El Complejo de Edipo y su Repercusión en la Adolescencia

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La Adolescencia y la Revisión del Complejo de Edipo

El Segundo Despertar y la Reelaboración de la Castración

La adolescencia implica una reestructuración de la oposición falo-castración, establecida durante la primera infancia a través del Complejo de Edipo (CE). Freud consideraba el núcleo de la neurosis vinculado a la castración, que se configura en dos tiempos: en la niñez y en la adolescencia. Esta última etapa implica un segundo despertar que involucra una revisión y reelaboración de la castración, generando un efecto de significancia. Se trata del momento de hallazgo del objeto, donde en la pubertad se pasa del par fálico-castrado al par femenino-masculino.

El Conflicto Edípico y el Hallazgo de Objeto

La adolescencia es la redención del CE, poniendo en juego el hallazgo de objeto. La elaboración de la castración implica entender al otro como diferente, con diferencias corporales y psíquicas. Esto posibilita la salida exogámica, la resignación de los primeros objetos de amor y la desalineación de los padres.

El Edipo según Lacan

Para Lacan, el Edipo es una estructura psíquica sin correlato directo con la realidad. Es un mito que permite desplegar lo estructurante de la castración. A diferencia de Freud, Lacan considera que el Edipo comienza con el narcisismo y suma un cuarto elemento: el falo, vinculado con la estructura legal.

Primer Tiempo: Narcisismo e Identificación Imaginaria

El primer tiempo corresponde al narcisismo. El niño, para garantizar la presencia de la madre, se identifica imaginariamente con el falo, representando el primer encuentro con la falta del Otro. A diferencia de Freud, Lacan sostiene que el niño no desea a la madre, sino ser deseado por ella. A pesar de la identificación, la madre se ausenta, colocando al niño en lugar de súbdito de su capricho.

Segundo Tiempo: Intervención del Padre Simbólico

En el segundo tiempo, el padre simbólico interviene privando al niño del objeto de su deseo y a la madre del objeto fálico. El niño deja de ser el falo para la madre y la madre deja de ser fálica (castración simbólica). Es fundamental que la madre se muestre deseante más allá de su hijo y que para el niño, la madre aparezca como castrada y deseante.

Tercer Tiempo: Declinación del Complejo de Edipo

El tercer tiempo es la declinación del CE. El padre, portador del falo, da cuerpo a la oposición simbólica de la castración. El padre aparece como donador y el niño se identifica simbólicamente a él (ideal del yo), permitiéndole abrirse a la exogamia.

Ampliación de la Castración y Subjetividad en la Adolescencia

En la adolescencia, la castración se amplía simbólicamente a otros aspectos. La falta motoriza el deseo, condición para que surja la subjetividad y el posicionamiento del adolescente en relación a su propio deseo.

Narcisismo Primario y Secundario

El narcisismo se refiere a la investidura libidinal del yo. El narcisismo primario es constitutivo y resulta del Estadio del Espejo (EE), mientras que el secundario ocurre cuando la libido, habiendo estado en objetos externos, vuelve a investir al yo. En la adolescencia se replantea el EE a través de los duelos por el cuerpo de la infancia, la identidad y los padres de la infancia.

Estadio del Espejo y Narcisismo

Constitución del Yo y la Identificación Imaginaria

El Estadio del Espejo es un intento de formalizar la constitución del narcisismo freudiano. El niño se ve reflejado en la mirada del otro, lo que le permite constituirse como sujeto deseante. El EE consta de tres momentos:

  1. El bebé siente júbilo ante la imagen reflejada, anticipando cómo será.
  2. Se identifica con la imagen de un otro semejante, alienándose a él (transitivismo identificatorio).
  3. Asume la imagen como propia, constituyendo su yo.

La imagen del espejo es un ideal, un yo completo al que el yo intenta llegar.

Duelos en la Adolescencia y el Complejo Fraterno

En la adolescencia, se produce el duelo por los padres de la infancia, aceptando que también están castrados. Se desplaza el ideal puesto en los padres hacia los grupos de pares (complejo fraterno), poniendo en juego nuevas identificaciones. Los primeros objetos de amor son sustituidos, constituyendo el narcisismo secundario.

El Lenguaje y la Constitución del Sujeto

Lengua Materna y Posicionamiento Subjetivo

Hablar de la lengua es hablar de los fundamentos de lo anímico. La lengua materna posee una musicalidad que constituye al sujeto y lo hace sentir amado. El niño y el adolescente se apropian de la lengua mediante el habla, el juego y la escritura, constituyendo diversos posicionamientos subjetivos.

