Cartularios y Datación en Documentos Medievales: Estructura y Evolución
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Cartularios: Definición y Evolución
En la Corona de Aragón se les llamó capbreus, o de breve cabeza, aludiendo al encabezamiento de los documentos al que quedaban reducidos: censos, rentas. Otros estaban iluminados, con miniaturas y con hermosa caligrafía, como el Libro de las Estampas de la catedral de León. De entre los más célebres cartularios destacan el Becerro gótico de Sahagún, en el Archivo Histórico Nacional; el Liber Testamentorum eclesiae oventensis o Códice de don Pelayo, en el archivo de la catedral de Oviedo; y el Liber feudorum maior, del Archivo de la Corona de Aragón.
En cuanto a su estructura, es muy variada. Los más antiguos copiaban las escrituras unas detrás de las otras sin ningún orden cronológico ni de materia. A partir del siglo XIII, se adopta la división por categorías documentales, yendo en primer lugar los pontificios, los reales, las jerarquías eclesiásticas y civiles menores, terminando con las donaciones, compraventas, permutas con particulares. A partir del siglo XIV cambia su estructura y empiezan a adquirir una finalidad eminentemente administrativo-fiscal, reflejada en que la documentación era copiada por mayordomazgos, parroquias, según la distribución administrativa de los bienes de la institución.
Desde el punto de vista de la crítica diplomática, los cartularios tienen un gran interés, pues algunos, por su antigüedad, pueden considerarse como fuentes fidedignas, siempre que las copias vengan certificadas por autoridades que tengan capacidad para ello.
La Fecha en los Documentos Medievales
Tal y como hemos constatado en páginas anteriores, la datación comienza por las palabras: Factum, Datum, Dada, Fecha, acompañada del día del mes, el mes y el año.
El Día
La nomenclatura medieval de los días tenía tres sistemas:
- El romano clásico
- El sistema de los días andados y por andar
- El sistema de los días andados
El sistema clásico romano
Se dividían en: Kalendas, nonas e idus. El primer día del mes era las Kalendas; el 5, el de las nonas y el 13, el de los idus. El resto de los días del mes eran señalados con un ordinal alrededor de aquéllos. Así, el 1 de enero eran las Kalendas de enero; el 2º era la cuarta nona de enero; el 3º, tercera nona de enero, así hasta llegar a la nona del quinto día. Luego se hacía lo mismo regresivamente con los idus, y luego, con las kalendas.
Para convertir el día hay una fórmula sencilla. Para las kalendas, hay que tener en cuenta el número de días del mes anterior al expresado, a la que se le suma dos unidades y se le resta el número que nos da el documento. Para las nonas y los idus: el día del mes en que ocurren, al que se le suma un 1 y se le resta el numeral expresado en el documento.
Durante toda la Edad Media, hasta 1582, está vigente el calendario juliano, pero se fue sustituyendo con un estilo vulgar en el cual se contaba los días andados de cada mes en orden progresivo desde el 1 hasta el 15 ó 16; y desde el 15 ó 16, de manera regresiva.
El día de la semana
Puede venir por el sistema nuestro actual de lunes, martes, etc. o bien por el sistema de feria, donde el lunes es la II feria, III feria, el martes, etc. hasta el domingo que sería la primera feria, pero en los documentos se recoge como dies dominica.
Indicación del mes
La división del año juliano en 12 meses se ha perpetuado sin interrupción hasta nuestros días. A veces, se prescindía del mes y se utilizaba el sistema eclesiástico del nombre singular de las fiestas religiosas, tanto con números progresivos como regresivos. Por ejemplo, dos días antes de carnes tolendas o miércoles de ceniza, o dos días después de Pentecostés (en ese caso echaremos mano de un Calendario Perpetuo).
La indicación del año
La Era Hispánica
No se sabe con certeza el origen del sistema que es exclusivo de la Península Ibérica, aunque está documentado en inscripciones desde el siglo III. Se inició el 1 de enero del año 38 antes de Cristo, fecha de la introducción del calendario juliano en la península. Se mantuvo en Castilla y León hasta el año 1383, en que Juan I, en Segovia, impuso que se siguiera el cómputo del año de la Navidad. En Cataluña se prohibió desde 1180 y en Aragón hasta 1350.
Diplomática Especial: El Documento Público y las Cancillerías Hispánicas Medievales
Cancillería Real
Conjunto de oficiales encargados de la expedición documental de los reyes, al frente de la misma hay un Chanciller o canciller, que custodiaba el sello real, símbolo supremo de su autoridad: supervisaba los documentos y cancelaba los no conformes a derecho y aponía el sello, último requisito.
Cancillería fue en Castilla un término usado para todo lo relacionado con la expedición documental, la residencia del chanciller del sello de plomo y el tribunal de justicia al que se denominaba Audiencia y Chancillería. A pesar de la diferencia entre asuntos de justicia y gobierno, todos los documentos pasaban por el canciller para el sellado.
Existió un registro en la corte para los documentos allí expedidos y oficiales registradores en los diferentes organismos, ante una posible pérdida o caducidad o falsificación de documentos. Los registros funcionaron con normalidad desde Alfonso X.
Los documentos propios de la Audiencia y Chancillería eran los que estaban obligados a registrar el registrador residente en ella, como requisito previo al sellado, poniendo su firma tanto en el original que se entregaba como en la copia registro.
La Cancillería era itinerante, iba donde iba el rey, por ello progresivamente se desgaja la Audiencia como tribunal fijo de justicia, naciendo primero la de Valladolid y luego la de Ciudad Real, que pasará a Granada en 1505.