Compendio de Fábulas Morales: Lecciones Atemporales sobre la Naturaleza Humana

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Fábulas Morales

Presentamos una colección de fábulas atribuidas a Esopo, cada una portadora de una enseñanza profunda sobre la condición humana y la sabiduría práctica.

I. La Naturaleza Inmutable

Uno compró un etíope pensando que este tenía tal color por abandono del que lo tenía antes, y habiéndolo acogido en su casa, le aplicaba todo tipo de jabones e intentaba limpiarlo con todo tipo de baños y no pudo cambiarle el color, pero consiguió que enfermara por el dolor. La fábula muestra que las naturalezas permanecen como llegaron al principio.

II. La Suerte y la Técnica

Unos pescadores, habiendo marchado para pescar, después de haber sufrido durante mucho tiempo, no encontraron nada, estaban muy tristes y se preparaban a regresar. De repente, un atún siendo perseguido por unos peces muy grandes, saltó a su barca. Estos, habiéndolo cogido, volvieron con alegría. La fábula muestra que muchas veces la suerte consiguió eso que la técnica no concedió.

III. La Frustración y la Debilidad

Una zorra hambrienta, cuando vio que unos racimos de uva colgaban de una parra, intentaba alcanzarlos pero no podía. Y retirándose se dijo a sí misma: “están verdes”. Así, algunos de los hombres, no pudiendo conseguir las cosas a causa de su debilidad culpan a las circunstancias.

IV. La Costumbre y el Temor

Una zorra no habiendo visto nunca un león, cuando encontró uno por casualidad, viéndolo por primera vez se agitó hasta tal punto que casi se muere. Habiéndolo encontrado por segunda vez se asustó pero no como la primera vez. Habiéndolo visto por tercera vez, se confió tanto que incluso habiéndose acercado, habló con él. La fábula muestra que la costumbre calma incluso lo terrible de las cosas.

V. La Belleza Interior

Una zorra y un leopardo reñían sobre la belleza. Exponiendo a cada momento el leopardo la policromía de su cuerpo, la zorra habiéndole replicado dijo: “Y cuánto yo soy más bella que tú, que no he sido adornada en relación al cuerpo sino en relación a la mente”. La fábula muestra que el orden de la inteligencia es mejor que la belleza corporal.

VI. La Apariencia Engañosa

Una zorra habiendo entrado a la casa de un citarista, y habiendo registrado cada uno de sus muebles, encontró una cabeza de máscara fielmente fabricada. Habiéndola cogido con sus propias manos dijo: “¡Oh qué cabeza!, y no tiene cerebro”. La fábula se dirige a los hombres grandes en relación al cuerpo, pero insensatos en mente.

VII. La Imposibilidad de Escapar del Destino

Uno habiendo matado a un hombre era perseguido por los parientes de aquel. Habiéndose dirigido hacia el río Nilo, habiéndole salido al encuentro un lobo, aterrorizado, subió a un árbol situado junto al río y allí se ocultaba. Habiendo visto allí una serpiente subiendo hacia él, se lanzaba al río. Un cocodrilo, habiéndose mostrado en este río, se lo comió. La fábula muestra que para los malditos de los hombres no es seguro ningún elemento ni del agua, ni de la tierra, ni del aire.

VIII. La Jactancia y la Realidad

En cierta ocasión, un león caminaba con un hombre. Cada uno de ellos se ufanaba con palabras. Y ciertamente en el camino había una estatua de piedra de un hombre ahogando a un león. El hombre habiéndosela mostrado dijo al león: “¿Ves tú como nosotros somos mejores que vosotros?”. Y aquel habiéndose sonreído disimuladamente dijo: “Si los leones supierais esculpir verías a muchos hombres debajo de un león”. La fábula muestra que muchos se ufanan por medio de sus palabras de ser valerosos y audaces a los que adiestrados la práctica pone a prueba.

IX. La Hipocresía y la Ambición

Un oso se ufanaba mucho por ser filántropo ya que no come ningún cuerpo muerto. La zorra le dijo a este: “Ojalá arrastraras a los muertos pero no a los vivos”. Esta fábula critica a los soberbios que viven en la hipocresía y en la ambición.

X. La Incompetencia y la Enseñanza

En cierta ocasión, estando una rana en un pantano y habiéndole gritado a todos los animales: “soy médico conocedora de los fármacos”, la zorra habiéndola escuchado dijo: ¿Cómo tú salvarás a los demás no curándote a ti misma estando coja? La fábula muestra que el que es profano en la educación cómo podrá enseñar a otros.

XI. El Esfuerzo Fingido

Unos bueyes arrastraban un carro. Chirriando el eje, dándole la vuelta le hablaron así a este: “ojalá fuera ese, llevando nosotros toda la carga, tú has gritado”. Así pues, algunos hombres, ellos mismos fingen cansarse esforzándose otros también.

XII. El Daño Auto infligido

Una comadreja, habiendo entrado al taller de un herrero, lamía una lima encontrada allí. Sucedió que frotando la lengua se derramó mucha sangre. Esta se divertía suponiendo que algo de hierro se había limado hasta que perdió totalmente la lengua. La fábula se cuenta para los que se dañan a sí mismos en su afición por las disputas.

XIII. El Apego a la Vida

En cierta ocasión, un viejo caminaba un largo camino al haber cortado y transportado maderas. Y desprendiéndose de la carga por la fatiga del camino, llamaba a la muerte. Al haber aparecido la muerte y habiéndole preguntado por qué causa la llamaba, el anciano dijo: “para que lleves la carga”. La fábula muestra que todo hombre ama la vida aunque sea muy desdichado.

XIV. La Inmutabilidad de la Maldad

Un campesino en la estación de invierno, habiendo encontrado una serpiente helada por el frío, habiéndose compadecido de ella y habiéndola acogido, la colocó bajo su regazo. Pero aquella, habiéndose calentado y habiendo recobrado también su naturaleza, hirió y mató también a su bienhechor. Este, moribundo decía: “Sufro justamente por haberme compadecido de un malvado”. La fábula muestra que las maldades son inmutables aunque sean tratadas con mucha humanidad.

XV. El Tesoro del Esfuerzo

Un hombre campesino, estando a punto de morir y queriendo que sus hijos fueran conocedores de la agricultura, habiéndolos llamado dijo: “Hijos, en uno de mis viñedos está escondido un tesoro”. Estos, después de su muerte, habiendo cogido arados y azadones, cavaron todas sus tierras de cultivo y no encontraron el tesoro, pero el viñedo les produjo una cosecha mucho mayor. La fábula muestra que el esfuerzo es un tesoro para los hombres.

XVI. La Avaricia y la Pérdida

Una mujer viuda, teniendo una gallina que ponía un huevo cada día, pensó que si le daba más alimento incluso pondría dos veces al día. Y ciertamente, haciendo ella esto, sucedió que la gallina, volviéndose gorda, en adelante no puso ni una sola vez. La fábula muestra que muchos de los hombres deseando las cosas más importantes, pierden incluso las cosas presentes por avaricia.

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