El Ciclo Revolucionario Liberal en Europa: 1789-1848

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Las Revoluciones Liberales en Europa: 1789-1848

La Revolución Francesa (1789)

La Revolución Francesa, iniciada en 1789, marcó el fin del Antiguo Régimen y dio paso a una sociedad liberal con nuevas formas de pensar y vivir.

Causas de la Revolución Francesa

Las causas que desencadenaron la Revolución fueron múltiples:

  • Crisis económica y social: A lo largo del año, los precios subieron drásticamente. La burguesía, a pesar de ganar mucho dinero, no progresaba debido a las restricciones al libre comercio y la libre producción impuestas por el sistema feudal. Además, carecían de poder político, lo que reclamaban basándose en las ideas ilustradas.
  • Oposición de la aristocracia: La aristocracia se aferraba al feudalismo y se oponía a cualquier cambio que amenazara sus privilegios.
  • Empeoramiento de la vida campesina: Una crisis económica general empeoró la situación. La vida del campesino empeoró porque los señores aumentaron las cargas y tributos que debían entregarles.
  • Malas cosechas: Las malas cosechas de la década de 1780 provocaron escasez.
  • Malestar urbano: En las ciudades, la subida de los productos básicos, provocada por la escasez, generó malestar y hambre.
  • Crisis industrial: En 1786, una crisis industrial se desató cuando Francia abrió sus aduanas al mercado inglés, perjudicando la producción nacional.
  • Déficit crónico de las finanzas reales: Las finanzas reales estaban en un déficit crónico. La nobleza y el clero no pagaban impuestos, y la participación en la independencia de las colonias americanas había llevado a la monarquía a la bancarrota.

Los Estados Generales

Ante la grave crisis financiera, Calonne, ministro de Luis XVI, propuso que la nobleza pagase impuestos. Estos se opusieron radicalmente, argumentando que solo los Estados Generales podían aprobar medidas fiscales. La nobleza se rebeló, provocando una gran crisis política que obligó a Luis XVI a convocar los Estados Generales.

Se procedió a la elección de representantes y a la elaboración de los Cuadernos de Quejas, que recogían el descontento general. El Tercer Estado, en particular, reclamaba la abolición del feudalismo, la elaboración de una constitución y el reconocimiento de libertades políticas.

Las Revoluciones de 1820 y 1830

Durante el período de la Restauración (tras la caída de Napoleón), los liberales se volvieron clandestinos y se organizaron en sociedades secretas, siendo los masones los más importantes. Se consideraban herederos de la Ilustración y la Revolución Francesa y buscaban acabar con el absolutismo. Influenciaban a las ciudades y confiaban en que el pueblo se levantaría.

Esta estrategia se materializó en 1820 con una primera oleada revolucionaria que provocó una quiebra temporal del absolutismo. El triunfo en España, Portugal, Nápoles y Piamonte abrió un corto período liberal que fue sofocado por las fuerzas absolutistas. En España, intervino la Santa Alianza en 1823, y los castigos fueron muy duros: miles fueron detenidos, ejecutados o se exiliaron.

Una segunda oleada revolucionaria tuvo lugar entre 1829 y 1839. La intervención popular fue crucial para derrotar al poder aristocrático en Europa Occidental. En Francia, la revolución se inició en 1830, derrocando a los Borbones y estableciendo una monarquía constitucional con Felipe de Orleans. Su influencia ayudó a la independencia de Bélgica.

A finales de la década de 1830, se consolidó el liberalismo moderado. Los liberales moderados defendían el sufragio censitario (voto limitado a quienes poseían cierta riqueza) y restringieron las libertades, prohibiendo, por ejemplo, las asociaciones obreras.

La Revolución de 1848

Esta nueva revolución, en 1848, significó el fin definitivo de la Restauración. Se abolió el feudalismo en muchas regiones y surgieron nuevos ideales democráticos.

La revolución se inició en París cuando Felipe de Orleans restringió aún más las libertades. El pueblo asaltó el Palacio Real y el rey huyó, proclamándose la República en el país. Se formó un gobierno provisional en el que participaron republicanos, socialistas y radicales.

Se celebraron elecciones, aunque solo con el voto de los hombres (sufragio universal masculino), que dieron lugar a un nuevo gobierno de republicanos moderados. Esto provocó una insurrección popular, un enfrentamiento directo entre la burguesía y el proletariado. La revolución fue sofocada por el ejército con una represión muy dura: miles de personas fueron fusiladas y detenidas.

En diciembre, accedió al poder Luis Napoleón Bonaparte (posteriormente Napoleón III), quien estableció el Segundo Imperio en 1851.

La revolución en París tuvo un gran impacto y se extendió rápidamente por Europa. Rusia fue el único gran país que no experimentó cambios significativos. A pesar de la represión, todo este ciclo revolucionario contribuyó a la evolución del liberalismo hacia la democracia.

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