El Cerebro Social: Evolución, Cognición y los Fundamentos de la Moralidad Humana
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La Evolución del Cerebro Humano: De la Neuroanatomía a la Cognición Social
La neuroanatomía comparada examina los cerebros de diferentes especies en tamaño y estructura. Charles Darwin descubrió que, a lo largo de la historia de la evolución, el desarrollo de la capacidad cognitiva en aumento está relacionado con un incremento del tamaño del cerebro. Los seres humanos poseemos grandes cerebros con genes que han cambiado en momentos clave de la evolución.
En el estudio del cerebro, encontramos tres niveles de análisis:
- Regiones cerebrales: Estructuras macroscópicas y sus funciones.
- Tipos de células: La diversidad de neuronas y células gliales.
- Moléculas: Los componentes bioquímicos que rigen la actividad neuronal.
Una diferencia crucial entre el cerebro de un simio y el del ser humano es nuestro tamaño, es decir, el número de neuronas es superior, lo que potencia nuestras capacidades cognitivas.
Similitudes y Diferencias Cognitivas: Humanos y Chimpancés
Las diferencias y semejanzas físicas entre nosotros y los chimpancés son notorias. Los seres humanos tenemos la capacidad para entender y poseer mentes con deseos, una habilidad conocida como Teoría de la Mente. Los chimpancés, aunque no entienden las otras mentes de la misma manera que los seres humanos, sí comprenden algunos procesos biológicos básicos.
Las emociones, por su parte, tienen que ver con circuitos relativamente primitivos que se han conservado a lo largo de la evolución de los mamíferos. Compartimos al menos algunas de las mismas emociones inconscientes con el chimpancé, ya que emocionalmente tal vez seamos más simiescos de lo que imaginamos.
La Singularidad Social del Ser Humano
Lo que caracteriza al ser humano es el giro evolutivo que nos llevó a convertirnos en un ser extremadamente social. Aunque hay animales que tienen algún grado de organización social, ninguno se vuelca en la cooperación y la vida en grupo del modo en el que lo hacemos nosotros. A medida que el cerebro se fue haciendo más grande, fue creciendo el tamaño de nuestro grupo social.
Algo desencadenó nuestro interés en el 'otro', en vivir y cooperar en el interior de grupos. Otras ideas sobre este impulso social incluyen la necesidad de combatir a los depredadores y la búsqueda de alimento. Nuestras capacidades cognitivas superiores surgieron como adaptaciones a nuestras recién evolucionadas necesidades sociales. La comprensión de lo que significa ser social es fundamental para entender la condición humana.
Neurobiología de la Conducta Moral y la Mente Racional
A medida que vayamos desgranando la neurobiología de la conducta moral, veremos que parte de nuestra repugnancia ante el asesinato, el robo, etc., es el resultado de nuestra biología natural. Las innumerables costumbres que las personas generamos para vivir en cooperación unas con otras son, a su vez, reglas generadas por las interacciones sociales que tenemos cada día; y todo esto procede del cerebro humano.
Pasamos la mayor parte de nuestra vida en una batalla entre la mente racional y el sistema emocional inconsciente de nuestro cerebro. Nuestra mente racional analítica es una capacidad nueva en términos evolutivos que los seres humanos hemos adquirido recientemente. Gracias al uso de nuestra mente racional hemos alcanzado otros rasgos humanos distintivos:
- La emoción y la repugnancia.
- La sensibilidad a la contaminación.
- Las emociones morales relacionadas con la pureza.
Hemos descubierto que las religiones son grupos sociales que tienen su fundamento en la noción de pureza de la mente o el cuerpo. Existe un 'intérprete omnisciente' que ofrece explicaciones de nuestras intuiciones y conductas morales inconscientes, reflejando la complejidad de nuestra psique.