Carlos I y Felipe II: Gobierno, Conflictos y Legado del Imperio Español

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Carlos I (Carlos V en el Sacro Imperio) (1517-1556)

Carlos I, nacido en Gante en 1500, fue el primer monarca en reunir bajo una sola corona los territorios de Castilla, Aragón y los dominios de ultramar. Además, al heredar los dominios de los Habsburgo y Borgoña por parte de su padre y los Reyes Católicos, obtuvo un vasto imperio que lo convirtió en el monarca más poderoso de la época. Pasó gran parte de su reinado fuera de España. Abdicó en 1555, cediendo el trono de España a su hijo Felipe II, y el título imperial a su hermano Fernando. Se retiró al monasterio de Yuste, donde murió.

Política Interior

  1. Revuelta de las Comunidades de Castilla (1520-1522): Esta rebelión surgió como protesta de las ciudades castellanas ante la llegada de Carlos I, rodeado de consejeros extranjeros que ocupaban altos cargos, desplazando a la nobleza castellana. Las ciudades reclamaron que Carlos residiera en Castilla, respetara las leyes tradicionales y diera prioridad a los intereses locales. Los comuneros, liderados por Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, se organizaron en la Junta Santa. Aunque inicialmente contaron con apoyo popular, fueron derrotados en la batalla de Villalar en 1521. La represión fue intensa, pero Carlos I, al regresar a España, otorgó el “Perdón General” a algunos de los sublevados.
  2. Revuelta de las Germanías (1519-1523): Este conflicto afectó principalmente a Valencia y Mallorca. Fue una rebelión social en la que artesanos y campesinos se levantaron contra la nobleza y el alto clero, buscando mayor participación en el gobierno y reformas en la administración municipal. La rebelión comenzó cuando los agermanados tomaron Valencia por temor a la peste y a los ataques piratas. La revuelta se extendió, pero la nobleza la sofocó finalmente. La figura de Carlos I salió fortalecida y se nombró a Germana de Foix como virreina de Valencia, quien aplicó una política represiva.
  3. Instituciones de Gobierno: Durante el reinado de Carlos I se consolidaron varias instituciones de gobierno. Se crearon los Consejos, como el de Castilla, de Indias, y el Consejo de Estado, cada uno encargado de áreas específicas. Los virreyes administraban territorios como América, Nápoles y Sicilia. Además, la Inquisición, bajo el poder real, reforzó el vínculo entre la Iglesia y la Monarquía.

Política Exterior

  1. Guerra con Francia: El conflicto con Francia fue constante debido a la rivalidad por el control de Italia y Borgoña. Hubo tres guerras importantes. La primera (1521-1525) terminó con la victoria de España en la batalla de Pavía, donde el rey francés Francisco I fue capturado. En la segunda (1526-1529), las tropas imperiales saquearon Roma tras recibir el apoyo del Papa a Francia, concluyendo con la Paz de Cambray. En la tercera guerra, la Paz de Crépy aseguró la supremacía de España en Italia.
  2. Conflictos en Alemania: Carlos I intentó defender la unidad católica frente a la Reforma protestante impulsada por Lutero. Los príncipes protestantes formaron la Liga de Smalkalda y se enfrentaron al emperador, destacándose la victoria imperial en la batalla de Mühlberg. Sin embargo, la Paz de Augsburgo (1555) reconoció la libertad religiosa de los príncipes, consolidando la división religiosa en Alemania.
  3. Guerra con el Imperio Otomano: Los turcos otomanos amenazaban tanto a Europa como al Mediterráneo. Carlos I logró algunas victorias, como la conquista de Túnez (1535), pero sufrió una derrota en Argel (1541), lo que permitió que los piratas turcos continuaran hostigando las costas españolas.
  4. Expansión en América: Durante el reinado de Carlos I se llevaron a cabo importantes expediciones, como la primera vuelta al mundo liderada por Magallanes y Elcano. Se conquistaron los imperios azteca e inca, extendiéndose el dominio español en América desde California hasta el río de la Plata.

Felipe II (1556-1598)

Felipe II asumió el trono en 1556, tras la abdicación de su padre. A diferencia de Carlos I, estableció una corte fija en Madrid y se centró en la administración del territorio peninsular. España alcanzó su máximo esplendor bajo su reinado, convirtiéndose en la primera potencia europea, con un gran dominio en América y una fuerte influencia en Europa. Felipe II gobernó de forma centralizada y en defensa del catolicismo.

