El Colapso de la Dictadura de Primo de Rivera y el Nacimiento de la Segunda República Española (1923-1931)
La Dictadura de Primo de Rivera y la Transición a la Segunda República (1923-1931)
El Directorio Militar (1923-1925): Éxito en Marruecos
El otro gran objetivo del Directorio era acabar con el conflicto de Marruecos y para ello se planificó una acción militar conjunta con Francia para derrotar a las cábilas rebeldes. Esta se produjo con el desembarco en la Bahía de Alhucemas en 1925, una operación militar moderna y bien planificada que propició la rendición de Abd el-Krim y la pacificación del territorio rifeño. La paz alcanzada se presentó como el mayor éxito de la Dictadura. Marruecos dejaba de ser un problema, al tiempo que se convirtió en germen de oficiales africanistas en el Ejército español (Franco, Millán Astray) que en la futura República se alzarían contra la legalidad democrática.
El Directorio Civil (1925-1930): Intervencionismo Económico
El éxito alcanzado en Marruecos facilitó la formación del Directorio Civil, liderado por José Calvo Sotelo, que dirigió la política económica utilizando fórmulas ensayadas por Mussolini en la dictadura italiana. Así, se formó el Consejo Nacional de Economía, a través del cual, el Estado dirigía la economía española, interviniendo mediante la fundación de empresas públicas y desarrollando una política de Obras Públicas destinadas a fomentar la industria nacional y a disminuir el paro.
Medidas económicas y sociales clave:
- Intervencionismo Estatal: Creación de empresas públicas estratégicas (por ejemplo, CAMPSA, CTNE).
- Fomento Industrial: Desarrollo de una ambiciosa política de Obras Públicas.
- Protección Social: Implementación de medidas como el Retiro Obrero o el seguro de maternidad.
La Corona no autorizó el proyecto constitucional, ya que recortaba claramente sus poderes, y los viejos partidos dinásticos también lo rechazaron, a la vez que se elevaban las voces que reclamaban una vuelta a la legalidad de 1876.
Crisis y Oposición a la Dictadura
El último gran éxito de la Dictadura llegó con la realización de la Exposición Universal de Barcelona y la Iberoamericana de Sevilla en 1929, las cuales mostraron los avances de la sociedad y la economía españolas. Sin embargo, la crisis económica mundial desatada tras el «crack» de la Bolsa de Nueva York profundizó gravemente la crisis de la Dictadura, con el crecimiento de la Deuda Pública y del déficit del Estado, que provocaron el abandono de los proyectos estatales y el aumento del paro.
Factores de la decadencia:
- Impacto de la crisis económica mundial de 1929.
- Abandono de la burguesía catalana hacia la Dictadura.
- Disensiones internas en el Ejército entre africanistas y peninsulares.
La Caída de Primo de Rivera y el «Error Berenguer»
Intelectuales como Ortega y Gasset, Unamuno, Manuel Azaña, Blasco Ibáñez, Valle-Inclán, entre otros, o los estudiantes de la FUE, se sumaron a la oposición de liberales, republicanos, catalanistas y obreros, conformándose un núcleo político que reclamaba la salida del dictador y la vuelta a la democracia. El general Primo de Rivera, sintiéndose aislado políticamente, presentó su dimisión al rey en enero de 1930 y marchó al exilio parisino, donde murió meses más tarde.
Alfonso XIII intentó reconducir la situación nombrando a un militar de confianza, el General Dámaso Berenguer, con el encargo de preparar elecciones legislativas que devolvieran al país al sistema de la Restauración. Es lo que el filósofo José Ortega y Gasset llamó «el error Berenguer» y la opinión pública bautizó como la «Dictablanda».
El Fin de la Monarquía y la Proclamación de la República
Berenguer fracasó en su intento de vuelta a la normalidad de la Constitución de 1876, dada la escasa base de los partidos dinásticos, la impopularidad de la monarquía y, sobre todo, del auge del Republicanismo. Este movimiento, en agosto de 1930, se reunió en torno al Pacto de San Sebastián, de marcado carácter antimonárquico, congregando a:
- Intelectuales y partidos republicanos.
- Nacionalistas catalanes y gallegos.
- Apoyo del PSOE y la CNT.
Todos ellos reclamaban la convocatoria de elecciones constituyentes. La inquietud antimonárquica se trasladó a los cuarteles y en la guarnición de Jaca los capitanes Galán y García Hernández pagaron con su vida la organización de una sublevación republicana en diciembre de 1930, convirtiéndose en mártires de la causa republicana y acelerando la caída de Berenguer.
Este fue sustituido por el almirante Juan Bautista Aznar, el cual convocó elecciones municipales para el 12 de abril de 1931, fecha en la que las candidaturas republicanas vencieron en la mayoría de las ciudades. Gran parte del país se echó a la calle a proclamar la República y el gobierno de Aznar, comprendiendo el mensaje político de las elecciones, dimitió y dio paso a la renuncia temporal de Alfonso XIII y su marcha al exilio, formándose el 14 de abril el Gobierno Provisional de la Segunda República.
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