Catedral Medieval: Evolución de la Arquitectura Románica al Gótico

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La Catedral Medieval: Un Estudio de su Planta, Secciones y Alzados en el Estilo Gótico

La catedral medieval se inspira en la iglesia románica de peregrinación. Las plantas de los grandes edificios góticos no fueron muy diferentes de las de las grandes catedrales románicas (tres naves, transepto y cabecera con girola y capillas radiales). En el alzado se respetó la configuración de tres pisos superpuestos. Pero donde la arquitectura gótica es esencialmente diferente a la románica es en el sistema de abovedamiento, ya que en el románico se emplean pesadas bóvedas de medio cañón sobre arquerías de medio punto que debían soportar inmensos esfuerzos, en colaboración de gruesos muros. El arquitecto románico (como el gótico) buscó también el carácter ascensional del templo y la luz, pero se vio maniatado por los recursos arquitectónicos de que disponía. En su lugar, prefirió centrarse en el orden y la regularidad de las formas para transmitir armonía.

La Problemática de la Arquitectura Románica

La problemática de la arquitectura románica se centró en el caso de las iglesias cubiertas con bóveda. La solución del problema de techar iglesias con bóvedas de piedra fue la preocupación más importante. La solución primera y más simple fue la de cubrir la iglesia con una bóveda de cañón seguido a lo largo de toda la nave. Esto suponía un problema: el hecho de que se produzca en los muros de apoyo un empuje inclinado que tiende a producir el vuelco del muro. Para evitar esto debe de hacerse el muro más grueso y sólido, de tal forma que la fuerza inclinada que se produzca pase por el tercio central del muro, o apuntalar éste con contrafuertes o muros perpendiculares a los apoyos de la bóveda para contrarrestar los efectos de la misma.

La Solución Gótica: Arco Apuntado, Bóveda de Crucería y Arbotante

La meta fue la solución gótica. Empezaron a construirse iglesias con arcos fajones separando los tramos, y entre ellos bóvedas por arista que tenían las aristas reforzadas por arcos de piedra, formando lo que luego se llamó nervaduras. Lo que se hizo fue hacer que todo el peso de la bóveda fuese conducido por las nervaduras que refuerzan las aristas hasta unas columnas que lo llevan a los cimientos. Con columnas y nervaduras se hacía un esqueleto que era el responsable de la estabilidad del edificio. El resto, bóvedas y paredes eran de simple relleno. Es más, las paredes podían sustituirse por mamparas de cristal.

Un inconveniente y una ventaja se unen a este simple enunciado del concepto mecánico del Gótico: el empuje por la nervadura que llega a las columnas sigue siendo inclinado y hay que contrarrestarlo, o con contrafuertes como en el Románico, o bien, con arbotante, compuesto de arco botarel y pilar-botarate. Con el empleo de arcos apuntalados se pueden formar bóvedas cuya planta sea triangular, trapezoidal o poligonal.

Entonces, podemos decir que la arquitectura gótica se basó en el arco apuntado y la bóveda de crucería, amén del arbotante.

El arco apuntado ejerce menos resistencia que el de medio punto al peso superior que soporta y su estilizada figura permite una estética ascensional que será explotada plenamente por el gótico.

La Bóveda de Crucería: Elemento Esencial del Gótico

El segundo elemento esencial de la arquitectura gótica es la bóveda de crucería. En realidad, los nervios arquitectónicos no son otra cosa que arcos, normalmente tres pares de paño rectangular, que corren diagonal, transversal y longitudinalmente. Los arcos diagonales son los que distinguen las bóvedas nervadas de las que no lo son. Esta diferencia no es solo visual, sino técnica y estructural. Los nervios cruceros actúan junto con el marco arcado exterior parar crear una armadura completa de arcos a lo largo de todos los bordes y pliegues principales de la bóveda.

Los nervios cruceros de la bóveda nervada se conciben como elementos primarios, cuya curvatura es independiente de las otras formas arcadas de la bóveda. Además, se pueden elevar de punto a punto, sobre cualquier planta que se pueda concebir. Técnicamente los nervios también facilitan el proceso de construcción. Las bóvedas nervadas sólo requieren cimbra para los arcos de cada paño; los mismos arcos se convierten en una forma de cimbrado permanente para la construcción de las nervaduras.

Ventajas Estructurales y Estéticas del Sistema Gótico

Las ventajas estructurales de este sistema son: abandonar la bóveda de aristas por un grupo de arcos nervados y caparazones de nervaduras delgadas, con lo que el peso de la bóveda se reduce mucho. Para reforzar los puntos de evacuación del peso se utilizaron los contrafuertes exteriores ya usados de manera continua en el románico y, sobre todo, se empleó el arbotante, verdadero arco de apuntalamiento que conduce el peso soportado por las zonas de sostén definitivamente hacia el exterior del edificio a través de un contrafuerte situado en el exterior coronado por un pináculo. Tan complejo sistema de esfuerzos y contrarrestos determina completamente el intrincado aspecto exterior de las catedrales góticas, repleto de estribos, arbotantes y pináculos.

La Fachada Gótica: Un Conjunto Armonioso

No más sencillas son las fachadas principales. La típica fachada gótica se divide en tres cuerpos horizontales y tres secciones verticales o calles, donde se abren las tres portadas que se corresponden con las naves interiores. Las dos torres laterales forman parte del cuerpo de la fachada y se rematan frecuentemente por agujas o chapiteles. Por último, el gran rosetón calado, además de fuente de luz y color para el interior, supone un magnífico centro para la totalidad del conjunto.

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