Política Interior

  1. Guerra de las Alpujarras (1568-1571): Los moriscos de Granada, que mantenían aspectos de su cultura islámica, se rebelaron ante la prohibición de su lengua, vestimenta y costumbres, el alza de impuestos sobre la seda y la expropiación de tierras. Tras el rechazo de Felipe II a negociar con ellos, estalló una revuelta encabezada por Aben Humeya, con apoyo de bereberes y turcos desde Argelia. La revuelta fue sofocada en 1571 por el ejército de Juan de Austria, y para evitar nuevos levantamientos, los moriscos de Granada fueron dispersados hacia otras zonas de Castilla, especialmente La Mancha y el norte de Andalucía.
  2. Revuelta de Aragón y Caso Antonio Pérez: Antonio Pérez, secretario de Felipe II, fue acusado de conspiración y asesinato. Huyó a Aragón y buscó la protección de los fueros aragoneses bajo el amparo del Justicia Mayor, Juan de Lanuza, quien rechazó la petición de entrega del rey, simbolizando la resistencia aragonesa al centralismo. Felipe II utilizó la Inquisición para acusarlo de herejía, pero al no conseguir su entrega, envió un ejército, ajustició a Lanuza y limitó los fueros aragoneses. Pérez logró huir a Francia, donde colaboró con Enrique IV y con Inglaterra, facilitando información en el ataque inglés a Cádiz en 1596. Este caso mostró el conflicto entre los derechos forales y el poder central, contribuyendo a la leyenda negra de Felipe II.
  3. Problema del Príncipe Carlos: El príncipe Carlos, heredero al trono, era inestable mentalmente y conspiró contra su padre en alianza con los rebeldes flamencos. Su comportamiento, que incluyó un intento de agresión al duque de Alba, llevó a su arresto en 1568. Fue confinado en el castillo de Arévalo, donde murió, un suceso que afectó profundamente a Felipe II y que contribuyó a la leyenda negra que lo presentaba como un rey cruel.
  4. Reformas Administrativas: Felipe II centralizó su gobierno en Madrid y fortaleció la administración española. Implantó una red de caminos y posadas que permitía comunicar la península en tres días y llegar a los Países Bajos en ocho, asegurando el control del imperio desde el centro. Mantuvo los consejos de su padre, destacando el Consejo de Estado, y desarrolló una red de espionaje avanzada con innovaciones como la tinta invisible. A pesar de sus esfuerzos de control sobre el comercio colonial, las finanzas del imperio sufrieron varias crisis, declarando la bancarrota en tres ocasiones debido a los elevados gastos en guerras y administración.

Política Exterior

  1. Guerra con Francia: La enemistad con Francia se agravó cuando apoyaron a los rebeldes flamencos. Felipe II obtuvo victorias en San Quintín (1557) y Gravelinas (1558), logrando el reconocimiento de la supremacía española en Italia mediante la Paz de Cateau-Cambrésis (1559) y uniendo en matrimonio a Felipe con Isabel de Valois. Posteriormente, España intervino en la guerra civil francesa entre hugonotes y católicos. Tras la conversión de Enrique de Borbón al catolicismo y su ascenso como Enrique IV, Felipe firmó la paz de Vervins (1598), aunque las hostilidades se reactivarían en la Guerra de los Treinta Años.
  2. Conflicto con los Turcos Otomanos: Felipe II se alió con Venecia y el Papa en la Santa Liga para combatir a los turcos, liderados por Solimán el Magnífico, quienes habían conquistado Túnez y Chipre y amenazaban Malta. La victoria en Lepanto dio la impresión de haber detenido el avance otomano, pero finalmente el Mediterráneo se dividió entre los turcos (cuenca oriental) y España (cuenca occidental), consolidado mediante negociaciones. Posteriormente, debido a guerras en Flandes y Persia, ambos imperios firmaron treguas que alejaron el conflicto del Mediterráneo.
  3. Guerra en los Países Bajos: La disidencia religiosa y el deseo de independencia en los Países Bajos, junto al apoyo de Francia e Inglaterra, provocaron una larga guerra contra España. Felipe II intentó sofocar la rebelión enviando al duque de Alba, quien impuso una dura represión (Tribunal de la Sangre) y ejecutó a líderes como Horn y Egmont. Sin embargo, el conflicto se mantuvo y Felipe designó a su hija Isabel Clara Eugenia como gobernadora, pero al no dejar herederos, los Países Bajos volvieron a la Corona y el conflicto continuó.
  4. Conflicto con Inglaterra: Los conflictos con Inglaterra surgieron por diferencias religiosas, el apoyo inglés a los rebeldes en Flandes y los ataques de corsarios ingleses en el Caribe. Felipe II intentó defender los intereses de María Estuardo, pero su ejecución por Isabel I lo llevó a enviar la Armada Invencible en 1588, que fracasó. Este fracaso permitió a Inglaterra y Holanda expandir su comercio y realizar ataques a puertos españoles como Cádiz. La guerra continuó sin victorias definitivas hasta la firma del Tratado de Londres en 1604 por Felipe III y Jacobo I.

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