intelectual predice un 20% del éxito de la vida. El 80% restante dependerá de otros factores como la habilidad para automotivarse, la habilidad para persistir ante las dificultades o las frustraciones, la capacidad para controlar los impulsos y para demorar gratificaciones, la habilidad para empatizar, es decir, para comprender los sentimientos de otras personas, y en general la habilidad para el control emocional.

Proceso que abarca el término “cognición interpersonal”:

* Razonamiento moral.- Son aquellos juicios de valor que hacemos sobre las cosas. Ejemplo: “ayer cuando llegué a casa estaba cansado, me dolía la cabeza y le3 dije a mi madre que la sopa se la pusiera al gato. No estuvo bien. Mi madre no se merecía eso, me había hecho el caldo con todo el cariño.”

* Resolución cognitiva de problemas.- Es aquel proceso que llevamos a cabo cuando, antes de actuar en una situación concreta que nos puede representar alguna problemática en la vida, pensamos en los pasos que vamos a dar. Son problemas interpersonales como la negación del jefe a una subida de sueldo, tratar con el profesor sobre una convalidación de una asignatura, etc. Pensamos previamente en lo que se va a decir, en la respuesta del otro y en la propia réplica, y en el final de la situación. Son características de habilidades aprendidas.

* Empatía.- Es nuestra capacidad para comprender y expresar sentimientos, opiniones o pensamientos a las demás personas, con sinceridad pero de modo amable. Supone ser capaz de ponerse en el lugar del otro. La empatía es importante porque muchos delincuentes carecer de esta habilidad.

* Impulsividad versus autocontrol.- La impulsividad es aquella falta de habilidad que implica conducirse de modo automático sin reflexionar, actuar ante estímulos inmediatos sin pensar en las consecuencias de aquello que se va a hacer.

Frente a eso tenemos el autocontrol, que es la habilidad que tienen la mayoría de las personas que se han socializado adecuadamente para pensar generalmente antes de actuar.

* Pensamiento crítico.- Es aquella habilidad para plantear dudas o críticas acerca de la conducta propia y acerca de la ajena. Cuando uno ha actuado, ha dicho algo o se ha equivocado, el pensamiento crítico supone recapacitar y decir “quizás me he equivocado”, etc.

Frente al pensamiento crítico tenemos el pensamiento rígido, que se da en aquellos individuos que, pase lo que pase o les digan lo que les digan, siempre piensan lo mismo y encuentran una única solución a los problemas. No se plantean estar equivocados ni que la vía no sea la correcta.

* Razonamiento abstracto.- Es aquella capacidad humana para elevarse desde lo concreto e inmediato, desde los propios problemas, hacia cuestiones más generales que se salen de ellos. Es indispensable para entender conceptos generales como la moralidad, la justicia, la ley, el castigo. Es una capacidad importante para muchos delincuentes.

* Conducta de elección.- Se relaciona con aquellas habilidades necesarias para la toma de decisiones frente a diversas alternativas.

La constatación que hoy en día hay en Criminología, es que muchos delincuentes tienen un notable retraso en la adquisición de estas destrezas cognitivas que resultan esenciales pare el ajuste social. El retraso que experimentan muchos delincuentes en estas adquisiciones representa serios problemas.

No se considera que la falta de habilidades cognitivas sea una causa directa de la delincuencia, sino que más bien estas carencias funcionarían poniendo en situación de desventaja a los individuos y haciéndoles más susceptibles a la influencias criminógenas. Los individuos que carecen de estas habilidades cognitivas estarán más expuestos a adquirir conductas delictivas.

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