Ciclos Revolucionarios Europeos (1830-1848): Liberalismo, Nacionalismo y el Auge del Romanticismo

Las Revoluciones Liberales y el Romanticismo (1830-1848)

5.2 La Segunda Oleada Revolucionaria: 1830

Las causas del resurgimiento revolucionario residen en el malestar generalizado en la burguesía y entre las clases populares, provocado por la fuerte crisis económica que se extendió entre 1825 y 1829. Esta crisis afectó gravemente a la producción agrícola, generando escasez de alimentos básicos, y golpeó duramente a los sectores industriales, financieros y comerciales.

Este ciclo se centró en varios países europeos y evidenció las desavenencias entre los distintos liberalismos. En cualquier caso, la oleada de 1830 cuestionó el poder del sistema de alianzas de la Restauración, cuyo objetivo era restablecer el Antiguo Régimen.

Focos de la Revolución de 1830

• Francia

  Carlos X limitó, con las Cuatro Ordenanzas, los derechos establecidos en la Carta Otorgada de su antecesor Luis XVIII. Esto derivó en un estallido de violencia popular en las calles de París contra el monarca. La alta burguesía, para evitar una deriva radical similar al pasado jacobino, propició la llegada al trono de Luis Felipe de Orleans, conocido como “el rey burgués”. Este nuevo monarca estableció una nueva constitución, favoreció medidas burguesas y reinstauró la bandera tricolor como símbolo nacional.

• Bélgica

  Bélgica se encontraba bajo dominio holandés, formando un estado tapón estratégico entre Francia y el espacio alemán. Sin embargo, los belgas, de tradición católica y con una incipiente economía industrial, se opusieron a esta situación. El levantamiento de Bruselas (protagonizado por flamencos y valones) proclamó la independencia de Bélgica, que adoptó un nuevo rey, Leopoldo I, y una Constitución de carácter liberal. La Santa Alianza estuvo a punto de intervenir, pero la oposición británica en apoyo a los belgas impidió la acción militar.

• Polonia, Estados Alemanes e Italianos

  En Polonia, los polacos intentaron independizarse de Rusia y se sublevaron en Varsovia. El ejército ruso aplastó la revuelta y los sublevados fueron duramente castigados.

  En algunos Estados alemanes e italianos, prendieron las revueltas liberales y nacionalistas, pero fueron rápidamente sofocadas por Austria, que actuaba como el verdadero bastión de la contrarrevolución.

5.3 La Tercera Oleada: 1848, «La Primavera de los Pueblos»

Este fue el más importante de los tres ciclos revolucionarios. Aunque la burguesía continuó siendo la protagonista inicial, se observó una creciente participación popular.

• El nacionalismo como ideología comenzó a separarse del liberalismo, ya que su discurso fue adoptado también por fuerzas reaccionarias y antiliberales.
• Cobran fuerza ideologías anticapitalistas como el marxismo, el anarquismo y el sindicalismo, que insuflaron energía a los movimientos revolucionarios populares contra el poder establecido.

Queda patente en este ciclo el debilitamiento progresivo del sistema de la Restauración y, con ello, de Austria. En contraste, Prusia comenzó a fortalecerse.

6. El Romanticismo

El Romanticismo fue un movimiento artístico y cultural que surgió como reacción a los ideales ilustrados. Se vinculó estrechamente con el nacionalismo y el liberalismo. Entre sus características principales se pueden destacar:

• Interés por la tradición y la cultura de los pueblos: (lengua, literatura, historia), lo cual lo une directamente al nacionalismo.
• Primacía del sentimiento y la imaginación sobre la razón.
• Visión idealista del mundo: Búsqueda de la libertad, de lo bello y del progreso, lo cual, al no verse satisfecho, a menudo conducía a la frustración.
• Revalorización del periodo medieval y búsqueda de lo exótico.