Causas y Responsabilidades de la Epidemia de Cólera en Perú en 1991
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Medicina y Salud
Escrito el en español con un tamaño de 7,08 KB
**Agua sucia: Causas y Responsabilidades del Cólera en Perú**
La Epidemia de 1991
La epidemia de cólera de 1991, que aún no se puede considerar terminada, es la mayor epidemia de cualquier enfermedad en el siglo XX en Perú (Wachsmuth et al., 1991). Según la Organización Panamericana de la Salud, el cólera cruzó rápidamente las fronteras peruanas y, hacia mediados de año, había alcanzado Ecuador, Colombia, Brasil, Chile y Guatemala, amenazando seriamente a otros países de la región. La epidemia puso a América en la lista de regiones en las cuales se había esparcido la séptima pandemia de cólera. Esta pandemia, originada en Indonesia en 1961, barrió el mundo, y la Organización Mundial de la Salud considera que afectó a por lo menos 98 países.
Causas Principales de la Epidemia
La hipótesis inicial de la investigación fue que entre las causas más importantes de la epidemia de cólera se encontraba la sustancial reducción en la cloración del agua para consumo humano por parte de las autoridades gubernamentales, SEDAPAL y la autoridad de la salud DIGESA, debido a un mal manejo de la política hídrica, basada en el intervencionismo estatal e influida por preocupaciones ambientales de otros.
Los factores que conspiraron en forma decisiva contra el control de la epidemia y que incluso incentivaron su propagación a niveles inesperados fueron:
- La absoluta ausencia del mantenimiento del sistema hídrico para consumo humano.
- La falta de limpieza en los pozos de agua y en los tanques domésticos.
- La falta de acceso de una porción sustancial de la población (47%) a agua potable tratada adecuadamente con cloro.
- La discontinuidad del proceso de cloración del agua en los puntos finales del sistema, debido a una deficiente instalación del servicio.
Responsabilidades y Fallas en la Gestión del Agua
De cara a la severidad de estos problemas, ninguna de las autoridades responsables por la administración del agua para consumo humano en Perú tuvo la certeza de la calidad del agua enviada a la población. Se le daba un nivel de cloración del 0,2 al 0,3 mg/l al agua, muy por debajo del nivel utilizado internacionalmente. No había ningún análisis de eficacia de este nivel, que, tal como se descubrió tiempo después, era inadecuado para preservar la salud de los peruanos durante la epidemia.
Es decir que si el nivel de cloración se hubiese mantenido a la altura del recomendado por la OMS de 0,8 mg/l, la incidencia de la epidemia no habría sido tan explosiva (Haratani y Hernández, 1991).
El Rol de los Funcionarios y Grupos Ecologistas
En Perú no se reportaba ningún caso de cólera desde hacía un siglo. Más allá de esto, el serio deterioro en el sistema de tratamiento del agua no podría haber pasado tan descaradamente desapercibido. Gran parte de la responsabilidad cayó sobre los funcionarios públicos a cargo de la empresa de tratamiento. Sin embargo, también habría que mencionar la responsabilidad de los grupos ecologistas que insistieron en campañas de protección de los animales en peligro o los grupos que señalaban la condición de las poblaciones nativas rurales, en lugar de alertar a la población acerca de este serio problema. Estos grupos pedían la discontinuidad del desinfectado del agua con cloro, y tuvieron éxito en influir a las autoridades hídricas para que redujeran las cantidades utilizadas. Se realizó un intento para reparar esta negligencia, pero fue obvio que las prioridades de estas organizaciones ignoraron la salud de la población.
**Cólera en Perú: La Séptima Pandemia**
El Brote de 1991
Hacia fines de enero de 1991, verano en el Hemisferio Sur, la epidemia de cólera llegaba finalmente a Latinoamérica. El brote, que se considera es parte de la Séptima Gran Pandemia, comenzó en la costa peruana (Wachsmuth et al., 1991).
El cólera que sufrió Perú durante ese año se convirtió en la mayor epidemia en nuestro país durante el siglo XX, debido a la inesperada virulencia y a la velocidad de propagación. En términos de vidas humanas solamente, la epidemia de cólera dejó a Perú con más de 6.000 muertos y 800.000 casos (Suematsu, 1996; Graham and Gray, 1998).
Características del Cólera
Desde tiempos inmemoriales, el cólera, junto con la plaga, la varicela y la fiebre amarilla, ha sido uno de los cuatro azotes responsables de las epidemias más grandes de toda la historia del hombre. Se trata de una enfermedad causada por la bacteria Vibrio cholerae, que se instala y se reproduce en el intestino delgado (Elmore Luján, 1991). Mediante la producción de una potente toxina, esta bacteria provoca una activa secreción de agua y electrolitos en el tracto intestinal, cuyos síntomas clínicos son la diarrea y el vómito. En contraste con otros microorganismos que también provocan diarrea, el Vibrio cholerae siempre produce una enfermedad más severa y abrupta. Un adulto afectado por esta enfermedad puede defecar hasta dos litros por hora, que, de no ser reemplazados rápidamente, pueden provocar la muerte por deshidratación.
El diagnóstico de los casos típicos no presenta dificultades, pero no hay que olvidar que el cólera puede parecerse a cualquier infección intestinal, seria o no. El “fenómeno del iceberg” también resulta característico del cólera, o sea que las infecciones latentes son mucho más numerosas que los casos manifiestos.
Definición y Tratamiento
Según la Organización Panamericana de la Salud, en su publicación, The Control of Transmisible Diseases in Man, el cólera es definido como una “enfermedad bacterial intestinal aguda caracterizada por su rápido comienzo, diarrea acuosa y profusa, vómitos ocasionales, rápida deshidratación, acidosis y colapso circulatorio. La infección asintomática es mucho más frecuente que la aparición del cuadro clínico, especialmente en el caso de organismos del biotipo El Tor. Son comunes los casos no tratados en los cuales sólo hay diarrea, especialmente entre los niños. En los casos graves sin tratamiento, el sujeto puede morir en cuestión de horas, y la tasa de mortalidad supera el 50%; con el tratamiento adecuado, la tasa es menor a 1% (PAHO, 1987).
Propagación y Prevención
El cólera puede ser clasificado como una enfermedad ambiental, dado que la bacteria se propaga fundamentalmente mediante la ingestión de agua y productos alimenticios contaminados con heces o vómito de pacientes o, en menor medida, las heces de portadores. La bacteria puede propagarse rápidamente en regiones que carecen de redes cloacales, agua potable limpia o los adecuados servicios sanitarios, y directamente contamina el agua bebible y de riego. El alimento se contamina a través de las manos sucias, y las moscas juegan un papel muy importante en la transmisión de la enfermedad. Un ejemplo de esto es la ingestión de mariscos o pescados crudos o mal cocinados provenientes de aguas contaminadas, que provocaron la epidemia en Guam y en Portugal, y casos esporádicos en Estados Unidos.