Clara Campoamor y la Conquista del Voto Femenino en España
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Descripción del Documento
El presente documento corresponde a fragmentos de los discursos que pronunció la diputada Clara Campoamor durante las sesiones del Congreso de los Diputados en los que se estaba discutiendo el voto femenino en la nueva Constitución Republicana.
Es, por tanto, una fuente histórica, de naturaleza expositiva, puesto que es un discurso pronunciado en las Cortes; y de contenido político, al tratar una cuestión tan importante como la concesión del voto a la mujer para el establecimiento de un régimen democrático real.
La autora, Clara Campoamor, abogada de profesión, obtuvo el acta de diputada en las elecciones de junio de 1931 por el Partido Radical Republicano.
La importancia o trascendencia será vital porque, finalmente se aprobaría el voto de la mujer y en las próximas elecciones, por primera vez en la Historia de España, la mujer tendrá derecho a voto.
El momento histórico en el que tiene lugar es la II República, durante el proceso de establecimiento de una constitución para el régimen republicano, establecido tras las elecciones de abril de 1931.
Análisis del Discurso
La idea principal que desarrolla Clara Campoamor en su discurso es la de argumentar los motivos por los cuales no se podía seguir negando el voto a la mujer.
Los fragmentos escogidos hacen referencia a las respuestas que Clara Campoamor hace ante intervenciones anteriores de diputados que estaban en contra: Victoria Kent se opuso, no por la capacidad de la mujer, sino porque un sector importante de la izquierda consideraba negativa la influencia que la Iglesia Católica ejercería sobre las mujeres y en contra, por tanto, del ideal de progreso de la República; por el mismo motivo, la derecha política apoyaría el sufragio femenino, más por táctica política que por convencimiento ideológico.
Ante ello, Clara Campoamor defiende que precisamente salvar a la República consiste en atraerse a la mitad del posible electorado, puesto que sería el primer régimen en permitir el voto a la mujer.
Ante la cuestión de la poca presencia política de la mujer en la vida pública, la autora argumenta que la realidad es la contraria, explicando cómo en los momentos de crisis que afectaron a la sociedad española, como la guerra de Cuba o la petición de responsabilidades por el desastre de Anual, han sido las mujeres las que han estado en primera línea de las protestas dado que son sus hijos, maridos y hermanos los que morían en estas guerras; y que, por tanto, las mujeres habían dado muestra más que suficiente de estar en la lucha por la libertad y la defensa de los ideales de la recién nacida República.
Contexto Histórico del Sufragio Femenino
Proclamada la II República en abril de 1931 y marchado a París el rey Alfonso XIII se constituye un Gobierno Provisional formado por los líderes de aquellos partidos que habían firmado el “Pacto de San Sebastián” (17 de agosto de 1930).
De ellas salió triunfadora una coalición formada por republicanos y socialistas cuya primera tarea será la redacción de una nueva Constitución.
En ella se querrá plasmar la base esencial del nuevo régimen republicano que expresará los principios ideológicos de la izquierda burguesa (democracia, laicismo, extensión de la cultura) que representaba Manuel Azaña; más las aspiraciones de las clases trabajadoras (reforma agraria, mejoras de las condiciones laborales) que representaba el PSOE; así como el intento de encajar las nuevas reclamaciones regionalistas y nacionalistas (estatutos) de los partidos catalanes.
Las decisiones fueron muy intensas, especialmente en lo referente a la “cuestión religiosa”, la educativa y las correspondientes a la reforma agraria.
Mención especial, dada la naturaleza del texto que comentamos, tiene el tema de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y, en consecuencia, el referente al sufragio.
En las Cortes únicamente había dos mujeres de un total de 465 diputados: Clara Campoamor (Partido Radical) y Victoria Kent (Izquierda Republicana).
A finales de aquel mismo año ingresó Margarita Nelken (Partido Socialista).
De las tres, Clara Campoamor, abogada, fue la que más se implicó en la defensa de los derechos de la mujer y desempeñó un papel importante en el debate acerca del sufragio femenino.
Tras largos debates en todos los sentidos, el artículo 34, que establecía la equiparación de derechos para los ciudadanos de uno y otro sexo mayores de 23 años, fue finalmente aprobado por 161 votos a favor frente a 121 en contra.
El gobierno que se configuró una vez aprobada la Constitución en diciembre de 1931 fue el resultado de las elecciones de junio de 1931, siendo nombrado presidente del Consejo de ministros a Manuel Azaña, y como presidente de la República a Niceto Alcalá Zamora.
Desarrollaron un programa de reformas con la intención de asentar la república (agraria, militar, educativa, separación de Iglesia y Estado, y permitieron la articulación de autonomías regionales dentro del Estado).
La oposición de los sectores más conservadores que representaban al bloque de poder tradicional y del Ejército, así como el descontento de los sectores más radicales de la izquierda obrera que veían insuficientes las reformas de la República determinaron la crisis final de 1933, por la que el presidente de la República disolvió las Cortes y convocó elecciones para noviembre de 1933.
Estas serían las primeras en las que participaron las mujeres, a quienes se les echaría la culpa de la victoria de la derecha.
Este derecho a voto se perdería con el estallido de la Guerra Civil, en 1936, y el posterior establecimiento del régimen franquista, que se mantendría en España durante casi 40 años. No sería hasta 1977 cuando se volverían a celebrar nuevas elecciones, donde ya nadie cuestionaría el voto femenino, y por tanto, donde se establecería el sufragio universal.