Causas y Desarrollo del Conflicto Bélico de los Treinta Años (1618-1648)
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El Conflicto Bélico de los Treinta Años (1618-1648): Causas y Desarrollo
La Guerra de los Treinta Años fue un conflicto bélico que asoló Europa entre 1618 y 1648. Considerada por algunos manuales antiguos como la "Primera Guerra Europea" o la "Primera Guerra Mundial", debido a la internacionalización del conflicto y su extrema dureza. Existen distintas visiones historiográficas; la actual considera que las causas fueron una mezcla de factores religiosos, políticos y socioeconómicos.
Causas Religiosas
Se ha considerado esta guerra como la última fase de las Guerras de Religión europeas, como la culminación del conflicto entre católicos y protestantes. Tiene una relación directa con la Contrarreforma. La Paz de Augsburgo de 1555, que buscaba estabilizar las relaciones entre las dos religiones, no logró su objetivo. La Iglesia Católica reaccionó con fuerza, creando la Compañía de Jesús y reconquistando religiosamente amplias zonas del sur de Alemania. Sin embargo, grandes zonas siguieron siendo protestantes, lo que provocó grandes conflictos sociales, incluyendo la "caza de brujas". En definitiva, no se había alcanzado la paz religiosa.
Causas Políticas
Desde la división de la herencia de Carlos V, la rama austriaca de la casa de Habsburgo dependió de la rama española, tanto por razones económicas como políticas. La autoridad del Emperador era débil, y los príncipes se oponían a un Emperador fuerte. Incluso en los propios territorios patrimoniales de los Habsburgo, su autoridad era discutida. Austria estaba más controlada, pero en Hungría la nobleza era mayoritariamente protestante, en parte debido a la proximidad de los turcos. En Bohemia, existía una nobleza muy fuerte y una división religiosa muy acentuada.
Causas Socioeconómicas
El conflicto estalló en Bohemia, donde la población campesina se enfrentaba a la aristocracia terrateniente, con una nobleza arruinada. En la segunda fase, España intentó asfixiar económicamente a Holanda, frenando el comercio del Báltico, lo que explica la entrada de Dinamarca y Suecia en la guerra. En Alemania, se trataba de un conflicto religioso y político, mientras que en Francia, el objetivo era acabar con la hegemonía española.
El Desarrollo del Conflicto
El conflicto estalló en Bohemia, inicialmente como un asunto local, con la "Defenestración de Praga". La nobleza bohemia no aceptó la elección de Fernando de Estiria como nuevo emperador, candidato de la monarquía española e intransigente en materia religiosa. En su lugar, eligieron como rey de Bohemia a Federico V del Palatinado en 1619. Tropas españolas e imperiales avanzaron hacia Praga, obteniendo la victoria en la Batalla de la Montaña Blanca.
Esto provocó el apoyo internacional a Federico, liderado por Francia, que buscaba anular la hegemonía española. Dinamarca, bajo el reinado de Cristian IV, quería extender su influencia en Alemania, utilizando la defensa de la causa protestante como excusa. Suecia intervino por motivos similares. Dinamarca invadió Alemania en 1625, pero fue derrotada por los ejércitos imperiales en la Batalla de Lutter en 1626. Dinamarca firmó la paz en 1629, comprometiéndose a no intervenir en el futuro en los asuntos imperiales.
Felipe II inició una política de refuerzo del catolicismo y represión del protestantismo. Se confiscaron numerosas tierras a protestantes y se promulgó el Edicto de Restitución en 1629, por el cual todas las tierras secularizadas desde 1555 debían ser devueltas a la Iglesia Católica. Esta política impidió el fin de la guerra en Alemania.