Clasificación y Diagnóstico de los Trastornos Disociales F91 en Niños y Adolescentes

Conducta Antisocial y Psicopatía: Trastornos del Comportamiento en Infancia y Adolescencia

F91: Trastornos Disociales

Los trastornos disociales se caracterizan por una forma persistente y reiterada de comportamiento disocial, agresivo y retador. Las violaciones de normas, los actos antisociales o criminales graves son la base de esta clasificación.

Estos trastornos están relacionados con un ambiente psicosocial desfavorecedor, relaciones familiares no satisfactorias, fracaso escolar, y frecuentemente son comportamientos observados en chicos.

La diferencia con otros trastornos es que los trastornos disociales no son similares a los trastornos de las emociones. Mientras que sí son más semejantes a los trastornos hipercinéticos.

Pautas para el Diagnóstico General (F91)

Hay que tener en cuenta el nivel de desarrollo del niño y las violaciones de los derechos cívicos de otras personas.

Las formas de comportamiento más comunes son:

• Grado excesivo de peleas o intimidaciones.
• Crueldad hacia otras personas o animales.
• Destrucción grave de pertenencias ajenas.
• Incendios, robos, pellas (absentismo escolar), fugas de casa.
• Provocaciones, desafíos y desobediencia.

F91.0: Trastorno Disocial Limitado al Contexto Familiar

Incluye trastornos disociales, antisociales o agresivos. Está restringido al hogar o a las relaciones con miembros de la familia nuclear o allegados.

Las manifestaciones más frecuentes son:

• Robos de dinero o pertenencias.
• Comportamientos destructivos deliberados (adornos, juguetes, ropa...).
• Presencia de actos de violencia contra miembros familiares.
• Provocaciones de incendios en el hogar.

Pautas del Diagnóstico (F91.0)

No debe haber ninguna alteración significativa de comportamiento antisocial fuera del ambiente familiar.

Las relaciones sociales del niño fuera de la familia tienen que ser normalizadas.

El trastorno puede comenzar con una alteración intensa de la relación entre el niño y el familiar. Esto puede ocurrir con la madrastra o el padrastro.

F91.1: Trastorno Disocial en Niños No Socializados

Combinación del comportamiento disocial persistente o agresivo junto con una significativa y profunda dificultad en las relaciones personales con otros niños.

Pautas del Diagnóstico (F91.1)

• Falta de integración efectiva.
• Manifiesto de mala relación con aislamiento o rechazo de otros chicos.
• Impopularidad y falta de amigos íntimos.
• Relaciones con los adultos con discordia, hostilidad y resentimiento. Puede existir buena relación con algún adulto, pero no llega a haber confianza.
• Alteraciones emocionales sobreañadidas.
• Comportamiento delictivo (a menudo en grupo).

El trastorno persiste en distintas situaciones, pero donde más se manifiesta es en el colegio y la escuela.

F91.2: Trastorno Disocial en Niños Socializados

Se presenta generalmente en niños bien integrados en grupos de compañeros.

Pautas para el Diagnóstico (F91.2)

• Amistades adecuadas y duraderas de la misma edad.
• Grupos de otros jóvenes implicados en actividades delictivas o disociales.
• Relaciones alteradas con las víctimas o con otros chicos, si el comportamiento antisocial implica intimidación.
• Mala relación con figuras de autoridad adultas.
• Buena relación con algunos adultos en concreto.
• Alteraciones emocionales mínimas.
• Comportamiento disocial trasladado al ámbito familiar.

F91.3: Trastorno Disocial Desafiante o Oposicionista

Característico en niños menores de 9 o 10 años cuyo comportamiento es desafiante, provocador, violador de leyes y de derechos de los demás. Sus pautas generales son las mismas que las de F91, pero el comportamiento malicioso o travieso grave no es suficiente para el diagnóstico.

Pautas para el Diagnóstico (F91.3)

• Comportamiento persistente negativista, hostil, desafiante, fuera de los límites normales de un niño de su edad.
• No incluye las violaciones más importantes de los derechos ajenos.
• Oposición a las reglas o peticiones de los adultos.
• Molestar deliberadamente a otras personas.
• Sentirse enojado, resentido e irritado con las personas por las que le culpan.
• Baja tolerancia a la frustración.
• Pérdida de control.
• Desafíos que dan lugar a enfrentamientos iniciados por groserías, falta de colaboración o resistencia a la autoridad.