Comienzos de la Revolución Liberal y la Constitución de 1812

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Comienzos de la Revolución Liberal

Cortes de Cádiz

Tras los acontecimientos de 1808, el gobierno de España había quedado en manos de un rey extranjero, José Bonaparte, y el país estaba ocupado por un ejército invasor. Para controlar la situación, en las zonas no ocupadas se crearon juntas locales, que se integraron en juntas provinciales que asumieron la autoridad en nombre de Fernando VII. Con delegados de las juntas provinciales quedó constituida, en septiembre de 1808, bajo la presidencia de Floridablanca, la Junta Central Suprema, que en 1810 traspasó sus poderes a un Consejo de Regencia que se estableció en Cádiz y que convocó Cortes Generales.

Desde el primer momento se tiene conciencia de que se parte de una situación nueva, y que no se reúnen las tradicionales cortes estamentales, sino que se reúne una sola asamblea, en representación de la nación, no del rey, aunque se reconocía como soberano legítimo a Fernando VII, y se le juraba fidelidad. Al mismo tiempo se le reconocía a las Cortes el poder constituyente, es decir el poder de formular una ley única fundamental, una constitución.

Los diputados, elegidos por las ciudades, representaban tres grupos ideológicos: los liberales, que defendían la soberanía nacional, desapareciendo los privilegios y el antiguo régimen señorial; los absolutistas, que querían la soberanía exclusiva del rey y en general el mantenimiento del antiguo régimen; y los jovellanistas, herederos de la Ilustración y de la idea de hacer las reformas desde arriba, defendiendo la idea de una soberanía compartida entre el rey y las Cortes.

La Constitución de 1812 - 19 de marzo de 1812

1. Soberanía nacional y la igualdad entre la península y los territorios americanos.

2. División de poderes y el sufragio universal indirecto de 4º grado.

3. Igualdad ante la ley.

4. Confesionalidad religiosa católica, España es un estado confesional.

5. Instauración del servicio militar obligatorio nacional.

6. División del territorio nacional en provincias y municipios. Primera institución de la Diputación Provincial.

Por último, la Constitución acababa con los restos del régimen feudal todavía vigentes, aunque en muchos casos habían caído en desuso:

  • Se suprimen los señoríos jurisdiccionales.
  • Supresión de la Inquisición.
  • Libertad de contratación.
  • Abolición de los mayorazgos.

La Constitución de 1812 es una constitución típicamente burguesa que acaba con el sistema político, social y económico del antiguo régimen para establecer otro de carácter liberal que asegura el control político, intelectual y económico a la burguesía. Su vigencia será por ello muy limitada, 2 años entre 1812 y 1814, pues no hay que olvidar que España estaba ocupada por los franceses; y 3 años durante el Trienio Constitucional (1820-1823).

Reinado de Fernando VII

Mientras Fernando VII permanecía prisionero en Francia, el pueblo español, en nombre del rey, había redactado la Constitución de 1812 que acababa con el sistema del antiguo régimen y recortaba ampliamente los poderes del rey. Sin embargo, la iglesia y buena parte del pueblo no aceptaban el nuevo régimen, lo que condujo a la división de los españoles en dos grupos: los absolutistas y los liberales.

  • Sexenio absolutista (1814-1820)

Cuando Fernando VII, tras su liberación por el Tratado de Valençay, en Valencia es recibido por un grupo de diputados que le entregan el “Manifiesto de los Persas”, donde le animan a que vuelva a instaurar el antiguo régimen. Fernando declaró nula la Constitución gaditana y sin ningún valor ni efecto la obra legislativa de las Cortes.

Fernando VII desmontó la obra legislativa de los liberales de Cádiz, se restablecieron la Inquisición, los privilegios señoriales y el de la Mesta, anuló la libertad de prensa, se paralizaron las tímidas medidas desamortizadoras y además se llevó a cabo una fuerte represión contra los liberales.

Los pronunciamientos, que son alzamientos dirigidos por un grupo de militares y civiles contra el gobierno, fueron frecuentes en todo el siglo XIX, siendo protagonizado por el general Espoz. La conspiración del Triángulo pretendió el asesinato del rey y todas estas acciones fueron descubiertas y sus protagonistas marcharon al exilio o fueron ejecutados.

  • Trienio liberal (1820-1823)

Rafael del Riego inicia un alzamiento en defensa de la Constitución de 1812. El gobierno intentó resistir, pero ante la negativa de los mandos militares, Fernando VII se vio obligado a firmar el restablecimiento de la constitución.

