Clasicismo Francés: Mímesis, Verdad y Verosimilitud en la Querella de El Cid
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Poética Clasicista Francesa: Verdad, Verosimilitud y el Debate de El Cid
La poética clasicista francesa se sitúa en la segunda mitad del siglo XVII, un periodo que coincide con el Neoclasicismo español del siglo XVIII. En este contexto, surge lo que se conoce como «La querella de El Cid». De manera general, muchos autores se enmarcan en «La querella de antiguos y modernos», un debate que se centra en los conceptos de mímesis y verosimilitud. Es decir, se trata de la relación entre el concepto de literatura y el de arte. Aquí también se plantea la importancia del público en el arte (pragmática) y la política social.
La Querella de El Cid y el Conflicto entre Realidad y Norma Literaria
Los detractores de la obra de Corneille, El Cid, sostienen que los personajes de una obra dramática deben ser verosímiles. Por ello, los hechos dramatizados en la obra, aunque hubiesen sucedido realmente, no deberían formar parte de la trama porque no resultan verosímiles. De esta forma, se oponen el arte verdadero (aquel conforme a la realidad) y el arte verosímil (conforme a las normas literarias), así como el fin que procura la tragedia.
El Dilema de la Verosimilitud en lo Real
En estas circunstancias, se plantea una cuestión fundamental: ¿Puede considerarse inverosímil lo que ha sido real? ¿Puede entenderse la derivación de la norma general como lo precisamente característico de la realidad y lo que la individualiza?
Los defensores de la obra se apoyan en las reflexiones sobre verdad/verosimilitud frente a hedonismo/utilitarismo. Aquí, la verdad de los hechos se plantea en cómo se confrontan estos cuatro conceptos. Uno de los personajes que se opusieron a El Cid para que fuera censurado fue el cardenal ¿Rousedue? Por tanto, la oposición ya planteada por Aristóteles entre verdad y verosimilitud vuelve a discutirse en nombre del fin real del teatro, que para algunos no puede quedar vulnerado en nombre de la verdad.
Criterios de Verdad y Verosimilitud en el Arte
La obra podía haber sido justificada por la aprobación. La verdad en el arte resulta de una relación de la obra con la realidad y es, por tanto, un criterio externo a la propia obra. La verosimilitud, en cambio, resulta de las relaciones internas de la obra y es, por tanto, un criterio exclusivamente literario.
Este autor rechaza los pensamientos de Corneille por la razón de que lo verosímil es un concepto literario de coherencia interna, mientras que lo real es un concepto de relación con la realidad. En consecuencia, el poeta debe elegir lo verosímil literario y rechazar lo real verdadero si ambos se presentan en una obra.
El Principio Mimético y la Finalidad de la Obra
El principio mimético tendrá su veracidad en el principio de copia que aplica el autor, pero este no puede limitarse a reproducir lo real por medio de la palabra, sino que debe seleccionar en función de la finalidad de la obra, que en último término debe atender a lo que el público exige. Con lo cual, en este caso, esto no se produce, ya que los principios de la estética clásica y neoclásica tienden al idealismo y no al neorrealismo.