El Cinquecento Romano: Apogeo Artístico, Maestros y la Transición al Manierismo

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El Cinquecento: Apogeo y Transformación del Arte Renacentista en Roma

La muerte de Lorenzo “el Magnífico” marca el fin de Florencia como capital italiana del arte renacentista. Roma le sucede, dando origen al Renacimiento Clásico. Es la época de los grandes genios: Miguel Ángel, Rafael y Leonardo da Vinci, pero también de la aparición del capitalismo económico, del fortalecimiento político del Estado moderno, de las reformas religiosas y de los grandes descubrimientos.

La Ciudad Eterna va a vivir, bajo los gloriosos pontificados de Julio II y de León X, una verdadera Edad de Oro de las artes.

Julio II y el Redescubrimiento de la Antigüedad

Julio II fomentó las excavaciones arqueológicas. La copia de estas obras fue lo que permitió a los escultores del siglo XVI, en opinión de Vasari, superar a los del Quattrocento y alcanzar la perfetta maniera.

León X y los Grutescos de la Domus Aurea

León X patrocinó otro tipo de hallazgo. Se encontraron en la Domus Aurea o Palacio Dorado de Nerón numerosas galerías subterráneas, cuyos pasillos recibieron el nombre de grutas y sus pinturas, grutescos. La temática, caprichosa y monstruosa, fue elegida por Rafael para decorar las loggias vaticanas.

La Crisis del Cinquecento y el Surgimiento del Manierismo

Este espíritu de perfección sufrió una gravísima crisis en 1527. El Saqueo de Roma, el creciente dominio español en Italia y los alarmantes avances de la Reforma Protestante sembraron de dudas a los artistas. La copia de la maniera personal de los grandes maestros, pero vaciándola de contenido y deformándola, es lo que se ha llamado Manierismo.

Surgen imágenes sinuosas, alargadas o cuadradas; composiciones confusas por el frenesí, el uso de la luz nocturna y los colores tornasolados. La impresión general de estas obras es de tensión y ruptura de las reglas del arte clásico.

La Arquitectura del Cinquecento: Bramante, Miguel Ángel y Palladio

Donato Bramante: La Severidad Arquitectónica y el Templete de San Pietro in Montorio

Donato Bramante representa la severidad arquitectónica. Su primer trabajo importante en la Ciudad Eterna fue para la Corona Española, que, en agradecimiento por la Toma de Granada, decidió consagrar en Roma una iglesia a San Pedro, en el lugar donde se creía que fue martirizado. De inmediato, encargó a Bramante un Templete en el patio, con el fin de recordar el punto exacto donde se enclavó la cruz. El arquitecto proyectó una rotonda de 16 columnas dóricas que, desde su inauguración en 1502, se convertiría en canon de belleza arquitectónica y en símbolo del estilo clásico.

Grandes Encargos de Bramante en el Vaticano

Un año después, en el ejercicio de este cargo, Bramante realizó tres grandes encargos:

  • La ampliación del Palacio Vaticano.
  • La construcción del nuevo templo de San Pedro.
  • El trazado de las avenidas que bordean el Tíber.

El Palacio de los Papas y la Perspectiva Arquitectónica

En el Palacio de los Papas, Bramante pudo dar expresión a un proyecto que consistía en unir la residencia de invierno con el Palacio del Belvedere. Inspirándose en las villas romanas, construyó un patio inferior y dos jardines superiores a los que se accedía por escaleras monumentales. Luego, cerró las alas del rectángulo con galerías de tres pisos, basándose en la ordenación del Coliseo, y dispuso en el frente principal una exedra o nicho. El acondicionamiento de este espacio lo convertiría en un maestro de la perspectiva arquitectónica.

La Nueva Basílica de San Pedro: El Proyecto de Bramante

El empeño por demoler la basílica paleocristiana de San Pedro y reconstruirla de acuerdo con la grandiosidad de los nuevos tiempos se debe a Julio II. Bramante diseñó un edificio de planta central, con forma de cruz griega inscrita en un cuadrado de ábsides salientes. Las cubiertas serían cúpulas, y el empuje de la situada sobre el crucero se contrarrestaría con otras cuatro más pequeñas elevadas sobre las capillas de los ángulos. Todo ello estaba inspirado en los modelos antiguos. Sin embargo, a su muerte, solo se habían erigido los gigantescos pilares maestros, y en los años sucesivos, varias innovaciones rompieron el plan previsto.

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