Cohesión Textual: Estrategias Gramaticales para un Discurso Unificado
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Introducción a la Cohesión Textual
La cohesión es una propiedad fundamental de todo texto bien construido, en la que cada enunciado se relaciona con los demás mediante procedimientos léxico-semánticos y gramaticales. Este hecho permite su correcta interpretación y, al mismo tiempo, al señalar el tipo de relación entre los enunciados, otorga unidad a todo el texto.
Así, centrándonos en el nivel gramatical, existen diversos procedimientos que contribuyen a la cohesión, tales como:
- La deixis1
- Las anáforas y catáforas2
- Las elipsis3
- Los tiempos verbales4
- Otras referencias temporales y espaciales5
La Deixis: Anclaje Espacio-Temporal
En primer lugar, nos ocuparemos de la deixis (a nivel exofórico), que nos permite anclar el mensaje en el eje espacio-temporal (contexto). El uso de deícticos (aquí se insertarían ejemplos concretos del texto, como pronombres personales, demostrativos o adverbios de lugar y tiempo) permite al autor o autora señalar el instante y el lugar desde donde redacta su texto. Es fundamental detallar qué elementos, palabras o expresiones espacio-temporales permiten enmarcar el texto en un tiempo y lugar específicos, destacando la relevancia de la fuente del texto para su correcta contextualización.
Anáforas y Catáforas: Referencia Endofórica
A continuación, destacamos a nivel endofórico el uso de mecanismos de referencia a través de proformas léxicas, pronombres o proadverbios. Así, a modo de anáfora2, (aquí se insertarían ejemplos concretos del texto, como pronombres o proadverbios) en el texto nos permiten remitir a (aquí se insertarían los referentes a los que remiten), evitando de este modo una reiteración innecesaria y reforzando la continuidad discursiva. A su vez, el empleo de la catáfora (aquí se insertarían ejemplos concretos del texto) anticipa elementos que se mencionarán posteriormente.
La Elipsis: Agilidad y Concisión
Con el fin de dotar de agilidad al texto, encontramos el siguiente aspecto destacable: la elipsis3. Para ello, en el fragmento, párrafo o línea (aquí se insertarían la ubicación y el ejemplo concreto del texto) encontramos la supresión o elisión de (aquí se insertarían los elementos elididos).
Los Tiempos Verbales: Ordenación Discursiva
El siguiente aspecto a destacar es la relación de tiempos verbales4 utilizada para ordenar el discurso. Así, observamos que el presente es el tiempo dominante en el texto; no obstante, para introducir una secuencia narrativa, un argumento, una prospección, un deseo, etc., notamos un cambio al pretérito perfecto, imperfecto o futuro (aquí se insertarían ejemplos concretos del texto). Es crucial explicar el uso específico que el autor o autora hace de los tiempos verbales. Por ejemplo, en textos periodísticos, el presente suele predominar al abordar la actualidad. Sin embargo, el pasado puede emplearse para explicar causas, argumentos, experiencias personales o secuencias narrativas, mientras que el futuro, especialmente en la conclusión, puede indicar soluciones o predicciones.
Referencias Temporales y Espaciales: Contextualización Interna
Finalmente, cabe destacar las referencias temporales y espaciales5, como (aquí se insertarían ejemplos concretos del texto), que ayudan a situar cronológica o espacialmente y a nivel interno el discurso. Es importante recordar que estas referencias se utilizan para ordenar el discurso y no deben confundirse con los conectores, que sirven para enlazar segmentos, partes u oraciones, ni con los proadverbios, que remiten a complementos circunstanciales de modo, lugar o tiempo ya mencionados en el discurso.
Conclusión
En conclusión, a través de estos mecanismos se consolida la relación del texto con su contexto, se aporta agilidad evitando redundancias y se consigue un mensaje lingüísticamente atractivo.