Catedral de León y Puerta del Sarmental: Joyas del Gótico Español

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Catedral de León: Un Ícono del Gótico

La Catedral de León, también conocida como la Pulchra Leonina, es una obra arquitectónica exterior realizada en piedra caliza. Su fachada principal, de tipo H, presenta un cuerpo central con triple portada de arcos apuntados y un gran rosetón, enmarcada por torres cuadradas rematadas por pináculos y chapiteles. Entre las torres y el cuerpo central se observan arbotantes. La diferencia en forma y altura de las torres es típica del gótico, reflejando diferentes momentos de la construcción.

La torre norte, o de las campanas, se inició en el siglo XIII y se terminó en el siglo XIV, siendo más sobria y maciza, con un chapitel cerrado realizado por Churriguera en el siglo XVIII. La torre sur, o del reloj, se inició también en el siglo XIII, pero no se concluyó hasta finales del siglo XV por el maestro Jusquín. Su estilo es gótico flamígero, con un chapitel calado, menos acorde con el resto del edificio.

Las torres de la Catedral de León presentan la particularidad de estar adosadas a las naves laterales, en lugar de surgir de ellas, permitiendo una vista singular de los arbotantes desde la fachada occidental.

En las jambas, arquivoltas, tímpanos y parteluces de las portadas se desarrolla un trabajo escultórico destacado en el gótico español. La portada central tiene en el parteluz la figura de la Virgen Blanca, esbelta e idealizada, y en el tímpano el tema del Juicio Final. El pórtico está dedicado en los laterales a San Francisco y a San Juan Bautista. La influencia francesa es evidente en esta portada principal. Encima del pórtico, se sitúa el gran rosetón central, con vidrieras de finales del siglo XIII. El hastial triangular neogótico actual fue construido por Demetrio de los Ríos a finales del siglo XIX durante su restauración, reemplazando al anterior plateresco del siglo XVI.

La fachada principal muestra cuatro cuerpos diferenciados: el primero con el pórtico con tres enormes arcos apuntados y dos más estrechos, el segundo es una hilera de ventanas con tres huecos decoradas con vidrieras (correspondientes al triforio) enmarcadas por arcos apuntados, el tercero con un gran rosetón y el superior con un hastial triangular.

Predomina la verticalidad, aunque se intenta romper con algunas líneas horizontales. Las torres son de volumen prismático y la luz es exterior, impuesta por el emplazamiento.

La Catedral de León, iniciada en el siglo XIII por el obispo Martín Fernández bajo el reinado de Alfonso X, está dedicada a Santa María de Regla. Intervinieron varios maestros, al parecer de origen francés: el maestro Simón, el maestro Enrique (que intervino en Burgos) y, a su muerte, Juan Pérez. Con posterioridad se terminaron los remates de las torres de la fachada. La catedral evidencia la nueva mentalidad gótica: verticalidad y la idea de que Dios es luz. Es un gran ejemplo del gótico clásico español del siglo XIII, con clara influencia francesa, semejante a las catedrales de Chartres y Amiens.

Ha tenido múltiples restauraciones debido a la mala calidad de la piedra de Boñar, su excesiva porosidad, la pobre cimentación y la reducción al mínimo de su estructura pétrea.

Puerta del Sarmental en Burgos: Detalle Escultórico Gótico

La Puerta del Sarmental, ubicada en la fachada meridional de la Catedral de Burgos, es una obra escultórica gótica en altorrelieve, realizada sobre piedra mediante la técnica del esculpido.

En el centro del tímpano aparece Cristo en Majestad, bendiciendo con la mano derecha y sujetando el libro de los Evangelios con la izquierda, dando una imagen serena y humana. A su izquierda y derecha, superpuestos de dos en dos, aparecen los cuatro evangelistas y sus símbolos (tetramorfos). San Marcos y San Lucas están sentados en banquetas, inclinados sobre pupitres, mientras que San Juan y San Mateo están colocados en un nivel superior, encima de sus símbolos, también sentados y escribiendo sobre atriles. El tamaño de los evangelistas es inferior al de Jesús, respetando la jerarquía.

Debajo del tímpano se sitúa el apostolado, cubierto por un doselete corrido de arquillos trilobulados, que simboliza la Jerusalén celeste. Los apóstoles están tratados de modo naturalista, giran el cuerpo, llevan cada uno su libro en posición diferente e incluso dialogan, rompiendo la frontalidad y mostrando movimiento y expresión.

El tímpano está delimitado por tres arquivoltas. La primera está decorada por una hilera de ángeles portando cirios y serafines, mientras que en las dos restantes encontramos a los 24 ancianos del Apocalipsis, santos y reyes bíblicos. Todas estas esculturas se asientan sobre peanas que funcionan como pequeños doseles de las figuras inferiores.

Las jambas de la portada se componen de un zócalo y dos galerías superpuestas de arcos ciegos. La inferior, sin decoración escultórica, lleva dobles columnas adosadas, mientras que en la superior son simples y decoradas con esculturas de personajes bíblicos como Moisés, Aarón, San Pablo y San Pedro.

En el parteluz aparece la figura de un obispo, posiblemente don Mauricio, bajo cuyo pontificado se inició la construcción de la Catedral, siguiendo la costumbre francesa de incorporar a los personajes relacionados con la construcción en los proyectos iconográficos. También podría ser San Indalecio, con mitra y báculo, símbolos de su función episcopal, a quien se atribuye la fundación de la diócesis de Burgos. Sobre el doselete que lo cobija aparece el Cordero Místico.

El eje de simetría divide el conjunto y subraya la importancia de Cristo en el tímpano y el obispo en el parteluz. Alrededor de Cristo se distribuyen el resto de los personajes, adaptándose al marco arquitectónico. En las arquivoltas, las figuras superpuestas siguen la curva de los arcos, según la costumbre gótica.

Las figuras, aunque muestran restos de la frontalidad y rigidez románicas, presentan una humanización gótica al relacionarse entre sí y desarrollar actividades concretas, dotándolas de mayor movimiento. Los rostros denotan rasgos diferenciados y los ropajes históricos acentúan las líneas curvas a partir de los pliegues, dando sensación de tela blanda.

Las figuras son mucho más naturalistas que en el románico, especialmente los apóstoles y los personajes de las jambas. El acabado es pulido y se cree que la piedra estuvo inicialmente policromada. La luz es externa, provocando efectos de claroscuro.

La Portada del Sarmental se encuadra cronológicamente entre 1230 y 1240. Se habla de tres maestros distintos en su creación: uno para el tímpano, otro para el dintel y un tercero para las esculturas de las arquivoltas. Las conexiones con el arte francés son indudables. Esta obra se sitúa en el gótico clásico del siglo XIII, con marcada influencia francesa.

Guarda ciertas conexiones con la Catedral de León y con ejemplos franceses como las catedrales de Reims o Amiens. Los modelos franceses penetraron en la Península Ibérica a mediados del siglo XIII gracias a las relaciones políticas y culturales. Nacieron talleres que respondían a las directrices de los maestros franceses, y un estilo nuevo arraigó con fuerza en territorio hispano. La Portada del Sarmental, fruto del trabajo de escultores franceses, es el testimonio más antiguo de la escultura gótica en la Península.

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