Los liberales se dividieron en dos grupos: los doceañistas, exaltados y en su mayoría antiguos diputados gaditanos, que gobernaron durante casi todo el trienio; y los veinteañistas, mucho más radicales. El rey envió emisarios a las cortes europeas para propiciar la intervención de la Santa Alianza en España. En 1822, las potencias europeas de la Santa Alianza acordaron en el Congreso de Verona una intervención militar en España, las tropas francesas conocidas como los Cien Mil Hijos de San Luis que cruzaron la frontera y avanzaron por España poniendo fin al trienio constitucional.

  • Década ominosa (1823-1833)

Se impuso nuevamente el régimen absolutista y se inició una brutal represión contra los liberales. Sin embargo, poco a poco el régimen absolutista se moderó, buscando cierta modernización. Esta vez no se restauró la Inquisición e incluso Fernando contó con algunos ministros reformistas. Los absolutistas más radicales quedaron decepcionados y formaron un partido, los absolutistas radicales.

Las Leyes de Partidas, derogadas por la Ley Sálica en el siglo XVIII, habían sido puestas de nuevo en vigor por Carlos IV en 1789 mediante una pragmática sanción, votada en cortes pero no publicada, lo que le impedía su aplicación. Esta confusa situación hizo que tanto los partidarios de Carlos como los de Isabel se consideraran con legítimos derechos. Fernando publicó la pragmática sanción, pero eso no hizo que el partido carlista abandonara sus pretensiones. En 1833, el rey murió e Isabel era reconocida como heredera y su madre como regente, quien comenzó a gobernar con los liberales. Los carlistas no aceptaron la situación y pusieron en marcha una guerra civil.

Emancipación de la América Española

La sublevación en Iberoamérica será dirigida por los criollos, descendientes de españoles nacidos en América, que apenas eran la quinta parte de la población, aunque eran el grupo dominante enriquecido por el comercio y sus propiedades territoriales. Estaban descontentos de su situación frente a España, que seguía manteniendo el monopolio político y económico, lo que les impedía el libre comercio. Las nuevas ideas ilustradas que se difunden en la segunda mitad del siglo XVIII avivaron el descontento y difundieron las ideas de libertad, además tenían el ejemplo de la independencia de los Estados Unidos, país que les apoyaba decididamente. En 1823, el presidente Monroe, en un famoso discurso, sienta las bases de su política enunciada en la frase “América para los americanos” (Doctrina Monroe).

Sin embargo, fue la quiebra de la autoridad española lo que inició el proceso de la independencia iberoamericana. La derrota de Trafalgar (1805) puso en evidencia la incapacidad de España como potencia colonial, además de que la flota española había quedado prácticamente aniquilada. Los sucesos de 1808 en la península iniciaron el proceso. En las colonias, las autoridades (virreyes) aceptaron a José I, pero el pueblo se mantuvo fiel a Fernando VII, produciéndose un movimiento similar de juntas locales que asumieron el gobierno en nombre de Fernando VII. Pero cuando en 1810 la Junta Central Suprema se disuelve dando paso al Consejo de Regencia, se inicia el proceso emancipador en América que proclama la inexistencia de un gobierno en España.

Entre 1810 y 1814 surgen movimientos revolucionarios similares en las colonias. Un caso especial es el de Nueva España (México), donde la explotación de los indios y mestizos por los hacendados y propietarios de las minas produjo un movimiento de tipo social. Los criollos se aliaron con los peninsulares para aplastar el movimiento. Toda Sudamérica se independiza formando repúblicas que dejaban el poder en manos de la minoría criolla.

A partir de 1820 se consolidaron los nuevos países americanos, aunque se dieron distintos proyectos de federación al estilo estadounidense, las tendencias regionalistas y las diferencias marcadas ya por los antiguos virreinatos acabaron imponiéndose. Por otro lado, también comenzó el proceso de influencia económica y política de los Estados Unidos en la zona.

En España, las repercusiones fueron sobre todo económicas: el comercio con América, una de las principales actividades de la economía española, se redujo en gran medida y afectó especialmente a zonas como Cataluña, que orientaba gran parte de su producción a la exportación a las colonias. Desapareció también una fuente importante de ingresos para la hacienda real.

Cuando termina el reinado de Fernando VII, España de su gran imperio colonial solo conservará las colonias de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

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