El Coliseo Romano: Arquitectura, Historia y Esplendor de la Antigua Roma

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El Coliseo: Un Símbolo de la Grandeza Romana

El Coliseo es un gran anfiteatro, cuya construcción fue ordenada por los emperadores Flavios: Vespasiano, Tito y Domiciano.

Características Arquitectónicas del Coliseo

Su fachada presenta cuatro cuerpos. En los tres primeros se abren arcadas con semicolumnas adosadas: de estilo dórico-toscano (con basa) en el primer cuerpo, jónico en el segundo y corintio en el tercero. Los materiales de construcción son piedra (travertino), hormigón o cemento, y ladrillo. Las paredes de cemento se revestían con placas de mármol y estuco. Su planta es elíptica.

Los elementos arquitectónicos, como los arcos y huecos, crean un juego de luces y sombras que confiere gran plasticidad a la estructura. Al último cuerpo se le añadieron grandes mástiles de madera para colgar toldos (velarium) que proporcionaban sombra al público. En el interior, o graderío, había grandes corredores con bóvedas de cañón que permitían un rápido desalojo. Bajo la arena, una compleja estructura de pasillos y habitaciones de ladrillo albergaba jaulas, objetos, una enfermería, depósitos de cadáveres y armas, entre otros. Para enriquecer aún más el edificio, el exterior estaba decorado con esculturas en las arcadas.

Origen y Propósito del Anfiteatro Flavio

El autor del Coliseo es desconocido. Se le denominó Coliseo por una escultura adyacente, el "Coloso de Nerón" (de 20 metros de altura), que ya no se conserva. La función principal del Coliseo era el entretenimiento, siendo el espectáculo más popular la lucha de gladiadores. Los espectáculos públicos eran gratuitos.

El Coliseo fue una obra iniciada por el emperador Vespasiano (70 d.C.) e inaugurada por su hijo Tito en el 80 d.C. La celebración de su inauguración duró aproximadamente 100 días.

El Estilo Arquitectónico Romano y su Legado

En la arquitectura romana se fusionan los sistemas arquitrabados griegos con las soluciones de arco y bóveda (de origen etrusco), dando lugar a un nuevo orden: el compuesto (que combina el capitel jónico con el corintio). Es una arquitectura fundamentalmente funcional y civil, orientada a obras públicas. Durante la época imperial (27 a.C. hasta 476 d.C.), se desarrolló una arquitectura simbólica y monumental, ejemplificada en los arcos de triunfo.

Las ciudades romanas adoptaron un sistema de cuadrícula, estructurado en dos ejes principales: el eje este-oeste (decumanus) y el eje norte-sur (cardo). En los cruces de ambos se ubicaban edificios muy representativos como el foro, la basílica, la palestra, las termas, el circo, el mercado o el teatro.

Para la arquitectura con formas abovedadas, se utilizaba el hormigón, un material resistente y ligero que permitía levantar estructuras gigantescas y abrir grandes espacios. Una vez seco, era tan duro como la piedra y se revestía con azulejos o mármol para conferirle un aspecto noble. Además, los romanos crearon el orden toscano, que sustituye al dórico, y desarrollaron el orden compuesto (una combinación de capitel jónico y corintio).

La Roma Imperial apreció el arte clásico, representando a los emperadores de forma idealizada, a menudo como héroes militares a pie o a caballo, y con un carácter divinizado.

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