El Carlismo en España: Origen, Ideología y las Primeras Guerras Carlistas
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El Carlismo: Ámbito Geográfico, Ideario y Apoyos Sociales
Ámbito geográfico y apoyos sociales
Los principales apoyos del carlismo se localizaron en el campo y las pequeñas ciudades del País Vasco y Navarra. Estas regiones simpatizaron mayoritariamente con el pretendiente don Carlos debido a que este se ofrecía a defender sus fueros y tradiciones. En estos territorios, el respaldo popular al candidato carlista se debió en gran medida a la influencia del bajo clero local.
También en Aragón y Cataluña, territorios tradicionalmente muy celosos de sus fueros y particularidades, se vio en el carlismo una oportunidad de recuperar sus derechos perdidos tras la Guerra de Sucesión (Decretos de Nueva Planta), y por eso el candidato carlista encontró aquí apoyos muy notables.
En definitiva, sus apoyos sociales fueron principalmente:
- El clero, aunque la alta jerarquía eclesiástica se mantuvo ambigua.
- El campesinado pobre.
- Gran parte de la nobleza.
- Sectores de las clases medias defensoras de los fueros en los territorios mencionados.
Ideario
El programa ideológico del carlismo se resumía en la defensa de la religión, el absolutismo monárquico (lema "Dios, Patria y Rey"), los fueros y las tradiciones, así como los privilegios del Antiguo Régimen. Su rechazo a las reformas liberales iniciadas en las Cortes de Cádiz fue total, especialmente a aquellas que afectaron a la Iglesia.
Causas y Consecuencias de las Dos Primeras Guerras Carlistas
La Primera Guerra Carlista (1833-1840)
Fue una guerra civil que se desarrolló en España entre 1833 y 1840. La causa principal fue la disputa sucesoria tras la muerte de Fernando VII: los carlistas pretendían que le sucediese su hermano, el infante Carlos María Isidro, para mantener el absolutismo, mientras que los liberales apoyaban a su hija, Isabel II, para implantar el liberalismo.
La Segunda Guerra Carlista (1846-1849)
Tuvo lugar entre 1846 y 1849. Su detonante teórico fue el fracaso de los intentos de casar a Isabel II con el pretendiente carlista, su primo Carlos Luis de Borbón, una unión que había sido sugerida por los sectores más moderados de ambos bandos. En la práctica, el conflicto fue fundamentalmente un levantamiento popular en distintos puntos de Cataluña.
Consecuencias de los conflictos
Estas dos primeras guerras carlistas generaron una serie de consecuencias que deben ser tenidas en cuenta para poder entender gran parte del siglo XIX español, tanto en cuestiones políticas como económicas:
- Alto coste humano: Fueron conflictos muy sangrientos, que generaron un alto coste en vidas humanas, con unas 135.000 víctimas en la Primera Guerra Carlista y unas 10.000 en la Segunda.
- Consolidación del régimen liberal: En el plano político, la guerra contribuyó a que la monarquía española aceptase definitivamente el régimen liberal. El agrupamiento de los absolutistas en torno a la causa carlista convirtió a los liberales en el único apoyo posible para el trono de Isabel II.
- Protagonismo de los militares: Se reforzó el protagonismo de los militares en la política española, que fue una constante —y un problema— durante todo el siglo XIX. Las guerras carlistas convirtieron a los generales en elementos fundamentales para la defensa del sistema liberal.
- Impacto económico: En lo económico, la guerra generó enormes gastos que pesaron como una losa sobre la pésima situación de la Hacienda. Estas dificultades forzaron el desarrollo de importantísimas reformas, como el proceso desamortizador de Mendizábal, para obtener financiación.