El Hablanser y la Estructura del Lenguaje

Lacan introduce el término "Parlétre" para referirse al hablanser, un sujeto constituido por la acción de la palabra del otro. El ser se constituye en y a partir del lenguaje. Freud describe lo anímico como un conjunto estratificado de escrituras y reescrituras, considerando la estructura como el "lenguaje del ausente".

La Palabra y el Inconsciente

La palabra implica una presencia hecha de ausencia. La ausencia es nombrada en el juego del niño, dando origen al universo de sentido de la lengua. Las primeras palabras oídas hacen que cada cual tenga su inconsciente. La estructura del lenguaje es lo que la experiencia psicoanalítica descubre en el inconsciente.

El Paradigma Indiciario y la Abducción

Análisis de Rasgos y Pistas

El paradigma indiciario se basa en el análisis de rasgos, pistas y formas singulares. En el psicoanálisis, remite al estudio de las formaciones del inconsciente analizadas por Freud. El psicoanalista deduce de rasgos poco estimados cosas secretas o encubiertas.

Atención Flotante y Manifestaciones del Inconsciente

La atención libremente flotante permite captar indicios en los aspectos marginales del discurso del sujeto. Las manifestaciones del inconsciente se dan a nivel de la conciencia, poniendo en contacto con las formaciones sustitutivas (sueños, actos fallidos, etc.).

El Sujeto, el Objeto y el Fantasma

Relación entre Sujeto y Objeto

El sujeto ($) se relaciona con un determinado objeto (a). Ambos se libidinizan mutuamente, generando un reconocimiento recíproco. La ruptura en esta circularidad libidinal produce un detenimiento, donde el sujeto ya no se reconoce en el objeto, surgiendo la pregunta neurótica por la existencia: "¿Quién soy yo?".

El Fantasma como Velo de la Falta

La pregunta neurótica surge del no saber acerca del deseo del otro, generando sinsentido, displacer y angustia. El fantasma es una suposición, una ilusión de saber que vela la falta.

El Hallazgo de Objeto en la Pubertad

Reencuentro con el Objeto Perdido

Durante la pubertad se afirma la primacía de las zonas genitales y se consuma el hallazgo de objeto, prefigurado desde la infancia. El hallazgo del objeto es un reencuentro, aludiendo a dos tipos de elección de objeto: apuntalamiento en las figuras de amor y elección narcisista.

La Barrera del Incesto y la Elección de Objeto

La barrera del incesto impide que el niño escoja como objeto sexual a las personas amadas de la niñez. Esta barrera es una exigencia cultural para impedir que la familia absorba los intereses necesarios para establecer unidades sociales superiores. La elección de objeto se consuma primero en la esfera de la representación, a través de fantasías que reactivan las inclinaciones infantiles. Contemporáneo a la desestimación de estas fantasías incestuosas, se produce el desasimiento respecto de la autoridad de los progenitores.

Las Inscripciones Psíquicas y la Repetición

Superposición de Canas y Retranscripciones

Freud trabaja con el supuesto de que nuestro mecanismo psíquico se ha generado por superposición de canas, donde el material de la memoria experimenta un reordenamiento según nuevos nexos, una inscripción. La memoria no existe de manera simple, sino múltiple, registrada en diferentes variedades de signos:

  • P (Polo perceptivo): Neuronas donde se generan las percepciones conscientes, sin conservar huella.
  • Ps (Signos de percepción): Primera transcripción de lo percibido, inconsciente y articulado por simultaneidad.
  • IC (Inconsciente): Segunda retranscripción, ordenada por nexos causales.
  • Prc (Preconsciente): Tercera retranscripción, ligada a representaciones-palabra.

Traducción, Repetición y Represión

Las escrituras consecutivas representan la operación psíquica de épocas sucesivas de la vida. En la frontera de dos épocas, se produce la traducción del material psíquico. Las psiconeurosis se originan por la no traducción de ciertos materiales, generando una tendencia a la compensación cuantitativa. La denegación de la traducción es la represión (rp), una defensa patológica contra una memoria no traducida de una fase anterior.

El Suceso Sexual y la Represión

El suceso sexual en una fase produce efectos en una fase siguiente como actual y, por lo tanto, no inhibible. La condición de la represión es la naturaleza sexual del suceso y que haya ocurrido en una fase anterior.

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